El arraigo de las creencias religiosas afrocubanas no sólo recae en razones históricas, con la emigración forzosa de habitantes de África centro-occidental para trabajar de sol a sol como mano de obra esclava en el cultivo de la caña de azúcar, el café y el cacao, entre otras tareas. Los fundamentos del yoruba (el grupo más amplio y que por extensión o confusión se asocia de modo generalista con el resto de las religiones afrocubanas, con las que tiene profundas conexiones), por ejemplo, se enfocan directamente hacia la esencia humana.
A diferencia de otras religiones, para sus dioses (orishas, ancestros, santos, según la derivación) es legítimo el placer mundano, el amor, el baile y el divertimento. Todo es parte de la vida misma, y no es preciso sentir ninguna culpa por ello.
El panteón yoruba, representativo de antiguas religiones politeístas que pertenecen al gran grupo de las denominadas paganas, según las concepciones judeocristianas, acoge deidades masculinas y femeninas. Tienen un vasto universo de símbolos, conformado por colores propios, fechas de celebración, bailes, ofrendas, exquisitos mitos y leyendas populares. Por eso no es sorprendente que se hable de Changó en el altar yoruba en Cuba sea un gran guerrero, encarnado por el rojo y el blanco, dueño del trueno, amante de las mujeres, de las fiestas y el ron. Changó es un negro jactancioso que se pavonea cual rey del mundo, pero también es valiente y bravo en la pelea.
A Yemayá la representan como una negra hermosa, de piel oscura y rasgos finísimos, dueña de las olas y las profundidades del mar. Hay que pedir su permiso para surcar las aguas y se dice que tiene hijas fuertes, reflexivas e impetuosas. Cuando gira frenética su amplia falda, inclemente se avecina la tormenta.
Muchas otras deidades integran el panteón: Eleggua, el que abre los caminos; Oyá, la reina del cementerio; Obatalá, el padre de los orishas, dueño de la cabeza; Orula, portador del tablero de Ifá, la adivinación; Oggún, eterno enemigo de Changó y el guerrero mayor, entre otros. Por su parte, Olodumare, dios supremo de los yorubas y creador del todo, no tiene presencia en el altar pues no entra en contacto con los hombres. Sólo se expresa directamente a través de Olorún e indirectamente con Olofin, su hijo.
Los practicantes, según su orisha de preferencia, fecha de nacimiento, revelación ceremoniosa, mágico-religiosa o rasgos de la personalidad, son considerados hijos de unos u otros y, como tal, pueden ser coronados o impuestos. Se dice que los hijos de Changó se distinguen desde lejos, por el porte, la hombría, por la belleza física y el atractivo para las mujeres.
¿Qué es el sincretismo?
Quien pretenda definir en Cuba los límites entre las religiones yoruba y las de origen cristiano, especialmente el catolicismo, verá que en diversos puntos se convierte en la misma cosa. Eso no es casual. Es resultado de la convivencia cultural durante siglos. Desde siempre, los católicos imperantes intentaron borrar de Cuba aquellas creencias africanas, que consideraron diabólicas. ¿El resultado…? Los esclavos aprendieron a vivir su fe a través de las imágenes que adoraban sus amos. Fue una mezcla sin precedentes, donde Yemayá es la Virgen de Regla (pueblecito costero de la bahía habanera, hogar de la virgen negra) y la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de la Isla, es Oshún; mulata preciosa que gobierna en el río, diosa del amor, la sensualidad y la fertilidad de las mujeres.
El sincretismo entraña una gran sabiduría. Las historias de los santos católicos coinciden lógica o increíblemente con muchas leyendas o patakíes de los dioses negros. Unirlos, esconder los santos propios bajo los permitidos, fue el modo en que los esclavos, evangelizados a la fuerza, lograron seguir adorando a sus dioses de África.
En algunos casos, las deidades y sus equivalentes católicos tienen distinto sexo, incluso. La similitud es de espíritu. Creyentes y no creyentes comprenden y aceptan esto con total naturalidad. El guerrero de traje rojo y espada, llamado Changó, es al mismo tiempo Santa Bárbara bendita. A ambos se les reza y venera cada 4 de diciembre. Tampoco es casual que le mencionemos tanto. Quizás sea el orisha más popular para los Cubanos.
Durante una reciente peregrinación de la imagen de la Caridad del Cobre por toda la Isla, organizada por la iglesia católica, oleadas de cubanos de todas las regiones y generaciones la recibieron vestidos de amarillo, el color indiscutible de la bella Oshún.
Para vivir de cerca el mundo yoruba
Si bien la religión yoruba es parte de la cotidianidad, los ritos y ceremonias tienen sus reglas. El viajero que desee presenciarlas, debe informarse antes para que participe con respeto en cada celebración. Es muy común, por ejemplo, que a lo largo del río Almendares de La Habana se pueda observar la colocación de ofrendas a Oshún, a quien las mujeres se encomiendan con pedidos sobre la maternidad, el amor, la suerte y la belleza.
En este espacio público, perfectamente accesible y ubicado en el centro de la ciudad, es posible presenciar diversas ceremonias. En ningún caso está permitido fotografiar o acercarse de manera imprudente. Igualmente y con algo de suerte, en algunas playas o sectores de la costa es posible ser testigo de una ofrenda a Yemayá, sobre todo si se acerca el 8 de septiembre, día en que se celebra a la Virgen de Regla.
El toque de tambores (popular y extensivamente conocido como bembé) en la casa de un practicante o a orillas del mar, es un espectáculo único. Hay comida y bebida en abundancia. Distintos tipos de carne, frutas y sobre todo gran variedad de dulces. Los participantes bailan y cantan al unísono, los tamboreros rompen el cuero a ritmo delirante, el festejo va en ascenso, impregnado de herencia, respeto y convicción.
Las raíces africanas de Cuba
Las mismas deidades africanas son adoradas en El Caribe, la América Hispana, los Estados Unidos y Brasil. Sin embargo, la marca identitaria y el carácter de cada región hace la diferencia. En Cuba, los santos yoruba son alegres, rebeldes, musicales, llenos de orgullo y determinación.
Podrás encontrar más información en el post de Las Deidades del altar Yoruba en Cuba