La historia de Trinidad contada por su Plaza Mayor

La historia de Trinidad contada por su Plaza Mayor

Encontrarse en Trinidad significa quedar atrapado en el tiempo. Fundada en 1514, la tercera villa colonial cubana continúa siendo el gran símbolo de un período económicamente próspero. Sus calles describen la historia feliz, pero también triste del período colonial, y específicamente para esta villa, que devino en una de las más importantes del país, gracias al desarrollo de la industria azucarera y la explotación de esclavos.

Entrada a la Villa de Trinidad en la carretera de Sancti Spiritus, Cuba

Muchos son los sitios que cuentan la historia trinitaria. Una simple fachada, un objeto, una iglesia, un valle…en todos se encierra una época repleta de cultura y tradición. Sin embargo, es la Plaza Mayor de Trinidad el epicentro de esa historia, la mejor y más bella muestra de todo el legado y el valor patrimonial de la villa de la Santísima Trinidad.

Una Plaza, una historia

Detalles de la Plaza Mayor de Trinidad

Si ha visitado algunas de las principales ciudades de Latinoamérica y el Caribe, se habrá percatado de la existencia de este tipo de plazas. Con la llegada de los españoles al continente americano se comenzaron a desarrollar las villas, que constituían el centro de la vida de los pobladores. Estaban compuestas por una plaza central y una iglesia, alrededor de las cuales se fueron construyendo las principales viviendas y comercios que cimentaron el devenir posterior de cada ciudad.

Así, nació lo que hoy conocemos como la Plaza Mayor de Trinidad, con su particular colorido y forma. Recorramos, entonces, uno de los más trascendentes lugares históricos, que se conserva casi intacto ante los ojos de los miles de viajeros que llegan hoy hasta la ciudad más colonial de Cuba.

La Plaza Mayor y la historia de sus nombres

Plaza y Parroquia Mayor de Trinidad, Sancti Spiritus, Cuba

Cuenta la historia que la plaza se concibió desde los primeros años de urbanización de la villa, a partir de la construcción de la Parroquia Mayor. En este momento, comienza a llamársele Plaza de la Iglesia, aunque no tuviera una estructura definida.

Es a comienzos del siglo XIX que empiezan a disponerse las diferentes casas en los alrededores de la plaza; casas que pertenecerían a las principales familias y hacendados de la zona. Se dice que los primeros trazados urbanísticos que se hicieron fueron bastante imprecisos y caóticos. La iglesia fue construida de costado y muchas de las casas también de lado, con la puerta principal hacia las calles de la plaza. Sin embargo, no cabe duda de su permanencia irresistible en el tiempo.

Palacio-Casa Brunet, Museo Romantico de Trinidad

Por otro lado, se asegura que en la plaza estuvo por varios años una enorme cruz y que 1812 se erige una estatua de la justicia. Así adquiere la denominación de Plaza de la Constitución. Esta estatua fue destruida en cuanto se restableció el absolutismo español. Se dice que Luis Brunet, uno de los poderosos hacendados de la época, logró que se aprobara la construcción de un busto de Isabel II, pero realmente se desconoce si este proyecto llegó a materializarse.

En el siglo XIX, con el desarrollo de la ciudad y la industria azucarera, la plaza adquiere relevancia. En 1857 se inaugura oficialmente como Plaza de Recreo o Plaza Serrano, donde se celebraban las fiestas religiosas y las diversas procesiones. Los arquitectos que le dieron luz a este proyecto fueron Julio Sagebien y Delgado y Julio Batista.

Turistas recorren las calles adoquinadas alrededor de la Plaza Mayor de Trinidad

De esta manera, y con el paso de los años, la plaza adoptó varios nombres como Plaza Martí en 1925, debido a un busto que aquí se colocó por varios años del Apóstol de Cuba. Desde hace algunas décadas se le comenzó a llamar Plaza Mayor, como muchas de las principales plazas coloniales del mundo.

¿Qué encontrará en esta fascinante plaza?

