Ojo: estos consejos para ligar en Cuba no son un decálogo divino o una receta infalible para conquistas amorosas, pues cada persona es un mundo, y lo que funciona con unos, fracasa con otros. En el amor no hay nada escrito, y menos en Cuba, donde la gente es sensual, zalamera y enamorada.
Seducir al cubano es difícil, porque por lo general es el cubano quien seduce, y eso vale para ambos sexos: extrovertidos, seguros de sí y sin demasiados prejuicios, los hijos de esta tierra no reprimen sus pasiones, y cuando alguien les gusta, lo hacen saber.
Para empezar, la cubana no cree en donjuanes ni en príncipes azules. Sabe darse su lugar y exige respeto, sinceridad y detalles; no perdona la inercia, le aburre la comodidad y necesita ser desafiada. El pelele nada tiene que buscar con una mujer cubana.
Algunos consejos para ligar en Cuba …
- Obsérvala, ten presente si se hizo un corte de pelo, si usa algún accesorio nuevo, y hazle saber que te percataste. Elógiala sin exagerar, o pecarás de «baboso».
- Déjale caer, como al descuido, que se le nota radiante, que está linda. Dicen los viejos que hay que piropear a todas las mujeres: la que no cae, te lo agradece.
- Conócela, descubre qué le interesa, qué le inquieta, te dará material para conversar con ella, y le demostrarás que la escuchas, que te preocupan sus cosas.
- Crea empatías, hazla sentir cómoda, pero cuidado, si te ve como confidente o amigo, olvídate de «ligártela».
- Dale su espacio, no la abrumes: que te extrañe un poco, haz que quiera llamarte a ti, pero sin hacerte el importante, porque te mandan a paseo.
- Invítala a salir, y llévala a algún lugar que la entusiasme, donde se sienta libre: eso te preparará el terreno. No seas tacaño, pero tampoco presumas.
- Lánzate cuando te sientas en sintonía. Si supiste cortejarla, ella intuirá qué quieres desde el mismo instante en que la invitaste a salir. No te precipites, pero tampoco esperes a que bostece…
- ¿Ya se besaron? Perfecto, ponle pasión, hazla sentir deseada, pero sin forzar nada que ella no quiera hacer. Aunque si ambos lo desean, no hay por qué demorarlo.
Ahora bien… ¿cómo enganchar a un cubano? Olvídese de supercherías y pociones tontas, hay mañas más efectivas para atrapar a estos ejemplares de macho latino, poco exigentes y fieles a un credo francamente machista:
«Quien come malo y bueno, come dos veces.»
Claro, no todos son así, pero tenga presente estas características:
- El cubano disfruta ser el centro, que orbiten a su alrededor. No le gusta la mujer sumisa, pero tampoco la mandona o que lo «castre», metafóricamente.
- Déjalo respirar: al cubano le gusta sentirse acompañado, pero no custodiado. Si lo llamas cada 5 minutos comenzará a referirse a ti como «la policía» o «la patrulla».
- A veces son «lentos», demoran en captar tus señales o tomar la iniciativa: no hay nada malo con ayudarlos. Cuando se relajan, todo fluye mejor.
- El cubano se precia de su desempeño sexual, y disfruta marcando la pauta, aunque a cambio espera iniciativa, mente abierta y complicidad. Un pecado capital para el cubano, hombre o mujer, es la «pasmadera», o sea, el excesivo recato.
- Al cubano le encanta la mujer divertida, desinhibida: el carácter los enamora más que la belleza física. Prefieren ser desafiados, que acabar aburridos.