Cuba es famosa por exhibir más de 300 playas naturales a lo largo de toda su geografía, en la isla grande y en los cayos, con arenas blancas, doradas o negras, en casos excepcionales, con características envidiables para disfrutar del sol y tibios baños de mar, mientras nos envolvemos en aguas transparentes, azules o turquesas, y nos olvidamos por unas horas de los problemas cotidianos o de las agonías existenciales. Pero si estamos en La Habana, esta posibilidad asume connotaciones singulares en las que se conocen como Las Playas del Este.
La Habana también es un destino de sol y playa
Pocas ciudades en el mundo, especialmente si son capitales de una nación, tienen el orgullo de presumir de sus playas, en busca del imprescindible equilibrio entre naturaleza y civilización, entre populosa modernidad, diversión y paz interior. Partiendo hacia el este desde el centro de La Habana, en apenas 20 minutos de viaje nos topamos con el llamado «Circuito azul», conformado por excelentes playas encadenadas a través de 24 kilómetros de un litoral bondadoso y contrastante con el bullicio metropolitano.
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Bacuranao
La primera que encontramos mucho después de cruzar el túnel de la bahía, es Bacuranao. Quizás se presenta como una de las más modestas en el litoral norte habanero. Premiada con una gran franja de arenas finas, y la cercana desembocadura del río que le da nombre y le imprime una temperatura muy agradable a sus aguas, es la más visitada por los pobladores de la zona residencial de Celimar y el reparto Alamar. El centro de la vida turística es la Villa Bacuranao.
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Tarará
Según algunos expertos, la playa de Tarará es la que posee mejores condiciones naturales para el disfrute, con un ancho cinturón de arenas blancas, aguas limpias y transparentes, además de una infraestructura turística adecuada. Cuenta con una marina internacional desde donde se practican la pesca, el buceo, los paseos y deportes acuáticos, un centro comercial, restaurantes, y hoteles como Villa Armonía y Villa Los Pinos.
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Mégano
Con similares características, la playa Mégano acoge a los visitantes, sobre todo en verano cuando sus orillas reverberan con la presencia de los habitantes de La Habana, deseosos de pasar un tiempo de calidad en días libres. Exuberante vegetación tropical rodea al hotel Villa Mégano, la principal oferta de hospedaje en el área urbana.
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Santa María del Mar
Con alrededor de dos kilómetros de extensión en la parte principal, arenas blancas y finas, Santa María del Mar es una de las opciones más importantes de playa al este de La Habana y quizás la más conocida para el turismo internacional. A causa de esto, algunos le llaman «Marazul» o «Tropicoco», influidos por un hotel de 188 habitaciones que domina el panorama costero, también equipado con centros comerciales, restaurantes, cafeterías, otros hoteles como el Atlántico, Los Marinos, Los Pinos, Club Arenal, Monte El Valle y Las Terrazas. En los últimos años, han proliferado los negocios privados, hostales y casas particulares. Debido a su longitud, siempre es posible encontrar espacios tranquilos, alejados de la alta concentración de bañistas.
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Boca Ciega
Identificada de manera extraoficial como la playa gay de la región, está abierta para todos los visitantes en su kilómetro y medio de longitud, rodeada de majestuosos cocoteros, con una fuerte presencia de alojamientos particulares en el asentamiento poblacional cercano a la costa.
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Guanabo
Guanabo es la playa más antigua, popular y extensa al este de la capital antillana, con cinco kilómetros de calidad incuestionable para los bañistas, palmeras, cocoteros y dunas acolchonadas de arena blanca, capaces de encandilar al visitante con el sol de mediodía. No cuenta con grandes hoteles, pero sí con pequeñas y acogedoras villas turísticas, y una amplia red de hostales familiares que proponen las mejores opciones de confort, servicios y precios. Podría definirse como una pequeña ciudad balneario, con toda la infraestructura comercial necesaria para la estancia. En verano, es el lugar ideal para interactuar con los cubanos.
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La Veneciana
Para aquellos que busquen o se sientan urgidos de una playa solitaria, alejada totalmente de la muchedumbre citadina y sentirse dueños del mundo, la Veneciana ofrece casi un kilómetro de paz en forma de mar y arena más allá de Guanabo, adonde sólo llegan algunos pescadores locales.
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Brisas del Mar
Si continuamos nuestro recorrido por la línea de costa, igualmente apartada de los centros urbanos, está la playa Brisas del Mar, hasta donde esporádicamente llegan familias para un día de acampada. Muchos aseguran que este tramo de litoral arenoso prácticamente ha recuperado su virginidad, con abundante vegetación tropical y mayores probabilidades de encontrar rebaños de ovinos que bañistas.
Las opciones de sol y playa parecen inagotables
Por si fuera poco, siguiendo el litoral siempre hacia el este, con la intención de traspasar las fronteras de la capital cubana rumbo al balneario más famoso de todos, Varadero, las opciones parecen infinitas, mas allá de las playas del este, aparecen otras menos conocidas como Playa del Rincón, Jibacoa, Arroyo Bermejo, Puerto Escondido, Rotilla y muchas otras por descubrir.
