No sabría decir si la esquina de 23 y L es famosa por la heladería Coppelia, o viceversa. Lo cierto es que en esa intersección coinciden lugares tan conocidos como el Cine Yara, el Hotel Habana Libre y el Coppelia.
Este sitio, que debe su nombre al famoso ballet parisino, es una de las heladerías más grandes del mundo y fue construida en el espacio donde antes se encontraba el Hospital Reina Mercedes. Luego de su demolición, el arquitecto Mario Girona diseñó, en 1966, la instalación que ocuparía el lugar dejado por el hospital.
En todo el edificio se aprecia la influencia del modernismo italiano, el mexicano y suramericano, así como el influjo de los arquitectos Oscar Niemeyer y Pier Luigi Nervi, quienes vieron la oportunidad de abandonar las formas rectangulares de los grandes edificios y optaron por aprovechar la plasticidad del hormigón armado. Coppelia llegó a convertirse en uno de los sitios más emblemáticos de la modernidad constructiva cubana a partir de la disposición de las áreas, los materiales utilizados y el aprovechamiento del espacio donde fue enclavado.
La añoranza por ir a Coppelia
En sus inicios contaba con una gran variedad de helados y otras ofertas de calidad. Aunque hoy no se reconoce como entonces, es una experiencia plagada de historias y recuerdos que le llevará, tal vez, a compartir mesas con un cubano que, por su edad, pueda relatar la grandeza de este local en épocas pasados.
La experiencia en Coppelia es rara, las colas suelen ser largas en el horario de la tarde. Al entrar los trabajadores indican donde sentarse, no es una elección personal porque se termina compartiendo la mesa, en muchas ocasiones, con extraños. Esto puede ser tan genial como incómodo, todo depende de la compañía.
Debo aclarar que si visita el Coppelia probablemente querrán hacerle ir a un apartado para los extranjeros. Cierto es que no tendrá que esperar en ninguna fila, ni le indicarán con quien debe sentarte. Tendrá que pagar más, pero esa es la mejor opción si solamente desea tomar helado.
Pero si lo que le interesa es entrar en contacto con Cuba, escuchar a los cubanos, y le garantizo que le hablarán si le toca compartir mesa con ellos, entonces la mejor opción es esperar en su fila, pacientemente, hasta entrar a la heladería más famosa de Cuba.
El Coppelia en el cine cubano
La filmación de una de las escenas más importantes de la famosa película cubana «Fresa y Chocolate», nominada a los premios Oscar en el año 1994, fue rodada en los jardines de este establecimiento. El éxito del filme llevó a Coppelia a posesionarse, aún más, en la ruta de los turistas, tanto nacionales como de otras partes del mundo, igual que ocurrió con el restaurante «La Guarida».
Otro vínculo del Coppelia con el cine ocurre durante el Festival de Cine Latinoamericano, evento del cual el Vedado es el principal anfitrión. El cine Yara es uno de los principales en la cartelera de este festival, y tomarse un helado en Coppelia, antes o después de una película, se ha convertido en una verdadera tradición.
Entre clase y clase un heladito
Si hay un grupo de personas que visitan, casi diariamente, el Coppelia son los universitarios. La Universidad de La Habana, UH por sus siglas, queda a apenas dos cuadras de la famosa heladería. Incluso las facultades de Economía, Contabilidad y Geografía se localizan frente a este lugar. Ya sea antes de entrar a clase, una escapada entre turno y turno o a la salida de la Universidad, el Coppelia siempre recibe grandes grupos de alegres estudiantes que se reúnen a pasar un buen rato entre amigos.
Famosa en Cuba entera
He tenido la suerte de recorrer varias provincias cubanas y ya perdí la cuenta de todas las heladerías que también son llamadas Coppelia. Como si fuera una suerte de marca registrada, o franquicia, los establecimientos con este nombre se han expandido por toda Cuba y con ellas la popularidad del Coppelia de La Habana.
En la edificación habanera confluyen personas de toda Cuba porque forma parte de las tradiciones de la ciudad y no darse una vuelta por allí es casi un pecado.
La visita está llena de experiencias, relatos, historias de los mejores años y los peores de Cuba, porque el cubano suele ser muy conversador y quince minutos alcanzan para recolectar historias interesantes. Entonces Coppelia es el escenario perfecto: universitarios, personas de toda Cuba, de otras latitudes, la Calle 23 a un costado y miles de anécdotas por conocer.
Del helado a la cubanía
El Coppelia es conocido como «la catedral del helado» en Cuba. Pero es mucho más que eso, es un lugar de encuentro, de culto para aquellos que saben apreciar el tiempo con amigos en un lugar tan simbólico y en una esquina tan famosa, con sabor a helado, como 23 y L.