Diseminados por La Habana Vieja existen un conjunto de edificaciones que asombrarán al visitante pues han pasado de ser antiguos palacetes o instituciones históricas para convertirse en hoteles boutique.
La idea de convertir dichas edificaciones en hoteles boutiques ha sido manejada por la Oficina del Historiador de la ciudad, principal responsable de llevar a cabo los proyectos. El concepto parte de aprovechar instalaciones patrimoniales y transformarlas en hoteles que brindan la experiencia de hospedarse siguiendo un estilo de época: trasladando al visitante a un espacio que pareciera detenido en el tiempo.
Los mejores hoteles boutique para disfrutar en el corazón de La Habana Vieja
Muchos de los diversos hoteles boutique localizados en el corazón del centro histórico gozan actualmente de la preferencia de los huéspedes. En esto sin dudas influye la propia edificación siempre de gran belleza arquitectónica, repleta de valores artísticos y patrimoniales, donde desde el piso hasta las balaustradas constituyen obras de arte.
Suelen brindar vistas magníficas de la ciudad antigua, pues estos hoteles poseen ubicaciones muy favorables y céntricas desde donde se puede conocer y vivenciar la Habana Vieja. Un aspecto preferido por los visitantes es que al ser pequeñas instalaciones el servicio suele ser más personalizado y hay más tranquilidad e intimidad para disfrutar las vacaciones. Aquí les muestro una selección de cinco hoteles entre los más reconocidos y populares.
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Hotel Santa Isabel
San Baratillo No. 9, entre Obispo y Narciso López, La Habana Vieja.
El Hotel Santa Isabel fue construido como vivienda en el siglo XVIII y posteriormente en el siglo XIX fue reconstruido para el convertirse en la casa señorial de los condes de Santovenia. Su ubicación es uno de sus mejores atributos puesto que ocupa un costado de la antigua y hermosa Plaza de Armas, en el corazón del casco histórico.
Rodeada de edificaciones insignes como el Palacio de los Capitanes Generales, el Palacio del Segundo Cabo, el Castillo de la Real Fuerza (primera fortificación en La Habana), el Templete (monumento conmemorativo a la fundación de la villa) y al fondo la bahía habanera. No obstante, a ubicarse en tan céntrico y ajetreado espacio, dentro es un remanso de paz, especialmente su patio interior, ideal para refrescarse del sol y el calor cerca de la burbujeante fuente.
Todo en el hotel desde la fachada, el patio, la decoración y cada pequeño detalle nos remonta a épocas pasadas, con un gusto exquisito y sin perder las comodidades propias de nuestro siglo. Consta de tres pisos y una azotea desde donde puede disfrutarse de las preciosas vistas de la ciudad, la bahía e incluso el Cristo de La Habana en el ultramarino pueblecito de Casablanca.
Cercano a él puede hallarse variedad de bares, restaurantes y museos, así como el animado y siempre sorprendente boulevard de Obispo. Una opción muy recomendable y preferida por la mayoría de los huéspedes es tomar el desayuno bajo la galería de arcos, en el exterior del hotel para así disfrutar del paisaje. Sus instalaciones han sido escogidas por figuras internacionales como Jack Nicholson, Sting y el ex presidente estadounidense Jimmy Carter. Sin dudas es uno de los favoritos entre aquellos que desean una estancia con clase en La Habana Vieja.
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Hotel Palacio del Marqués de San Felipe y Santiago de Bejucal
Oficios No. 152, esquina a Amargura, Plaza San Francisco de Asís, La Habana Vieja.
En una esquina de la popular y mágica Plaza de San Francisco de Asís o Plaza de las Palomas, se encuentra un edificio de arquitectura barroca donde poco imaginan hay un fantástico hotel. Casa de aristócratas criollos durante los siglos XVIII y XIX, el Hotel Palacio del Marqués de San Felipe y Santiago de Bejucal, ha sido reestructurado para el descanso de los viajeros, combinando historia y modernidad.
Es hasta el momento la única instalación de su tipo en la mencionada plaza, donde disfruta de un panorama memorable que incluye la iglesia de San Francisco de Asís (actualmente sala de conciertos) la bella Fuente de los Leones y la Lonja del Comercio. Lo circundan diversidad de sitios interesantes para visitar como las galerías de arte Carmen Montilla y Los Oficios, el Café del Oriente, el Museo del Chocolate y el Museo de la Cerámica, así como el Museo del Ron.
El hotel consta de seis pisos y desde el último pueden contemplarse mediante un telescopio unas imágenes maravillosas de la ciudad vieja. Uno de los rituales del hotel es el servicio de desayuno bajo las columnas del palacio, en un ambiente de reposo y eficiencia, incluso si se presta atención puede escucharse el arrullo de las palomas que inundan la plaza vecina.
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Hotel Armadores de Santander
Calle Luz 4, esquina a San Pedro, La Habana Vieja.
En homenaje a la tradición marina de La Habana como ciudad portuaria, se alza el Hotel Armadores de Santander frente a la bahía habanera. Este edificio fue construido a petición del Sr. José Cabrero Mier, oriundo de la ciudad española de Santander, cuya tradición en la construcción y explotación de navíos fue trasladada a las Antillas.
