Nos quedaba un solo día en Cuba, en La Habana, y corríamos con la suerte de tener un coche rentado. Así que debíamos aprovechar esa ventaja y hacer un pequeño viaje fuera de la capital.
Una tarde de paz en Las Terrazas
Escogimos pasar una tarde en Las Terrazas, una comunidad que pertenece a la provincia Artemisa, a solo una hora de La Habana. Suele ser recomendado en guías y sitios sobre Cuba, sobre todo por su naturaleza y su paz. Después de almorzar en La Habana, salimos entonces para allá.
Una comunidad autosustentable
Un poquito de historia para que sepa de qué va esta comunidad rural. Resulta que la belleza y la conservación natural que se divisa hoy en el sitio, no se mantuvo siempre así. Debido a la explotación indiscriminada de la tierra y los suelos desde épocas coloniales; esta era un área donde se plantaba café, se trabajaba en las minas de cobre y la silvicultura; el proceso de deforestación de la zona se hizo cada vez mayor.
En 1971 comenzaron las labores de la UNESCO por salvaguardar la zona, proceso que se intensifica cuando, en 1985, es declarada la Sierra del Rosario, donde se encuentra la comunidad, Reserva Natural de la Biosfera.
Conscientes de la riqueza de vegetación y fauna de Las Terrazas, se organiza un plan de reconstrucción del sitio y en 1994 se funda el Complejo Turístico Las Terrazas. Es un área autosustentable y de desarrollo sostenible. Las ganancias obtenidas del turismo son para mantener la comunidad y para el cuidado y conservación de la naturaleza. Tanto cubanos como viajeros de otras latitudes acuden a este paraíso para disfrutar de un día en familia, con amigos o en parejas.
¿Qué hacer en Las Terrazas?
En cuanto llegamos nos percatamos que había varias opciones. Ofertas gastronómicas, paseos a caballo, canopy, senderismo, baños naturales, camping… y la visita a una casa museo a la que los cubanos acuden mucho, el inmueble perteneciente al fallecido músico Polo Montañez, un “guajiro natural” como decía en sus canciones.
En los Baños del San Juan…
Nuestra pretensión era pasar un rato tranquilo, así que nos fuimos hasta los Baños del San Juan, río que recorre toda la comunidad. La visitan varias familias para pasar el rato y bañarse en sus corrientes. Hay dispuestas mesas y asientos a la orilla del San Juan para que los visitantes se sienten a tomar algo o hagan su picnic.
Escogimos un recodo y nos acomodamos para saltar al río. El baño fue muy placentero, entre pequeñas cascadas donde el agua es cristalina. Es excelente cuando se disfruta del río, rodeado de los sonidos de la naturaleza, de árboles y animales de la zona.
Para hospedarnos una noche en Las Terrazas…
Preguntamos las posibilidades de quedarse en el lugar. Es cierto que hay casas de renta y el legendario Hotel La Moka, pero buscábamos un contacto más directo con la naturaleza.
En esa zona de los baños se puede acampar si lleva lo necesario. Además ofrecen pequeñas y rústicas cabañas para pasar la noche. Era una opción a valorar, pero el clima no estaba de nuestro lado. Al parecer llovería mucho en la noche, por tanto, desechamos la idea de quedarnos en el lugar, experiencia que dejaríamos para otra ocasión.
Una parada en una hacienda cafetalera
Decidimos subir hasta una antigua hacienda cafetalera. Como era de tarde, la casa-hacienda, hoy en día un restaurante, estaba cerrada entonces optamos por recorrer los alrededores. Uno de los guias de la hacienda nos explicó que aquella perteneció a hacendados franceses que se enriquecieron debido a la explotación de esclavos y el café.
Se pueden conocer los diferentes procesos en la plantación de café, como el secado y el molido. Además se conservan restos de los barracones donde dormían los esclavos y las áreas de tortura. Pero más allá de la historia, lo que nos sedujo del lugar fue el sosiego y los hermosos paisajes. Es uno de los puntos más altos de Las Terrazas, así que las panorámicas fotográficas fueron espectaculares.
Cena en un restaurante vegetariano
Ante lo hermoso, el hambre siempre llegar. El guia nos recomendó un restaurante vegetariano, según él, único en la zona.
Sepa que allí comimos el mejor pan de los que habíamos probado en toda Cuba, con unas salsas de vegetales, maní y queso muy sabrosas. Pedimos como plato principal diferentes pastas con aderezos exquisitos y variados. Muchas de las hierbas no las recuerdo, pero el sabor fue diferente y muy sabroso.
La atención… estupenda, sin peros, y las bebidas muy refrescantes, sobre todo los jugos, donde fusionan diferentes frutas y plantas aromáticas para crear sabores novedosos. Además su ubicación ostenta una hermosa vista del río San Juan y la comunidad. Este sitio lo recomiendo sinceramente.
Una tarde para la relajación en contacto con la naturaleza
De esta manera, bien satisfechos, física y mentalmente, nos despedimos de Las Terrazas, un buen lugar para disfrutar de la naturaleza en la zona occidental de Cuba, tan variada y bella. En un día se pueden hacer diferentes actividades, en dependencia de lo que le apetezca y según sus expectativas.
Lo cierto es que si no desea alejarse mucho de La Habana, o si solo tiene pocos días de viaje, esta es una grata opción para conocer las zonas rurales de Cuba. Pasamos una tarde de tranquilidad, baños en el río, gratas vistas, exquisitos sabores y relajación total, que al fin y al cabo, era lo que estábamos buscando.
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