Existen muchos aspectos de la vida, la historia y la cultura cubana que escapan a veces de la mirada del viajero, y hasta de los propios cubanos diríamos. Los grandes relatos olvidan aquellas pequeñas historias que también construyen una nación.
Ese podría ser el caso de los cultos religiosos en Cuba. Admiramos la arquitectura y la belleza de las muchas iglesias y templos que hay en ese país, sobre todo en La Habana, pero no hacemos un stop para pensar, ¿qué pasaría en esa isla del Caribe, con una historia tan característica, en materia de religiones y creencias?
Sabemos que la religión más practicada en el continente americano, desde su descubrimiento y conquista, ha sido la católica. Cuba no escapó del proceso de conversión forzosa al cristianismo desde 1492.
La comunidad hebrea en La Habana, inicios y actualidad
Lo que muchos desconocen es que, junto a la creencia católica incorporada desde la conquista y colonización española o la extendida religión afrocubana que insertaron en el país los negros esclavos provenientes de África, los judíos en Cuba tienen una una presencia muy temprana en su historia como nación.
Los judíos en la Colonia
La comunidad hebrea en la Mayor de las Antillas ha estado presente en Cuba desde el primer viaje de Cristóbal Colón y el controvertido descubrimiento de las Américas. Se dice que en sus naves abordaron varios judíos, unos huyendo de la ley que los obligaba a salir del reino español, otros conversos al catolicismo.
Lo cierto es que no se puede precisar la primera presencia judía en la isla cubana. Se dice que fue una etapa de ocultamiento. Bajo la mira inquisitorial de España, muchos judíos permanecieron en silencio, practicando su fe en secreto; y por supuesto, sin vincularse entre ellos en grupos o comunidades.
Sin embargo, ciertos datos aseguran que en uno de los barcos hacia Cuba venía Luis de Torres, quien sería el primer terrateniente judío en esa isla. Asimismo, la primera y única gobernadora que tuvo la colonia cubana fue Doña Isabel de Bobadilla, una judía española.
En el siglo XVII fueron encarcelados y ejecutados, en Cuba, una serie de judíos conversos, supuestamente por acometer actos judaizantes. Se dice que detrás de ese pretexto, estaba la posibilidad de hacerse con sus cuantiosos bienes.
Así que aquellos que aceptaron mostrar otra cara a la sociedad, aquellos que guardaron muy profundamente sus creencias, pudieron sobrevivir.
El nacimiento de una comunidad
No es hasta finales del siglo XIX, concretamente a partir de la intervención norteamericana en Cuba, que comienzan a crearse las primeras organizaciones hebreas. Llegaron a La Habana judíos provenientes de Estados Unidos, Turquía y Marruecos fundamentalmente. Tenían vocación de comerciantes y como tal, empezaron a establecer pequeños negocios en la ciudad.
Con el nacimiento y el desarrollo de la seudorrepública y como consecuencia de la Primera Guerra Mundial continúan llegando judíos a La Habana provenientes de Europa Oriental, sobre todo de Polonia, Rusia y Lituania. Fundan la Sinagoga Shevit Ajim y el Cementerio Judío en el municipio de Guanabacoa.
Uno de los personajes más notorios e importantes para el desarrollo de la comunidad hebrea o «yichuv» de la época fue David Bliss, empresario de poder quien dirigió por muchos años el Centro Judío. Cuentan que tenía relaciones de negocios en toda Latinoamérica y que operaba desde sus oficinas en la Manzana de Gómez, actual Gran Hotel Manzana Kempisky.
Bliss, desde su llegada a Cuba, se encargó de unificar a esa comunidad que se encontraba muy dispersa y desorganizada. Incluso, el circuncidador debía venir desde Estados Unidos para la ceremonia.
A Bliss se deben la creación del Cementerio Judío en el municipio Guanabacoa y la Congregación Hebrea Unida. Aprovechó sus contactos en Estados Unidos y Latinoamérica para ayudar a los inmigrantes judíos a establecerse en La Habana. Se dice que a su muerte en 1942, la congregación proclamó tres días de duelo y desde entonces se proclamó como «el abuelo del yichuv cubano».
