Convento de San Francisco de Asís

Convento de San Francisco de Asís

Una de las construcciones religiosas más populares de La Habana Vieja, y ejemplo de una profunda tradición católica heredada de la colonia, que con el tiempo se ha imbricado en la vida cultural y el imaginario patrimonial de los cubanos, es la iglesia y convento de San Francisco de Asís.

La construcción de la iglesia duró unos doce años, durante el siglo XVI. Después fue reconstruida con estilo barroco y consagrada como templo para beneficio de los frailes franciscanos en 1739. Rápidamente se convirtió en el preferido de los creyentes de La Habana por su imponencia, elegancia y magníficos espacios interiores.

Fuente de los Leones, al fondo campanario del San Francisco de Asis

Según lo referido en documentos de la época, a partir de las leyes españolas desamortizadoras de los bienes del clero en 1842, comenzó el declive definitivo. Poco a poco sus tesoros desaparecieron, fueron expropiados o transferidos, y sus funciones desestimadas, al punto de convertirse en almacén, depósito de la Aduana y Casa de Correos. El ábside, el crucero y la cúpula de la Iglesia de San Francisco fueron demolidos en 1850 por su estado de deterioro, sobre todo a raíz del paso de un violento ciclón en 1846. Este lugar era la primera parada de la procesión del Vía Crucis durante la Cuaresma, que finalmente desembocaba en la Plaza del Cristo.

Tiempos de restauración

Detalles del interior del Convento de San Francisco de Asis

La Oficina del Historiador de la Ciudad da cuenta que a finales de la década de los años 80 del siglo XX comenzaron allí labores arqueológicas que arrojaron mucha más luz acerca de las costumbres y vida cotidiana entre sus muros, descubrieron criptas y piezas de cerámica. Este proceso se retomó con mucha más fuerza a mediados de los 90, cuando se desplegó una profunda y extensiva restauración para rescatar elementos originales de la construcción y otorgarle fines artísticos y culturales.

Plaza de San Francisco de Asis

Ubicada en la calle Oficios, entre Amargura y Churruca, la edificación ya no funciona como iglesia. A unas tres cuadras, siguiendo la calle amargura, los fieles y devotos a San Francisco cultivan su fe en la Iglesia de San Agustín, también conocida como Iglesia de San Francisco El Nuevo.

La Plaza de San Francisco

La Plaza de San Francisco es la tercera más antigua de La Habana. A un costado del convento y también conocida como la Plaza de las Palomas, resulta un espacio abierto de confluencia para turistas y familias cubanas, especialmente para los niños, que alimentan estas aves mientras acuden en bandadas y se posan sobre cabezas y brazos con toda la naturalidad que engendra la costumbre de interactuar constantemente con los humanos.

Estatua de Chopin en la Plaza de San Francisco de Asis

El área está adornada por la Fuente de los Leones, establecida en 1836 y diseñada en mármol blanco de Carrara para recordar al Alhambra español. Fue una cortesía de Claudio Martínez de Pinillo, Conde de Villanueva, gracias a la creación del escultor italiano Giuseppe Gaggini.

A uno de los lados del cuadrilátero pavimentado, resalta igualmente el monumento a Fray Junípero Serra, con un niño de la mano, réplica de la que está situada en la Plaza de San Francisco en Palma de Mallorca. Su presencia es en honor a la visita al convento habanero del notorio y prestigioso clérigo a mediados del siglo XVIII.

Estatua del Caballero de Paris en la Plaza de San Francisco de Asis

En el sector nordeste, en la calle Carpinetti, entre Baratillo y la Avenida del Puerto, donde se empinaba la cúpula de la iglesia de San Francisco de Asís, hay un pequeño jardín dedicado a la Princesa Diana de Gales. Entre árboles y flores de distintas partes del mundo, se le recuerda con una escultura de Juan Quintanilla y el mural de Alfredo Sosabravo.

Jardin interior del Convento de San Francisco de Asis

En otro de los extremos de la plaza, se halla una escultura de granito con siete metros de alto, en forma de torre, llamada El Cruceiro. Este tipo de construcción franciscana es símbolo de encuentro, unión y convergencia, un lugar de descanso y oración. Es una obra del maestro cantero Enrique Velazco y fue trasladada desde Galicia, expresamente para la Plaza de San Francisco en Cuba.

Vista de la Plaza de San Francisco de Asis desde el campanario de la Basilica Menor

El encuadre también está bordeado por la Lonja del Comercio, un edificio de oficinas de seis pisos construido en 1909 con estilo renacentista y carácter ecléctico. En la cima hay una estatua de cobre de Mercurio, Dios del Comercio, que reproduce la del escultor flamenco Juan de Bolonia, resguardada en el Museo del Louvre.

Al frente de la explanada, encontramos el Hotel Palacio del Marqués de San Felipe y Santiago de Bejucal, con categoría de cinco estrellas, antigua casa colonial y aristocrática, donde nos recibe una escultura sedente de Chopin. Hacia una de las esquinas, está el Café del Oriente.

Templo de la música y el arte

La Basílica Menor de la Iglesia de San Francisco de Asís es una sección del antiguo convento, con entrada por la calle de los Oficios, que desde hace algunos años funciona como sala de conciertos de música coral y de cámara, con presentaciones de elevada factura y profesionalidad, sede regular de la prestigiosa Camerata Romeu. Las entradas se adquieren en el propio enclave a partir del miércoles entre las 9:30 am y las 5:00 pm. Por otra parte, donde mucho antes residió la Orden Tercera, ahora es la Sala de Teatro del mismo nombre, sede de la compañía infantil «La Colmenita».

Vista de la Plaza y Convento de San Francisco de Asis

En el antiguo claustro norte del convento, ahora funciona el Museo de Arte Religioso o de Arte Sacro, con una amplia colección de imágenes del siglo XVIII, mobiliario, objetos de orfebrería, piezas arqueológicas y de carácter religioso, entre las que descuellan las zapatillas y la capa pluvial que pertenecieron al primer Obispo de Cuba, Dionisio Rezino y Ormachea, bordados en seda, oro y piedras preciosas. Igualmente, ostenta una galería de pinturas iberoamericanas, cedidas por el Museo Nacional de Bellas Artes, además de muestras transitorias de artistas locales y extranjeros.

Voluntad honorífica y ecuménica

En sus predios también florece el Jardín de la Madre Teresa de Calcuta, una zona verde en honor a la santa y Premio Nobel de la Paz, inaugurada en 1999 y ambientada con obras escultóricas contemporáneas.

Detalle del campanario del Convento de San Francisco de Asis

En el mismo espacio, está enclavada la Sacra Catedral Ortodoxa Griega San Nicolás de Mira, consagrada el 25 de enero de 2004 por el Patriarca Ecuménico de Constantinopla. Antes de la fundación de esta pequeña iglesia bizantina, esa comunidad de creyentes no tenían un lugar propio.

San Francisco de Asís, espacio popular

 

A pesar de su origen religioso, San francisco de Asís se ha convertido en un espacio de confluencia popular, de arte y turismo. Desde su torre de 42 metros de altura, que alguna vez fuera la más alta de la villa colonial, se observa un amplio paisaje urbano. La plaza se llena de visitantes y las familias pasean despreocupadamente. Algunos, especialmente los niños, juegan con las palomas y se sacan fotos abrazados a la estatua del Caballero de París, el caminante más querido en la historia de la ciudad.

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