Mausoleo de los bomberos heroicos

Mausoleo de los bomberos heroicos

Cerca de la entrada principal de la Necrópolis de Colón, Monumento Nacional de Cuba y cementerio de mayor tamaño en América, si el visitante levanta la mirada hacia el lateral derecho, se encontrará con uno de los panteones más hermosos y majestuosos de cuántos allí existen.

Sólo tiene que vislumbrar el punto que sobresale por encima, incluso, de las altas palmeras circundantes. Se trata del monumento a las Víctimas de la Caridad o a los bomberos heroicos, como se conoce popularmente, una obra de 10 metros de altura que embellece el entorno con su mera presencia y despierta la curiosidad en muchos.

El mausoleo y sus atributos

El mausoleo y sus atributos

Este panteón colectivo, el más imponente y elevado del camposanto, es obra del arquitecto Julio Martínez Zapata y del escultor Agustín Querol Subirats, ambos españoles. Impacta al observador la hermosa imagen de la parte superior del conjunto. Un ángel alado con una venda en los ojos, que representa al Ángel de la Fe, sostiene en brazos a un bombero desfallecido, mientras levanta a los cielos la mano izquierda, entregando la vida heroica. Se sostiene en una columna central, bellamente adornada y erigida a manera de obelisco sobre un imponente sarcófago de mármol. Completan el sepulcro cuatro figuras femeninas, de tamaño épico, que representan a la Abnegación, el Dolor, el Heroísmo y el Martirio.

Monumento a los Bomberos, Cementerio Colon, La Habana

Sin dudas, el encanto, las magníficas dimensiones y los múltiples valores monumentales, hacen que el sepulcro de las Víctimas de la Caridad sea poseedora de la superioridad artística del cementerio y que se haya convertido en un sitio de homenaje a todos los bomberos, héroes caídos en el cumplimiento de su deber.

El incendio de Isasi

Monumento a los Bomberos, Cementerio Colon, La Habana

Pocos de los que transitan por la necrópolis conocen la historia real del suceso que dio pie a tamaño homenaje y su plena significación, resultado de la expresión de dolor y agradecimiento del pueblo cubano ante uno de los mayores desastres ocurridos en La Habana de finales del siglo XIX.

Transcurría la noche del sábado 17 de mayo de 1890. Todo parecía estar en calma. De repente, la alarma agitó a la ciudad. Prestas, acudieron las fuerzas de las estaciones de Bomberos Municipales y del Comercio. Se incendiaba el almacén de la ferretería de Juan Isasi, ubicado en la esquina de las calles Mercaderes y Lamparilla, en el corazón de La Habana Vieja.

Monumento a los Bomberos, Cementerio Colon, La Habana

El desastre era colosal y al fuego indetenible se le sumaron dos grandes explosiones. La ciudad se alumbró toda en un instante fugaz y una lluvia de grandes escombros nubló el espacio. Muchos de los bomberos y sus principales jefes quedaron atrapados en el desastre, con 25 fallecidos en el cumplimiento del deber. También se lamentó la pérdida de algunos espectadores, agentes del orden público y marineros. El mayor siniestro de la época causaría un total de 38 muertes y otras personas quedarían mutiladas o heridas.

La población se unió en dolor común, colaboró en un acto de heroísmo desesperado con las labores de rescate de los sobrevivientes y de los cuerpos sin vida, controló el fuego e impidió que se extendiera. Los féretros de los héroes fueron expuestos en las galerías del Palacio de Gobierno durante un día de luto. El 19 de mayo, una emotiva y multitudinaria procesión acompañó a las víctimas hacia su destino de reposo final en la Necrópolis de Colón.

Historia del monumento

Monumento a los Bomberos, Cementerio Colon, La Habana

Como muestra de homenaje y gratitud, el entonces Ayuntamiento de La Habana decidió erigir sobre el panteón donde yacen casi todos los bomberos y civiles fallecidos, la magnífica obra funeraria de mármol blanco. Unos cuatro años duraron las labores y fue inaugurada finalmente el 24 de julio de 1897. En una inscripción puede leerse:

«El pueblo de La Habana llora su noble sacrificio, bendice su abnegación heroica y agradecido les dedica este monumento para guardar sus cenizas y perpetuar su memoria.»

Monumento a los Bomberos Heroicos, Cementerio Colon, La Habana

Distingue a la obra la expresión de los rostros de los bomberos, dispuestos en los costados del panteón y tallados en medallones de mármol, como recordación perenne y elemento decorativo. Ante la ausencia de la foto de uno de ellos, que fue enterrado en otro sitio, el escultor decidió prestarle su apariencia y tallar su propia efigie. Pasaba de esta manera también a la posteridad, según aseguran algunos, como una macabra broma funeraria.

Los bomberos en Cuba

Monumento a los Bomberos, Cementerio Colon, La Habana

La historia de los bomberos en Cuba inicia en 1696 con la creación de la primera formación de Bomberos Voluntarios de la actual ciudad de Santa Clara, en el centro del país. Para 1856 se oficializa el primer Cuerpo de Bomberos de esa ciudad y a partir de entonces surgen otras agrupaciones a lo largo de la Isla.

Monumento a los Bomberos, Cementerio Colon, La Habana

El Cuerpo de Honrados Obreros y Bomberos de La Habana, se crea en 1835 y se les llamó popularmente Bomberos Municipales. Estaba conformado en su mayoría, al igual que la agrupación de Bomberos del Comercio, por voluntarios que en su tiempo libre se dedicaban a tan noble labor.

Peregrinación en el Día del Bombero

Monumento a los Bomberos, Cementerio Colon, La Habana

El 17 de mayo es el Día del Bombero en Cuba. Se realiza una procesión hasta el mausoleo del Cementerio de Colón y otra hasta la esquina de Mercaderes y Lamparilla, sitio del siniestro, donde existe actualmente una lápida de recordación y una sala museo.

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