La mesa está servida para saborear Gibara

La mesa está servida para saborear Gibara

Cada verano en la provincia de Holguín, al oriente de la Mayor de las Antillas, el pueblo de Gibara se pone al centro de las miradas del audiovisual internacional. Es un sitio encantador y lleno de tradiciones pesqueras, que se llena de cineastas y artistas, y donde se ha visto en la calle paseando y comiendo en el Hotel Ordoño (o en cualquiera de los muchos restaurantes privados) a Fito Paéz, Benicio del Toro, Imanol Arias, Victoria Abril y Pancho Céspedes, por solo mencionar algunos.

En esta edición 15 del Festival Internacional de Cine de Gibara, celebrado en la primera quincena de julio, también regresó un encuentro culinario que se va convirtiendo en otra gran atracción de la cita, además de las muchas películas, conciertos y exposiciones de artes visuales que allí tienen lugar.

¿Qué es «Saborear Gibara»?

El arte culinario de este lugar es fascinante y se ha creado sobre todo utilizando salsas, mariscos y deliciosos pescados. Cientos de artistas y viajeros de varios países «invaden» el pueblo, distante unos 30 kilómetros de la ciudad de Holguín, para darse también algunos de los mejores banquetes que se pueden probar en Cuba.

En la conocida también como «Villa Blanca de los Cangrejos», se celebró el segundo Encuentro de Arte Culinario «Saborear Gibara», auspiciado por el FIT Gibara 2019, la Asociación Culinaria de Gibara y las autoridades locales, y destinado a mostrar los secretos de la cocina lugareña. Allí se organizan rutas gastronómicas, paneles, conferencias, presentaciones de libros y revistas, talleres, se proyectan películas donde la comida tiene destaque, degustaciones de platos y showcookings de chefs de renombre, cubanos y extranjeros, encabezados por los holguineros Pedro Patterson y Madelaine Calzada.

No hay oportunidad mejor para acceder a tradiciones centenarias de la zona, como los cocteles de pescados y mariscos, o a novedosos platos gourmet. Imperdible es el famoso coctel de masa de jaiba condimentado con limón, jugo de tomate, sal y picante, que puede sorprenderle en cualquier calle.

La mesa estuvo servida este verano

Durante los fabulosos días de cine en Gibara, los negocios del pueblo se llenan de gente y buena vibra. Sus restaurantes privados, conocidos en Cuba como «paladares», tienen la oportunidad de mostrar sus mejores credenciales, y lo hacen.

Desde el vendedor ambulante hasta la más elegante de paladar, todos los menús se alimentan del mar. Lo primero que hay que saber es que allí uno encuentra algunos de los más baratos precios de la isla, para disfrutar manjares concebidos con los regalos del océano. Se come bien, productos frescos y de alto estándar, algo mucho más difícil y caro en La Habana y otras ciudades importantes de Cuba.

Eso se evidenció en el Museo de Historia Natural, sede del Encuentro de Arte Culinario cuyo tema central fue:

«La cocina gibareña de ayer y de hoy. Su contribución al binomio turismo & patrimonio inmaterial en la Villa del Ensueño.»

Fue un evento abarrotado de curiosos y amantes del buen comer, con destaque para la emblemática paladar La Cueva Taína.

Lo mejor es conocer de primera mano buenos sitios a los cuales poder acudir el resto de los días de festival de cine, o en cualquier época del año, como los restaurantes La Perla del Norte, Villa Caney, Vista Azul, El Balcón del Atlántico, Las Terrazas, o La Fortaleza.

Algunas recomendaciones para comer en Gibara

A partir de lo aprendido en los Encuentros de Arte Culinario, me permito darle algunas sugerencias a tener en cuenta si viaja al próximo festival de cine, o la visita en otra época que nunca le faltan encantos a «la Villa Blanca».

La Cueva Taína es un clásico del emprendimiento culinario local, negocio que brinda decisivo apoyo al evento. Se encuentra en la calle Segunda # 131, barrio de Pueblo Nuevo. Una comida allí no supera los siete CUC, y es un lugar cerca de la playa Caletones, muy agradable y con varios espacios distintos para comer. Tienen su propia huerta por lo que la frescura y calidad de los vegetales y especias está garantizada.

Son muy exóticos sus entrantes llamados «salaos», de camarón y cangrejo, así como sus «Pinchitos Cueva Taína» (fajitas de pescado crudo y aceitunas). Si estos se combinan con un buen filete de pescado resultan irresistibles, aunque también viene bien un tradicional cerdo asado.

En la calle Céspedes # 5, entre Peralta y Luz Caballero, encontramos otro paladar pintoresco: La Perla del Norte. Se enmarca en el encantador centro histórico de Gibara y su especialidad es un plato propio al que llaman «La Perla», una receta exquisita que combina tres clases de mariscos.

Otro muy bueno es El Balcón del Atlántico (Cabada #78-Altos entre Independencia y Avenida Ávila), aunque lo que vale oro es su ubicación cercana a la bahía, un regalo para la vista que además se acompaña de la brisa fresca del mar. Un almuerzo allí es un lujo muy barato, y estará de acuerdo conmigo si degusta, aunque no es marino, unas masas de cerdo fritas, acompañadas del criollísimo arroz congrí, ensaladas de estación y viandas fritas, entre ellas los tostones.

Los deliciosos sabores de Gibara

Festival de Cine de Gibara

La relación de los restaurantes y el Festival Internacional de Cine de Gibara es muy valiosa y crece. Las paladares se benefician de la gran convocatoria del evento, mientras este se consolida como una puerta abierta a lo profundo de la cultura local.

El encuentro «Saborear a Gibara» es una oportunidad para participar del curioso maridaje de vinos y rones cubanos con las tapas gibareñas, probar exóticas recetas marineras, y soñar viendo el mejor cine de la región con el corazón contento como solo puede dejarlo una mesa bien servida.

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