Cuentan que en el año 1934, en la actual edificación marcada con el número 157 de la calle Mercaderes, en La Habana Vieja, se emplazaba la Compañía Armería de Cuba. Tras un largo periodo de inactividad, esa tienda de armas reabrió con el nuevo encargo de ser un museo. Visitémoslo hoy en nuestro paseo por La Habana.
¿Qué encontramos en el museo?
En el Museo de la Armería, los curiosos y los amantes de las armas y la práctica del tiro estarán más que complacidos. Apenas a la entrada, podemos deleitarnos con armas de fuego de diferentes épocas, usos y estilos, municiones y accesorios de pesca y caza deportiva. Algunas de las piezas pertenecían al propio establecimiento, mientras otras fueron donadas, como la colección que le concediera Fidel Castro en los años 90 del siglo pasado. La primera de las habitaciones recrea, además, el comercio original que existiera antaño.
Cinco colecciones permanentes, ordenadas según criterios cronológicos, aguardan por el visitante en las dos salas expositivas que conforman el recinto. Una de ellas se dedica al siglo XIX y se denomina «Armas Antiguas». Posee algunas pistolas de chispa que, según se cuenta, formaban parte del sistema de seguridad del Rey de España; también hay pistolas francesas de percusión, un trabuco y una pistola de pistón, pistolas de duelo, un puñal pistola, una pistola bastón, entre otras interesantes piezas que nos remontan al pasado e incluso llaman la atención por su factura y estado de conservación actual.
Otras tres colecciones son representativas del siglo XX y se especializan en las «Armas Blancas», «Armas Cortas de Fuego» y «Armas Largas de Fuego». La última, «Armas Históricas», es una serie de armas empleadas durante la lucha revolucionaria y guerrillera en ese propio país que cuenta, entre otras, con la carabina M2 empleada por Ernesto «Che» Guevara en el periodo de la Sierra Maestra, el fusil Beretta que acompañó a la Heroína de la Revolución cubana Celia Sánchez Manduley, y la pistola sub ametralladora checa del médico y combatiente Manuel «Piti» Fajardo.
Además de atesorar estas piezas, el museo destaca por conservarlas con elevada profesionalidad y ser una de las más importantes muestras de la producción armera nacional entre los siglos XIX y XX.
Sucesos trascendentes
Más que por su condición evocadora y representativa del pasado, la antigua armería sobrevive en el tiempo por un hecho singular. Recoge la historia que el día 9 de abril de 1958 fue asaltado por un grupo de jóvenes que formaba parte del Movimiento Revolucionario 26 de Julio y que pretendía, con la ayuda de las armas y municiones allí existentes, derrocar al presidente del momento, Fulgencio Batista. En el intento, sin embargo, mueren cuatro de los atacantes y la operación no pudo completarse. Para recordarlos años más tarde, en 1971 y precisamente el 9 de abril, se convierte en el espacio expositivo que es hoy.
Los tristes hechos acaecidos ese día, así como otros detalles de la Huelga General del 9 de abril dentro de la cual se inscriben, quedaron inmortalizados en la segunda de las salas. La oportunidad de conocerlos de primera mano llega a través de objetos personales y armas de algunos de los que intervinieron directamente en el hecho; así como diagramas y maquetas que ilustran los momentos más representativos de la acción.
En el año 1959, en memoria a esos jóvenes, la antigua sede de la Compañía Armería de Cuba fue declarada Sitio Histórico y Monumento Nacional. Desde 1993 se afilia al sistema de museos de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana y forma parte de los populares programas «Rutas y Andares», varios recorridos que invitan a conocer la ciudad antigua de la mano de un guía especializado.
Edificio y museo
La casa que acoge a la institución cultural se halla entre las calles Obrapía y Lamparilla, una céntrica zona en el mismo corazón de la otrora Villa de San Cristóbal de La Habana. Desde el punto de vista arquitectónico y constructivo, carece de atributos que la hagan sobresalir del resto de las edificaciones del entorno; sin embargo, la engrandece la historia que atesora. Es por ello que en el siglo XX recibió una reparación capital por parte de especialistas de la Oficina del Historiador y ocupa en el presente un espacio distinguido entre las opciones de ciudad. Además del área dedicada a exponer la memoria, en la parte alta cuenta con una vivienda particular.
La entrada es gratuita. Puede visitarse todos los días desde las 9:00 de la mañana, hasta las 4:30 de la tarde, a excepción de los domingos, cuando cierra al mediodía. Vaya con tiempo, regálese una o dos horas para disfrutar a plenitud de todas las piezas en exhibición, conversar sobre ellas con los guías anfitriones, y conocer de primera mano las admirables piezas y anécdotas que atesora este singular espacio de La Habana de siempre, al que hoy nos hemos acercado.
Una muestra del armamento universal
El Museo de la Armería 9 de Abril muestra una representación de piezas ofensivas y defensivas de diversas partes del mundo. Además de las nacionales, encontramos armas de España, Francia, Estados Unidos, Rusia, Bélgica y Alemania, entre otras.
