Si el objetivo esencial de nuestro viaje a Cuba es conocer ciudades patrimoniales, donde el pasado y el presente se combinan de forma armónica y atractiva, sin dudas una de las mejores opciones es Bayamo, capital y urbe principal de una de las provincias más orientales de Cuba, Granma.
Bayamo posee la mayor densidad poblacional de ese territorio, rige su desarrollo económico, industrial, social, cultural, y resalta dentro de toda la Isla, además, por la trascendencia de los múltiples sucesos que ha protagonizado, por sus ilustres hijos y por la gente afable, sencilla, que ha persistido durante cinco siglos haciendo historia.
Misterios fundacionales
Según se sabe, el nombre de Bayamo tiene varios orígenes posibles. Para unos, proviene del apelativo del cacique indio que lideraba la zona a la llegada de los conquistadores españoles; para otros, su raíz se halla en el Bayam, árbol de la sabiduría, frondoso y de buena sombra, característico de esa región oriental; mientras, un tercer grupo asegura que lo toma del río homónimo que baña el asentamiento desde la presencia aborigen.
Otra de las incógnitas respecto a la Villa San Salvador de Bayamo, es el punto exacto de su fundación. Inicialmente se creyó que había sido en la zona de Yara, pero las evidencias históricas y arqueológicas apuntan a que debe haberse realizado en algún sitio más cercano a la costa, próximo a la ciudad de Manzanillo que hoy conocemos y luego, para encontrar mejores condiciones se trasladó a su posición actual.
Lo que queda claro para todos es que su fundación fue protagonizada por el Adelantado Diego Velázquez, el 5 de noviembre de 1513, como parte de la colonización y evangelización española de Cuba durante el siglo XVI. Para 1512, sin embargo, está comprobado que ya convivían la población aborigen y la ibérica, en un proceso de transculturación que básicamente conforma al cubano de estos tiempos, con genes africanos incluidos.
La villa se convirtió en el centro del poder político del país, fue una zona vital de abastecimiento para garantizar la conquista de tierra firme y radicaban en ella importantes fundiciones de oro. Con el paso de los años, la ciudad se fue desarrollando con la expansión de los centros poblacionales y una rica vida sociocultural.
Bayamo y su rebeldía
Un elemento que ha caracterizado históricamente a Bayamo es el halo de dignidad y firmeza de sus habitantes. Fue este el sitio original donde quemaron vivo al Cacique Hatuey, un indio rebelde que se opuso a la colonización española; desde esta ciudad también se sucedieron varias sublevaciones de esclavos africanos; desde ella creció la idea de dar inicio a las luchas de independencia de Cuba, el 10 de octubre de 1868; en ella radicó la primera República en Armas del país antillano, se cosió la primera bandera y se cantó por primera vez en público el Himno de Bayamo, devenido en Himno Nacional de Cuba, compuesto por Perucho Figueredo. Su letra no admite confusión:
«Al combate, corred, bayameses…»
Otro hecho que la hace trascender es que el 12 de enero de 1869, en un acto supremo de patriotismo y desprendimiento, los pobladores incendiaron la ciudad en manos de los independentistas antes de que los españoles se apoderaran nuevamente de ella. Años más tarde, en la época republicana, se destacó por importantes hechos bélicos de la guerrilla, toma de cuarteles militares y un fuerte movimiento clandestino de los llamados «revolucionarios». Todas esas razones hacen que se considere a la ciudad de Bayamo como «Cuna de la nacionalidad cubana», con mucho por narrar a sus visitantes.
Arquitectura de la ciudad
A fines del siglo XIX y principios del XX, la ciudad fue reconstruida. Como el Ave Fénix, renació de sus cenizas a partir del empleo de los códigos arquitectónicos de la época, que se sumaron a los restos de las incineradas edificaciones coloniales, visibles aún en la Catedral de San Salvador de Bayamo, en la Capilla de Dolores, en la casa de Perucho Figueredo y otros inmuebles.
Su centro histórico urbano fue declarado Monumento Nacional el 10 de octubre de 1978. Predominan en él las construcciones del siglo XIX, junto a algunas construcciones decimonónicas que con el paso del tiempo han sido restauradas y conservadas, siempre respetando el espíritu de la villa de antaño que se combina con aires de modernidad. En un recorrido por el Paseo-Boullevard bayamés, puede constatarse esta fusión.
Patrimonio cultural bayamés
Sin dudas, esta ciudad oriental resalta por ser una de las más importantes y ricas en tradiciones, lo que la hace muy atractiva. Posee, en la actualidad, 130 sitios históricos señalizados, cuatro de ellos reconocidos como monumentos nacionales, y uno como Monumento Local. Resultan llamativos el Museo Casa Natal de Carlos Manuel de Céspedes, Padre de la Patria, la Plaza de la Revolución de Bayamo, la Plaza del Himno, donde se interpretó por primera vez, la Iglesia San Salvador de Bayamo, hoy catedral, y único templo religioso de Cuba donde existe un mural con motivo patriótico.
Otros sitios de interés son la Casa de la Trova «La Bayamesa», el Teatro Bayamo y el Museo de Cera, sin parangón en la Isla. En este último es posible encontrar, entre otras, esculturas de los reconocidos músicos cubanos Benny Moré, Compay Segundo, Bola de Nieve, Sindo Garay, Polo Montañéz y Carlos Puebla.
Miles de personas viajan hasta allí cada año para disfrutar de sus fiestas populares, como el carnaval, Las Enramadas o la propia celebración del Incendio, donde se recuerda el emancipador y extremo suceso de enero de 1869. Además, el poema épico Espejo de Paciencia, de Silvestre de Balboa, está considerado como la primera obra literaria cubana. Se inspira en hechos ocurridos en esa ciudad donde, tiempo después, se crearía también la primera canción romántica y trovadoresca cubana, La Bayamesa, de la autoría de José Fornaris, Carlos Manuel de Céspedes y Francisco del Castillo.
A Bayamo en coche
En Bayamo es común emplear los carruajes coloniales tirados por caballos (llamados «coches») como medio de transporte y entretenimiento. Una célebre canción cubana de la orquesta Son 14, creada por el maestro sonero Adalberto Álvarez, inmortaliza la arraigada tradición:
«Quiero ir a Bayamo de noche, a pasear por el parque en un coche…»
UNAS DE LAS CIUDADES MAS PRECIOSAS DEL MUNDO,ALLI TENGO ALGO DE MI HISTORIA