Varios empresarios navieros tuvieron sus oficinas en esta edificación durante los siglos XIX y XX. En su fachada puede observarse en un relieve de piedra el escudo de armas de Santander rodeado de adornos y motivos marítimos. Está compuesto por tres edificaciones diferentes que muestran su evolución en el tiempo, las cuales se diferencian por colores y por estilos arquitectónicos que van del neoclásico al ecléctico.
El edificio principal se halla en la calle Luz mientras los restantes confrontan la calle San Pedro, esto no impide que desde cualquiera pueda contemplarse a sus anchas la muy transitada Avenida del Puerto y la bahía. Desde las habitaciones puede disfrutarse de la refrescante brisa marina mientras que desde la terraza usted puede deleitarse tanto de la brisa como de las vistas encantadoras a la vez que degusta un coctel o toma el desayuno.
Si usted es un amante del mar o gusta de momentos de romance no se decepcionará con la oportunidad de poder contemplar el trasiego de la bahía, los olores y colores del mar en conjunción con el cielo sobre todo en esas horas mágicas del ocaso.
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Hotel Raquel
Calle Amargura No. 103, esquina a San Ignacio, La Habana Vieja.
Se dice del Hotel Raquel que es un pequeño homenaje a la cultura hebrea en Cuba, esto va desde su nombre inspirado en el personaje bíblico de una virtuosa mujer judía. Otros detalles del hotel hacen referencia a dicha cultura como la estrella de David tallada en piedra que decora la recepción, la disposición de «mezuzahs» en los marcos de las puertas del establecimiento y el nombramiento de las habitaciones de cada una de las tres plantas con personajes del Viejo Testamento o lugares de Israel.
Una característica particular del hotel la constituye su restaurante Jardín del Edén, uno de los escasos sitios de la ciudad donde pueden degustarse platos típicos hebreos como «borscht» y «latkes». Los propietarios iniciales del edificio, de origen judío, mandaron construir esta instalación a principios del siglo XX, siguiendo el estilo «art noveau» de manera armónica.
Es contrastante la humildad del barrio circundante con el lujo y detallada elaboración del edificio desde su fachada, las columnas y el piso de mármol pulido de la entrada. El detalle más impresionante, sin embargo, es el magnífico tragaluz curvo que se encuentra sobre un atrio en la recepción. Es inevitable mirar hacia lo alto para embelesarse con tan sublime obra de arte.
El solario de la azotea es un espacio idóneo para tomar un trago, contemplar el entorno y sentirse parte de la vida en la ciudad teniendo como fondo el mar. En sus alrededores pueden hallarse disímiles sitios interesantes como museos, restaurantes, bares, la Fototeca de Cuba, la Cámara Oscura y la Plaza Vieja, la más popular y animada de las plazas de la Habana Vieja.
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Hotel Conde de Villanueva
Calle Mercaderes No. 202, esquina a Lamparilla, La Habana Vieja.
Antigua casa de quien fuera Gobernador General de Cuba, Claudio Martínez de Pinillos, Conde de Villanueva, hoy en día funciona el hotel cuyo nombre alude al título de su primer propietario. La edificación data del siglo XVIII y sigue los patrones arquitectónicos típicos de la colonia, donde la belleza y esplendor de las casas estaba en su interior, especialmente en el patio interior. En este caso nos encontramos con un sitio acogedor, íntimo y sobrio, donde puedes sentirte relajado.
Además del fresco patio donde conviven aves de corral (particularmente me encantan los espléndidos pavos reales), los corredores, los hermosos vitrales, y el cómodo mobiliario combinan perfectamente para crear una atmósfera de bienestar. Como una particularidad está su concepción para amantes del mundo del habano. Las habitaciones tienen nombres de famosas plantaciones de tabaco de Cuba y dentro del hotel podrá comprar y degustar los puros de las mejores marcas nacionales, hechas con la mejor tradición tabaquera en la isla. También puede contemplar objetos y accesorios relacionados con el mundo del tabaco como por ejemplo una interesante colección de pipas para fumar.
Se localiza en la céntrica calle Mercaderes una de las primeras de la ciudad donde hoy en día se evidencia con mucha fuerza el trabajo restaurativo en casco histórico. Justo frente al hotel se halla una hermosa y encantadora plazuela donde se detienen los transeúntes para tomar un respiro del ajetreo diario. Varios museos, tiendas y restaurantes están muy cerca de allí. Así como la olorosa Casa de la Colonia donde puede encargar una colonia según su gusto o la Casa del Abanico para adquirir uno de esos accesorios muy prácticos para combatir el calor del trópico.
Escoge La Habana Vieja sin temor a equivocarte
Cualquiera de estos hoteles boutique de La Habana Vieja hará las delicias de los visitantes ya sean de aquellos que se conviertan en huéspedes o de los que pasen a admirar su belleza y encanto. Ciertamente encanto es lo que se les sobra a estos hoteles, pequeños en tamaño, pero grandiosos en su combinación de historia, cultura y armonía.