Es casi imposible que de Cuba el viajero no regrese con un hermoso suvenir de cerámica cubana, allí la mirada del visitante se pierde entre tanto buen arte artesanal. Y es lógico porque Cuba no es únicamente sol y hermosas playas, Cuba no es sólo es ritmo y amor. Viajar a Cuba también exige, sin lugar a dudas, acercarse a otras expresiones de su cultura.
Entre las menos hurgadas, y a la vez más recurridas, está la cerámica. Muchos de quienes visitan la isla escogen precisamente este arte cuando se trata de llevar un recuerdo o un obsequio para los amigos o familiares que quedaron lejos. Tanto es el auge que posee la cerámica en Cuba que cuentan con el Museo Nacional de la Cerámica Contemporánea Cubana.
Se ubica en La Habana Vieja, en un inmueble cuya arquitectura responde a las características del siglo XVIII, exactamente en la Casa Aguilera localizada en calle Mercaderes, número 27, esquina a Amargura. La apertura de este sitio respondió, precisamente, al interés de mostrar el desarrollo de la cerámica en la isla. Allí puede ver en exposiciones varias piezas que, quizás después, podrá comprar en diferentes sitios.
El museo organiza la Bienal de la Cerámica Amelia Peláez, evento de carácter nacional dedicado a esculturas instalativas y paneles. En años alternos se dedica a las vasijas.
Pero no sólo en La Habana puede apreciar el desarrollo mostrado por la artesanía cubana. Varios espacios, en el interior del país, muestran con orgullo centenarias prácticas cuyo resultado se traduce en excelentes objetos artísticos y utilitarios.
La cerámica de Sancti Spíritus, distinción y elegancia
Sancti Spíritus es una de las primeras siete villas fundadas en Cuba. Se ubica en el centro del país, a poco más de cuatro horas de La Habana y acoge también, una vez al año, la Bienal de Cerámica Artística.
Tal es el auge que posee la manifestación en esta zona del país que a esta ciudad se le conoce también como la Ciudad de los Murales, pues son varios los que puede encontrar mientras camina la hermosa villa.
Es ahí, en Sancti Spíritus, donde muchos viajeros se mueven de un lado a otro cargando consigo sonajeros, vasijas de barro y bellas y variadas esculturas trabajadas con exquisito rigor artístico.
Disfrute el proceso de fabricación
En Sancti Spíritus puede regocijarse, la palabra no puede ser otra, con el proceso de fabricación de excelentes piezas de cerámica. Ya una vez en la villa, es recomendable visitar la casa – taller de los Hermanos Navia y ver allí, frente a sus ojos, como son moldeadas macetas de varios tamaños, tinajas, y bellísimos artículos de decoración.
No sólo podrá adquirir piezas de artesanía, sino que también se sentirá afortunado por contemplar el nacimiento de estos maravillosos artículos. Porque de Sancti Spíritus no sólo los visitantes se llevan hermosas obras de artesanía, sino también el recuerdo de las manos que se hunden en el barro.
También artesanía más al sur
A poco más de una hora de Santi Spíritus, y ya bien cerca del mar, se encuentra otra de las primeras villas fundadas por los españoles: Trinidad. Esta ciudad no sólo es famosa por su arquitectura, o por su cercanía al cálido y hermosísimo mar Caribe. Trinidad también muestra su quehacer artesanal, tradición que en el 2018 le valió la condición de Ciudad Artesanal del Mundo. Entre todos sus artistas destaca, como pocas en la isla, la familia Santander.
Tan antigua es la tradición en ellos que según cuentan la historia, el trabajo con barro viene desde el año 1892. Tan amplio es el quehacer que por todas partes puede encontrar los más variados objetos, desde jarrones, porrones, sonajeros, ceniceros, hasta filtros de agua. Lógicamente, ¡qué mejor lugar que su taller para adquirir cualquier pieza que le atraiga, o encargue, para satisfacer sus más variados deseos!
Entre sus creadores destaca una mujer, miembro de la familia, cuyas piezas muestran características diferentes, pues se especializa en realizar murales trabajados con relieves, platos con decoraciones precolombinas y trabajos pulidos a mano con óxidos metálicos.
La familia Santander sobresale por su antigüedad, pero también por las diversas piezas que decoran numerosos sitios en todo el país. Su calidad la avalan los numerosos premios obtenidos en las Ferias Internacionales de Artesanía, en La Habana (FIART), otro espacio idóneo para deleitarse y comprar valiosas obras de artistas cubanos y del resto del orbe.
Cerámica cubana en Sancti Spíritus para llevar
La historia de la cerámica en Cuba es amplia y hermosa. Cuando adquiere una de estas piezas y las regala, está concediendo un pedazo del alma cubana, muestra además del ingenio y la originalidad de los habitantes de esa isla. Pero a la vez, cuando las lleva consigo, quedará ligado a Cuba a través de un porrón, un sombrero, una pequeña pieza de madera o de coral. Hermosos recuerdos de una isla que sueña también desde el arte.