Así, estos años fueron fundamentales para el «aplatanamiento» de los judíos en la capital habanera. El Centro Hebreo ubicado en la calle Egido se encargaba de fomentar esta cultura fundando escuelas y templos en la ciudad. La Organización Sionista también creó bibliotecas, salas de lectura, grupos corales y teatrales en pos de consolidar y expandir la comunidad.
Muchas revistas también se crearon para los hebreos, con las últimas noticias del gremio dentro y fuera de Cuba. Por otra parte, se abrieron emisoras de radio que sorprendieron a más de uno. Intelectuales, escritores y artistas imprimieron en sus obras experiencias como inmigrantes, como judíos en Cuba.
Con la llegada de la Segunda Guerra Mundial llegaron miles de judíos a Cuba, pero su mayoría no se asentó, sino que, una vez terminada la guerra, volvieron a sus países o migraron hacia Estados Unidos.
En este tiempo de ampliación temporal de la comunidad hebrea, llegaron muchos judíos provenientes de Francia y Bélgica que legaron su destreza en la talla de diamantes. Para 1945 la «yichuv» habanera contaba con 25 mil miembros.
La comunidad llegó a alcanzar un poderío económico importante, y una parte de ella se consideraba aburguesada y de prestigio en el país. Se discute aún, el origen judío o no de uno de los magnates de la industria azucarera en Cuba, Julio Lobo. Otra sección, sobre todo los más jóvenes, se unieron a las luchas por cambios sociales y políticos.
La comunidad hebrea, para los años 50, estaba asentada y con buena posición en su mayoría. Contaban con cuatro escuelas, edificaciones en el Vedado capitalino, un Club Juvenil y curiosamente, ya tenían una Federación de la Organización Sionista Internacional de Mujeres.
La comunidad hebrea actual en Cuba
Con el arribo de la revolución triunfante en 1959, disminuye fuertemente la cantidad de judíos en Cuba. Producto de las nuevas leyes de nacionalización, casi el 80% de los judíos emigra, en su mayoría hacia Estados Unidos. De unos 12 mil miembros para la década del 70, el número había disminuido a unos 1,500 en todo el país.
Por tanto, la comunidad se desorganiza un poco en esos años. Sin embargo, en los 90, comienza un nuevo surgir para los judíos en Cuba. Se incrementan las actividades sociales y religiosas, así como la habilitación de espacios para el fomento de esta cultura.
Afortunadamente, la comunidad hebrea en Cuba nunca sufrió del crudo antisemitismo como en muchos otros países. Se les consideraba personas muy trabajadoras y dedicadas con ciertas costumbres «raras» para la cultura occidental.
Hoy en día, la comunidad cuenta con libertad de culto y mantiene sus relaciones con el gobierno cubano. Entre sus principales instalaciones y templos están la Sinagoga hebrea Adath Israel en La Habana Vieja, el Centro Hebreo Sefardí y la Gran Sinagoga Bet Shalom en el Vedado. Esta última se considera la mayor sinagoga judía en Cuba y una de las obras arquitectónicas más relevantes en esa ciudad.
Conoce otro pedacito de la historia de Cuba
Esta comunidad en Cuba es un grupo activo, con sus ceremonias y creencias. La variedad de cultos religiosos en La Habana, a veces no nos convoca a acercarnos detenidamente a alguno de ellos. La importante herencia judía en el país está marcada por una larga historia que nace en 1492 y llega hasta la actualidad cubana. ¿Queremos realmente conocer Cuba? Pues para ello hay que contar también la historia de los judíos en esa isla antillana.
Amo a israel
Shabbat shalom.Hola mi nombre es Berto Morales Portal Muñoz González.Donde pudiese tener un margen para documentarme con algún archivo que definiera mi descendencia sefardí o genealogía de mis apellidos completos.Ya que según mis familiares mi abuelo Ramón Agustín Abbad Morales Rivero.Fue llamado según sus padres Abbad como descendencia de liderazgo espiritual, su padre llamado Ortelio Morales Crespo.Tengo más datos personales.Pero necesito saber sobre archivos de sefardíes en Santi espíritu.Pero mi abuelo nació en la región central,al igual que mi bisabuelo.