Cuando llega a este sitio, el centro histórico de la ciudad de Trinidad, lo primero que destaca es su peculiar colorido. Predomina el llamado amarillo de Trinidad, característico de la zona, una tonalidad que refuerza su estilo colonial y antiguo. Resaltan también el verde, el azul y los tonos rosas en las construcciones que la conforman.

Detalles de una estatua de perro en la Plaza Mayor de Trinidad en un dia de lluvia

Componen la plaza cuatro rectángulos simétricos que funcionan como pequeños jardines y alrededor de los cuales se concentran varias palmas reales, árbol simbólico de la nación cubana. La llamada loza bremesa distingue el resto del área, así como el enrejado blanco de fina filigrana, traído de Filadelfia, que delimita los espacios interiores y exteriores de la plaza.

En el centro se erige una de las esculturas representativas del lugar: la escultura en mármol de la diosa Terpsícore. La representación de la antigua musa de la danza imprime un aire juvenil y poético al emplazamiento y la ciudad. La bienvenida a la plaza la dan dos galgos fundidos en hierro, traídos de la Quinta de Don Justo Germán Cantero, ilustre hacendado e intelectual trinitario del siglo XIX. Gracias a los trabajos de restauración y conservación de Trinidad se preservan intactos los dos aljibes construidos en 1868, así como las copas decorativas de cerámica, los bancos de hierro y las farolas que alumbraban el espacio.

La Plaza Mayor y sus alrededores

Detalles de jarrones decorativos de la Plaza Mayor de Trinidad de Cuba

En el recorrido por la Plaza Mayor resultan distintivas las mansiones que la rodean, antiguas viviendas de las familias adineradas de la época colonial, hoy museos de la ciudad.

En la zona más alta de la plaza se levanta la Iglesia Mayor Santísima Trinidad, edificio insignia del lugar, con una historia de derrumbes y resurgimientos muy peculiar. Sufrió los embates de ciclones y tormentas, así como los ataques de corsarios y piratas, pero fue remodelándose hasta lo que es hoy, una de las iglesias más grandes y antiguas del país.

La Plaza Mayor de Trinidad vista en un dia soleado tipico de Cuba

A un lado se encuentra el Museo Histórico Municipal que salvaguarda objetos, obras pictóricas y documentos de los diferentes períodos históricos de Trinidad. Hacia otro costado, el Museo de la Arquitectura que conserva las técnicas arquitectónicas y decorativas que distinguen a la villa.

Deslumbra también el imponente Museo Romántico, en el antiguo Palacio Brunet, uno de los más importantes museos del país, que exhibe la exquisita decoración y el mobiliario característico de las familias adineradas de la etapa de oro trinitaria.

Estatua de Terpsicore y jarrones decorativos en la Plaza Mayor de Trinidad

Puede llegar hasta el Palacio Ortiz, que es hoy la Galería de Arte de Trinidad y que exhibe lo mejor de las artes plásticas contemporáneas de la localidad. Desde la Plaza Mayor se observa también la fachada del Convento de San Francisco de Asís, otra de las reliquias arquitectónicas de la villa y que ostenta un campanario – mirador desde donde se aprecia la belleza de Trinidad en toda su magnitud.

Al constituir el centro de la ciudad, cuenta con una zona Wi-Fi y con variados restaurantes y bares como el Restaurante Plaza Mayor o la Casa de la Música. En sus alrededores se venden artesanías y tejidos típicos de la localidad que pueden ser comprados y conservados como especial recuerdo de su estancia en la antigua villa.

Plaza Mayor de Trinidad, revele la historia y la vida trinitaria

Edificaciones coloniales alrededor de la Plaza Mayor trinitaria

La Plaza Mayor de Trinidad es el centro de la historia, la cultura y la vida trinitaria. Todas las calles de la ciudad conducen a esta impresionante plaza. El conjunto de mansiones a su alrededor y las peculiaridades de su construcción y decoración incitan la curiosidad y el deleite de los viajeros que llegan hasta la ciudad museo de Cuba. No se conforme con el cuento, revele usted mismo la experiencia de sentirse en otra época, de convivir con el pasado de la tercera villa colonial cubana.

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