Si la principal motivación para viajar a Cuba es su naturaleza, la Ciénaga de Zapata resulta el destino perfecto, ideal, donde encontramos de todo. Aunque básicamente es un ecosistema pantanoso, desplegado en una región de 300 mil hectáreas al sur de la provincia de Matanzas y muy cerca del balneario de Varadero, en él confluyen sabanas, bosques, costas y manglares, ríos, lagos, vegetación exuberante, paisajes magnéticos y edificadores para el espíritu.
Declarada como Parque Nacional y sitio RAMSAR, la ciénaga (por antonomasia, entre los cubanos) es administrada bajo criterios de sostenibilidad de cara al turismo. Con una infraestructura básica, ofrece alojamiento, gastronomía, senderos interpretativos, observación de flora y fauna, paseos en bote, buceo cavernario, en arrecife y aguas abiertas, sesiones de pesca en la Laguna del Tesoro, las Salinas de Brito y el Río Hatiguanico.
Por si fuera poco, también ha sido protagonista de la historia, pues dentro de sus límites se encuentran Playa Larga y Playa Girón, escenarios de la célebre invasión de Bahía de Cochinos en 1961.
Refugio de vida
La flora de este parque acoge 130 especies endémicas, de las cuales seis son locales y 14 son raras o en peligro de extinción. Pero la fauna es el componente más interesante y llamativo para los visitantes. En ese ambiente se destacan cinco especies endémicas locales y 16 en peligro de extinción, además de constituir un refugio esencial para 65 especies de aves migratorias.
Únicamente en la ciénaga sobreviven la Gallinuela de Santo Tomás y la Ferminia, aves exclusivas y quizás con el hábitat más restringido del mundo, según algunos expertos. Además, endémicas de Cuba, también vuelan el Zunzuncito, el Cabrerito de la Ciénaga, el Gavilán colilargo, el Catey, la Cotorra y la Paloma perdiz.
En los ecosistemas acuáticos, cobran importancia suprema el Manatí y el Manjuarí, el pez considerado como un fósil viviente, jicoteas y los cocodrilos cubano y americano. En tierra, la endémica Jutía enana, también la Conga, iguanas, majaes, lagartijas, ranas y varios tipos de arácnidos.
En el criadero de cocodrilos
En la zona de Guamá encontramos el más grande e importante criadero de cocodrilos, con unos cuatro mil ejemplares del «Crocodylus Rhombifer», una especie amenazada que allí tiene un santuario. Está abierto al público por menos de tres euros. En una visita guiada de 45 minutos, cámara en mano y con loción para repeler mosquitos, el visitante recibe una amplia explicación sobre sus características particulares y costumbres.
Es posible observar pequeños ejemplares recién nacidos y adultos con más de tres metros y 400 libras de peso. Incluso, podemos atestiguar una escena de captura e inmovilización con una cuerda, al estilo vaquero.
Con una población ecológicamente amigable
El censo de población más reciente en la Isla, arrojó que en la Ciénaga de Zapata residen unos nueve mil habitantes, lo que implica la menor densidad de población por kilómetro cuadrado en toda Cuba. Diversos proyectos domésticos e internacionales para la protección del medio ambiente, desarrollan campañas de conciencia y acciones para educar a las comunidades en la explotación sostenible de los recursos naturales. Las mayores fuentes de empleo son la silvicultura, la pesca, la apicultura, la industria local, carbonífera, artesanal y el turismo.
La Ciénaga de Zapata, un ecosistema vulnerable
Expertos consideran que si no se revierte el llamado Cambio Climático, para el año 2050 estará bajo el agua entre el 60 y el 80 por ciento de la superficie de la ciénaga, debido al ascenso del nivel del mar. Mientras tanto, y en aparente contradicción, el aumento de la temperatura media y las crecientes temporadas de sequía, afectarán considerablemente los recursos hídricos existentes.
En la Ciénaga de Zapata hay varias instalaciones hoteleras situadas en la zona de la Finca Fiesta Campesina, en Laguna del Tesoro, en Playa Larga y Playa Girón, en estas dos últimas, también hay alojamiento en casas particulares