Cerca de la Catedral de La Habana y apenas 200 metros de la Bodeguita del Medio está el hotel Palacio de O’Farrill, un punto de encuentro entre las culturas cubana e irlandesa. Esta construcción de estilo neoclásico fue el sitio donde se asentaron en los inicios del siglo XVIII Don Ricardo O’Farrill y su esposa O’Daly, ambos provenientes del condado de Longford en Irlanda.
A ellos se les atribuye la formación de la familia O’Farrill en Cuba, siendo poseedores de uno de los patrimonios más valiosos de la etapa colonial y uno de los apellidos más prestigiosos de esta época. En gran medida su riqueza se debió al comercio de esclavos y la industria azucarera durante este período.
El hotel, sus espacios y decoración
El diseño y la arquitectura del lugar son sus principales atractivos. El palacio exhibe una combinación de elementos arquitectónicos referentes a los siglos XVIII, XIX y XX, que se distribuyen entre los tres pisos que componen.
La huella de la familia O’Farrill en el edificio, sumada a los elementos propios de la cultura irlandesa que lo decoran, crean un ambiente artístico donde el visitante no puede hacer otra cosa que admirar la fineza y el detalle con que se ha diseñado cada espacio galería o habitación del hotel.
Abierto en el 2002, después de una intensa labor de restauración llevada a cabo por la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, este hotel cuenta con 38 habitaciones, un restaurant, snack bar y un patio interior con una vista sorprendente. En este último se localiza un aljibe, especie de pozo rústico, que nos remonta al pasado colonial habanero.
Un lucernario atrae la atención de quienes escogen el patio interior. La luz proveniente del techo se filtra a través de él y como resultado se disfruta de una atmósfera cromática impresionante. Destaca el matiz verdoso, proveniente del tragaluz, que se esparce entre los espacios y rincones del lugar.
El hotel conserva todavía algunos muebles originales de la familia O’Farrill, los cuales no han sido retocados con pintura y el barniz que los cubre resalta los colores originarios de la madera, dándole así un toque más clásico.
El menú del restaurant propone varias ofertas de carnes con salsas de frutas, que combinan con guarniciones de vegetales, y ha sido muy elogiado por viajeros y locales.
La única celebración cubana de San Patricio
Probablemente este hotel sea el único lugar en Cuba donde se celebra el día de San Patricio, patrón de los irlandeses. Así que si estás en La Habana, cerca del 17 de marzo, date una vuelta por el hotel y de seguro presenciarás un día lindo y bien diferente a lo que normalmente sucede en la ciudad.
Tres siglos de historia y arquitectura
La estancia en el Palacio de O’Farrill es una clase de arquitectura clásica; un testimonio de tres siglos de estilos constructivos y diseños de interiores. Una visita al patrimonio de una familia cuya impronta en La Habana colonial alcanzó niveles históricos e incuestionables.