Nuestras Señora de Kazán en La Habana

Nuestras Señora de Kazán en La Habana

En la Avenida del Puerto se alza la joven Catedral Ortodoxa Nuestra Señora de Kazán en La Habana, que recibe a cientos de cristianos rusos residentes en la Isla, a sus descendientes y también a visitantes de todas las latitudes, atraídos por el exotismo de un templo contrastante en esos parajes.

Detalles de los altares de la Catedral Otodoza de La Habana

Y es que esa construcción de blancas paredes, cubiertas doradas y bronceadas, es única por ser un pedazo de Rusia en El Caribe. No sólo se distingue porque preserva las raíces religiosas de esa nación, sino también porque expone la arquitectura bizantina, cuya máxima expresión se evidencia en la forma acebollada de sus cúpulas y las cruces que brotan de ellas.

Descubriendo a la Virgen de Kazán

Desde hace siglos, el pueblo ruso venera a Nuestra Señora de Kazán. Se dice que fue pintada por vez primera en Constantinopla, en la decimotercera centuria. Muestra la imagen de la Virgen María con el Niño Jesús sentado en una de sus piernas, en actitud de ponerse en pie y bendecir con la mano derecha a su madre.

Iconos de la Virgen de Kazan en la Catedral Otodoza de La Habana

Sin embargo, el ícono estuvo escondido durante la invasión tártara a Rusia bajo la estufa de una casa, hasta que un incendio devastó a la ciudad de Kazán en 1579. Fue la misma virgen quien apareció en los sueños de cierta niña que moraba en uno de los hogares destruidos y le dio las coordenadas para hallar la pieza que yacía intacta bajo las cenizas.

Desde entonces, el pueblo ruso encontró en ella el objeto de la devoción mariana. Se le atribuyen múltiples milagros; pero el mayor de todos ha sido el de permanecer fiel al país que la acogió como su protegida y protectora. Entonces, existen sobradas razones para que la Catedral Ortodoxa en La Habana lleve su nombre.

Anales del templo

Cupulas de la Catedral Ortodoxa Nuestra Señora de Kazán

A fines de la década de los 90 del siglo pasado, la comunidad rusa que habita en Cuba comenzó a demandar la construcción de una iglesia donde celebrar sus liturgias, atendiendo a las tradiciones religiosas propias de la ortodoxia.

Fue en 2001 cuando se acordó la edificación de un templo en La Habana, y tres años después se colocó la primera piedra en el espacio que otrora ocupara una residencia multifamiliar, con la presencia de Kirill, hoy Patriarca de Moscú.

Cruicifijo en el altar mayor de la Catedral Ortodoxa Nuestra Señora de Kazán

Los trabajos para levantar la basílica se extendieron hasta el año 2008. El proyecto entretejió lazos de amistad entre los cubanos y los rusos proyectistas de la obra, quienes sugirieron utilizar materiales como el ladrillo y el hormigón para levantar los muros de entre 45 y 80 centímetros de ancho, como aseguramiento a los arcos interiores. El revestimiento se compone de yeso y un adobe denominado panetela, debido a su escaso peso.

Las seis cúpulas acebolladas y las cruces que las coronan se colocaron tan sólo en dos días por expertos rusos. Con envolturas de cobre, cuatro de ellas tienen enchape final en bronce; pero la mayor y la menor están recubiertas en oro. Cinco de estos domos se ubicaron en la iglesia y sólo uno en el campanario.

Vista de las cupulas de la Catedral Otodoza de La Habana desde la Avenida del Puerto

Fue el domingo 19 de octubre de 2008 cuando se celebró la Divina Liturgia que consagraba a la iglesia como Catedral Ortodoxa Rusa en La Habana. Se convertía en el segundo templo de su tipo más grande del mundo, fuera de las fronteras del gigante europeo.

Nuestra Señora de Kazán por dentro

Detalles del interior de la Catedral Otodoza de La Habana

La majestuosidad que proyecta la fachada del templo nos invita a adentrarnos. Es en la calle San Pedro donde se localiza la entrada principal que da paso a las tres secciones en las que se divide el edificio: el santuario, el campanario y la sede eclesiástica.

La imagen de Nuestra Señora de Kazán se revela, como dando la bienvenida, en la misma escalera de acceso. A diferencia de los íconos católicos tradicionales de occidente, esta figura evoca el peculiar estilo greco-bizantino, condición que está presente en las restantes representaciones pictórico-religiosas de la catedral.

Techo abovedado de la Catedral Ortodoxa Nuestra Señora de Kazán

Luego de atravesar un breve patio interior decorado con plantas y flores, ante los ojos del visitante se extiende la entrada de la basílica. Resulta sorprendente la decoración de las paredes de color blanco con murales bizantinos dispuestos en armonía, cuya sobriedad no sólo se evidencia en los dibujos santorales sino en los tonos pasteles con que fueron coloreados.

Cuando alzamos la vista y enfocamos el techo, no caben dudas del uso de la bóveda como elemento constructivo. Las lámparas doradas proporcionan mayor elegancia y nitidez al templo. El mobiliario donde se acomodan quienes acuden a celebrar la eucaristía, deja entrever que está hecho de maderas preciosas. Tiene capacidad para 500 personas, aproximadamente.

Iconos y altar de la Catedral ortodoza de La Habana

Pero el altar es lo más impactante del conjunto. Dicen que fue montado en el monasterio de la Trinidad y San Sergio por maestros escultores rusos, quienes utilizaron el oro como único material. Su belleza ilimitada hipnotiza a quien por vez primera observa detenidamente la perfección de sus relieves y formas. Allí se encuentra otra imagen de la venerada Virgen de Kazán, que mira hacia la entrada y frente a la que el sacerdote oficia la liturgia.

Un sepulcral silencio inunda el interior de esta nave. Es el sitio ideal para quienes deseen huir del escandaloso bullicio de la ciudad y quieran sumergirse en un mundo de paz y meditación, aunque sea por unos instantes.

Además del santuario, otros espacios completan el edificio. Bajo el templo, figura un conjunto de habitaciones, la cocina, los baños, los salones de computación, de reuniones y de protocolo, la administración, la biblioteca y otras oficinas.

Otra iglesia ortodoxa en La Habana

 

Cerca de la Catedral Ortodoxa Rusa, en el patio interior del Convento de San Francisco de Asís, se localiza la Catedral Ortodoxa Griega que fuera glorificada en 2004 por Bartolomeo I, Patriarca de Constantinopla. Ese pequeño templo también recibe diariamente a feligreses y visitantes de todo el mundo.

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