Por las huellas de Madonna en La Habana

Por las huellas de Madonna en La Habana

Llegó a La Habana en pleno agosto. Buscaba un modo diferente para celebrar su cumpleaños 58 y la opción del Caribe le pareció tentadora; pero sencillamente escogió a Cuba, el exótico palmo de tierra que muchas personalidades del arte y la cultura estadounidense han deseado conocer a pesar de los obstáculos.

Además, por las venas de su hija mayor Lourdes María León (Lola) corre también la sangre cubana. ¡¿Qué mayor privilegio entonces que celebrar su cumpleaños en la Mayor de Las Antillas, rodeada de sus cuatro hijos, algunos amigos íntimos y su equipo de trabajo?! Su estadía en La Habana duró tres días, suficientes para saturarse de sabor tropical.

Motivados por la curiosidad de experimentar sensaciones similares a las de Madonna durante su paseo por La Habana, decidimos vivir una aventura análoga, visitando los mismos sitios donde zambulló su espíritu durante esos días.

Por La Habana en coche clásico descapotable

Por La Habana en coche clásico descapotable

El avión privado de Madonna aterrizó el lunes 15 en la pista del Aeropuerto Internacional José Martí (HAV). Salió del aeródromo con un séquito de autos clásicos descapotables, esos que sin techo y pintados con brillantes colores invitan a recorridos citadinos que nos trasladan en el tiempo.

Decidimos abordar uno de ellos para, como Madonna, conocer por primera vez la ciudad. La Avenida de Rancho Boyeros es la vía por la que circulan los recién llegados hasta el centro, y observamos de cerca la dinámica popular de ciertos fragmentos de los municipios capitalinos Boyeros, Cerro, Plaza de la Revolución, Centro Habana y La Habana Vieja.

Madonna en un Chevrolet BelAir camino a La Guarida

Al disfrute del caminar presuroso y alegre de las personas, se unió el de numerosas obras arquitectónicas. La Ciudad Deportiva, la Fuente Luminosa, la Plaza de la Revolución José Martí, la iglesia de Reina o del Sagrado Corazón y el Capitolio Nacional, quedaron grabados en instantáneas tomadas a lo largo del trayecto que duró cerca de cuarenta minutos.

Comprendimos que quizás por ello Madonna prefirió solicitar el servicio en coches que todavía circulan por las calles habaneras a pesar de su edad y origen, y que la trasladaron hasta el Hotel Saratoga, sitio donde intentamos alojamos infructuosamente tras sus huellas por cuestiones de presupuesto.

El ecléctico Hotel Saratoga

Lobby bar del Hotel Saratoga

Casi en los inicios del Paseo del Prado de La Habana, sobresale el Hotel Saratoga con más de 70 años de experiencia brindando alojamiento. De las 96 lujosas y refinadas recámaras que componen el hotel, siete son suites. En una de estas se alojó Madonna, de donde sólo salía cuando era necesario.

Nos explicaron que en los dos primeros pisos las habitaciones reciben el nombre de Saratoga Moderna. Se distinguen por su piso de mármol y la tapicería de colores alegres. Las del tercer y cuarto pisos componen el Saratoga Colonial, que atrae a los visitantes por las camas de maderas preciosas y el tradicional suelo de baldosas.

Vista del Capitolio de La Habana desde la piscina del Hotel Saratoga

Las piezas del Saratoga ofrecen una encantadora vista de La Habana antigua. Sus ventanas de doble cristal aíslan a los huéspedes del bullicio citadino, propiciando un plácido ambiente de tranquilidad. Desde allí divisamos el ir y venir de las personas, los autobuses, los bicitaxis y los automóviles por las calles, a pesar de que dicen que escasea el combustible.

Imaginamos que Madonna también se sentiría extasiada ante el disfrute de una dinámica de vida hasta el momento desconocida. Básicamente es una ciudad como otra cualquiera, debió pensar. Quizás por ello decidió romper el protocolo y salir a intercambiar con los auténticos habitantes de la Isla, tomando por sorpresa las principales plazas del centro histórico habanero.

Un recorrido sin precedentes por La Habana Vieja

Madonna en la paladra La Guarida

Durante los días de Madonna en La Habana, tanto la prensa internacional como sus cuentas personales en las redes sociales dejaron registros de sus caminatas por las estrechas calles de la parte histórica. Lo hizo sin presiones ni acoso.

Se le vio relajada por el boulevard de Obispo, la Plaza de Armas, la Plaza de San Francisco de Asís o la Plaza Vieja. A su paso, la gente vitoreaba y muchos sacaban sus móviles en busca de una fotografía que dejase registro visual de la sorprendente coincidencia.

Madonna y sus amigos en la paladra La Guarida

En un recorrido similar, fuimos testigos del colorido entorno, de la música en cada esquina y de la sonrisa permanente de los habaneros, hospitalarios y atrevidos. Descubrimos que La Habana tiene una magia singular, donde confluyen lo clásico y lo moderno en una armonía que seduce.

De seguro Madonna disfrutó de la excursión como nunca imaginó, pues descubrió el restaurante La Vitrola, muy cerca de la Plaza Vieja. En ese lugar se regaló una inolvidable cena de cumpleaños.

La marca de Madonna en La Vitrola

Habaneros y turistas en la paladar La Vitrola

En la intersección de las calles Muralla y San Ignacio, una antigua casa color ocre de dos secciones encanta a los caminantes. Se dice que la planta baja data del siglo XVIII, y el piso de arriba le fue añadido tiempo después, para dedicar el primero a actividades comerciales.

Su propiedad pasó a través de varias familias, hasta que los titulares actuales decidieron destinar los bajos a su propósito inicial, por lo que en 2014 La Vitrola abrió sus puertas. Sus dueños no sospecharon que dos años después, el recinto sería escogido por la Reina del Pop para celebrar su aniversario de vida.

Restaurant y paldar La Vitrola

Elegantes puertas de cristal traslucen el interior del restaurante privado (paladar) que nos hizo sentir de maravillas. Resaltaron ante nosotros las paredes decoradas con fotografías de clásicas y contemporáneas personalidades del espectáculo, antiguos aparatos de radiodifusión y anuncios comerciales de épocas pasadas.

Del techo cuelgan bellas luminarias junto a bicicletas de varios tamaños y caballitos de madera. Unas mesas con sillas y otras con cómodos sillones de vinil blanco completan la decoración, en un espacio que oferta exquisitos platos, un servicio excelente y música cubana de calidad.

Vista de la fachada de la paladar La Vitrola

Cuando Madonna cenó en La Vitrola, fue agasajada por los músicos cubanos Isacc Delgado y El Misha. Allí la diva cantó y bailó con el mambo, tango, rumba, reggaetón y salsa, mientras irradiaba su felicidad sin misericordia. El clímax de su realización personal en el momento fue evidente cuando subió a una mesa para bailar al compás de la contagiosa música cubana, imagen que se volvió viral en internet.

«Adiós, Cuba», se despidió Madonna

El 17 de agosto de 2016 Madonna se despidió de Cuba y sus pobladores. Lo hizo con la frase:

«Adiós, Cuba.»

 

Y una sonrisa en los labios, mientras miraba fijamente hacia la cámara de vídeo que captó imborrables momentos de su estancia. Desde entonces, su nombre figura en la lista de las grandes celebridades que en los últimos años han pasado por La Habana, dejando huellas perdurables en la memoria y el corazón de sus habitantes.

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