¿Qué lugar de la geografía cubana no ha sido bendecido por la naturaleza? Es una interrogante sumamente difícil, porque en esta isla abundan los sitios donde la belleza del paisaje cautiva. Son muchos los horizontes donde el mar, las colinas y sierras, bosques y ríos se conjugan e invitan a disfrutar de espectaculares vistas en un ambiente tropical.
Adentrémonos en el valle de Matanzas, y conoceremos sitios cuyas riquezas naturales atraen a los botánicos y ecoturistas. La reserva florística Tres Ceibas de Clavellinas, ubicada en la cuenca hidrográfica del río Yumurí, es uno de esos lugares fascinantes. Allí la vegetación es peculiar, formada por especies endémicas de alto valor genético, algunas de ellas en peligro de extinción y otras que por su tendencia pudieran incorporarse a esa lista, lamentablemente muy pronto.
El valle surcado por dos ríos
Tan solo cinco kilómetros separan a la hermosa ciudad de Matanzas y al Valle del Yumurí, surcado por los ríos Yumurí y Bacunayagua, uno de los más paradisíacos de Cuba. Cientos de viajeros llegan hasta allí para disfrutar sus grandes valores paisajísticos, evidentes en sus más de 9 mil hectáreas
También los atraen sus áreas de restos arqueológicos, con vestigios de las edificaciones coloniales y las fábricas de azúcar que proporcionaron riquezas a sus propietarios hace más de 150 años. Una rápida ojeada a este entorno puede hacerse desde el Mirador de Bacunayagua, cerca del impresionante puente homónimo, de más de 100 metros de alto, considerado una de las siete maravillas de la ingeniería de la Isla. Desde allí, o desde el punto de observación de la Ermita de Monserrat, a lo lejos se divisa un área que contrasta un tanto con el entorno violentamente verde de la zona del Yumurí.
En el cuabal
A las zonas secas y áridas con terrenos de serpentina, vegetación espinosa y matorral xeromorfo costero, se les llama en Cuba «cuabal». Precisamente así está tipificada el área de Tres Ceibas de Clavellinas, ubicada dentro del Valle del Yumurí, cerca del poblado de Corral Nuevo y de la línea del pintoresco tren eléctrico de Hersey.
La zona se extiende por 390 hectáreas y contrario a lo que se podría creer por la descripción anterior, este cuabal tiene características que le dan un gran valor, por lo que es un área protegida catalogada como Reserva Florística Manejada.
Allí se han encontrado 138 especies florísticas, pertenecientes a 50 familias y 116 géneros. Sus peculiares flores y arbustos se han desarrollado sobre suelos de serpentina. Existen bosques de galería, con una vegetación que no sobrepasa los seis metros de altura, y además abundan las herbáceas, epífitas y lianas.
Entre los arbustos se divisan, de tanto en tanto, algunos animales. No son escasos en este cuabal, donde se han registrado unas 93 especies, de ellas 20 endémicas. Hay anfibios, reptiles, mamíferos y un gran número de aves, muchas de ellas endémicas de Cuba, e invertebrados.
El refugio de los cactus
La zona de Tres Ceibas de Clavellinas está considerada en muy alta estima por investigadores y naturalistas, debido a su elevado endemismo. Solo en su flora se reportan 45 especies endémicas, entre las que destacan el «Melocactus matanzanus», conocido localmente como Erizo, y «Synapsis ilicifolia», «Acacia daemon», llamado palo bijagua y abrojo, «Garcinia aristata», de nombre común Manajú, «Jacquinia brunnescens», Espuela de Caballero le dicen los locales, y «Agave ehrenbergii».
Del cactus Erizo existen en esa área siete pequeñas poblaciones. En toda Cuba habitan once especies de melocactus, la tercera parte de las conocidas en todo el mundo, así que ya tenemos una idea cabal de la importancia de esta área.
La especie es codiciada por su belleza, como plata ornamental. Por la sustracción furtiva de coleccionistas ha desaparecido prácticamente de su medio natural, y hoy se le considera como especie amenazada en peligro crítico. Así que para llevarlo a casa y observarlo es mejor hacerle una foto en las Tres Ceibas de Clavellinas.
Conocer otros destinos de naturaleza,Tres Ceibas de Clavellinas
A medio camino entre la encantadora ciudad maravilla de La Habana y la zona playera de Varadero, encontramos un curioso destino para los ecoturistas. En el Valle del Yumurí se preservan numerosas especies florísticas, gracias al área protegida Tres Ceibas de Clavellinas, considerada de relevancia nacional por los científicos cubanos.
Si decide conocer algo de la naturaleza de Cuba, también fascinante pero no tan abundante como los tupidos bosques y los saltos de agua de otros destinos de la Isla, adéntrese en el Valle del Yumurí en busca del refugio de los cactus. Puede hacerlo desde el poblado de Corral Nuevo, y de paso se aventura a subir la elevación conocida como el Pan de Matanzas. Puede ser una excursión muy interesante con el encanto de apartarse de las tradicionales guías turísticas.