El corazón de Santiago de Cuba

El corazón de Santiago de Cuba

Santiago de Cuba es una ciudad que estremece, y no solo espiritualmente: enclavada en una region de moderada actividad sismica, la bien llamada «La Tierra Caliente» tiembla de vez en cuando, pero sus habitantes apenas lo notan, acostumbrados como estan al trajin cotidiano, a caminar como si bailaran, al eterno subir y bajar de lomas…

Parque Cespedes, Santiago de Cuba

Como no soy santiaguera, en lugar de dejarme arrastrar por el torrente urbano busque el corazon de esta inabarcable ciudad, el sitio donde confluyera todo para tomarlo como referencia en mi exploracion patrimonial… ¿Y cual es el epicentro de este terremoto de ciudad? El Parque Cespedes

Busque las torres de la Catedral

«Disculpe… ¿como llego al Parque Cespedes?»

Plaza de Marte, Santiago de Cuba

Pregunte al desembarcar en plena Plaza de Marte, pintoresco sitio, sede de antologicas discusiones deportivas.

«No tiene perdida. Baje por toda la calle Aguilera y saldra directo. Si se pierde, busque las torres de la Catedral.»

Me indicaron con la proverbial hospitalidad local.

Los cubanos tienen una frase socorrida: «Para abajo, todos los santos ayudan». Pero en vez de bajar por Aguilera tome Enramada, emblematica arteria salpicada de tiendas y comercios, con vidrieras mas menos surtidas, cafeterias y mucha gente desandandola, como hormiguitas que en vez de cruzar antenas cruzan besos, piropos, saludos a toda voz: el santiaguero es extrovertido, estentoreo, jocoso y desinhibido, nada le da pena y no anda con melindres para expresarse, con su deje cantarin.

Alegria de los ninos en las calles de Santiago de Cuba

A veces intimidan con sus excesos, pero en general no hay peligro. No obstante, es aconsejable andar solo con lo imprescindible, sin prendas. Ademas, la cuesta empinada y el calor sofocante aconsejan vestir con comodidad, y andar siempre con agua.

La rampa de asfalto impresiona, pero entre el gentio el descenso apenas se nota, y solo el inconfundible latido de la clave cubana me indico que debia doblar a la izquierda y buscar la Plaza Dolores.

Plaza Dolores, una pausa cerca del destino

Plaza Dolores, una pausa cerca del destino

La pequena plaza es celebre por su fauna de locos, religiosos y viejos que sobreviven haciendo «sopa». Por cierto, en Cuba «hacer sopa» es tocar musica para turistas por lo que quieran darle. Algunas estrellas del Buena Vista Social Club se ganaban la vida asi antes de ser «descubiertos» en el ocaso de su vida.

En una esquina me tope con viejos trovadores rasgando guitarras, marcando el ritmo con la clave y cantando sones y guarachas con una voz gastada por la bohemia, el ron y los anos. «¿Se saben Convergencia?», pregunte y fue como insertar una moneda en una rocola: parecia que Miguelito Cuni habia descendido del Mas Alla para cantarme uno de mis sones mas entranables. Se ganaron el dolar que les di…

Jugando ajedrez en las de Santiago de Cuba

Eso si: cuidado con los buscavidas, esos guias improvisados que al final se limitan a darle vueltas a uno por el laberintico centro colonial de Santiago, y acaban llevandolo a una «paladar» (restaurante privado) en busca de su comision.

Hasta Cespedes, pasando por el Bacardi

Me incorpore a Aguilera y enfile a mi destino, entre casas vetustas y edificaciones de estilo neo-clasico, testimonio de una opulencia pasada. Me impresiono el majestuoso y gris Museo Bacardí, sitio obligado por sus promesas de momias y reliquias patrioticas. Ahi tambien, por cierto, hay musicos haciendo «sopa»… Quisieron tocar algo para mi, pero decline sonriente, sin detenerme: despues no puedes escaparteles…

Casa de la Trova, Santiago de Cuba

Frente al museo tome un callejoncito a la izquierda, para entrarle al Parque Cespedes por la calle Heredia. Ahi pase frente a la casa del poeta Jose Maria Heredia, el cantor del Niagara, y por la Casa de la Trova, con sus taburetes, sus cuadros de los inmortales (Matamoros, Sindo Garay, Pepe Sanchez) y su musica sin artificios.

Entonces, al fin, divise las torres…

El alma de Santiago de Cuba

El alma de Santiago de Cuba

Al principio me choco la desnudez vegetal del parque. El huracan Sandy chapeo los frondosos arboles que otrora cobijaban a quienes buscaban aqui sombra y paz. Aun asi, conserva su apacible belleza, la gracia de su ubicacion y las edificaciones vecinas, como la Catedral, la casa de Diago Velasquez o el Hotel Casa Granda. En uno de sus extremos habia – faltaba mas – otro grupo de «soperos»

Santiago de Cuba

Antaño conocida como Plaza de la Catedral, de Armas, de la Reina Isabel o Isabel la Catolica, el parque recibio su nombre actual en 1953, al ser develado un monumento a Carlos Manuel de Cespedes, el Padre de la Patria. Cerca del busto, un artesano de largos drelos tejia articulos de guano. Me quiso vender un sombrero en 5.00 CUC y un abanico en 3.00 CUC, pero no estaba interesada. Igual, se los hubiera podido regatear y quizas llevarme ambos por 4.00 CUC, o menos. Ande siempre con dinero fraccionado, porque rara vez estos vendedores tienen cambio.

Calles de Santiago de Cuba

Pero uno no llega al corazon de Santiago para comprar souvenirs, sino para ver todos los sitios historicos que lo rodean. Por ejemplo, no debe perderse la casa donde vivio el conquistador Diego Velasquez, quizas la primera morada que existio en Cuba. En la acera opuesta se yergue el Hotel Casagranda, fundado hace casi un siglo. A un costado queda el ayuntamiento desde cuyo balcon le hablo Fidel Castro a los santiagueros al bajar de la serrania y al frente, imponente, la majestuosa catedral.

Amen del carrusel de opciones que nos esperan en el Parque Cespedes, la ruta para llegar al epicentro santiaguero es ya una aventura. Por eso al arribar tuve que sentarme un rato, pues la bajada fue intensa. Me tumbe en los bancos de granito y tuve una sospecha que esa misma noche confirme: no seran muy comodos, pero estos bancos estan especiales para amanecer entre tragos, amigos y trova. «Soperos» no faltan…

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