Imagine una playa, de arenas blancas, aguas color turquesa y la espuma del mar tibio acariciándole los pies. Voltéese, observe el paisaje de dunas blanquísimas que resplandecen bajo el sol, adornadas por palmeras, cuyas fisonomías proyectan figuras de sombras. Note, mientras avanza el día, que esas huellas grises cambian de lugar como si fueran entes vivos y quienes se sirven de ellas para descansar, se moverán a su ritmo, cazándolas.
Déjese llevar por ese momento en el que todo su cuerpo, ya es de sal y brisa, y la piel se tuesta serena, blanda. Está en Guanabo: la playa que muchos habaneros prefieren tanto por su cercanía a la capital, como por el ambiente que allí se respira.
Todo el año
Cuba es un eterno verano. Por eso sus playas nunca están totalmente vacías y con Guanabo, en particular, pasa que mucha gente la prefiere en primavera, otoño y hasta en invierno. Pero los meses más movidos en realidad son julio y agosto, cuando los más jóvenes de casa tienen sus vacaciones escolares y los mayores aprovechan para planificar las suyas y compartir en la playa, en familia.
Llegan de todas partes, lo mismo en taxis que hacen piquera en un punto cercano a la Terminal de Ferrocarril de La Habana Vieja, en autos particulares o por el contrario en ómnibus que ofertan excursiones, a precios módicos, y comprenden la ida y el regreso, además de un almuerzo en algún restaurante local.
No se trata de una playa apartada, sino de todo un poblado, con parques, cine, museo, tiendas, mercados, discotecas, restaurantes, hoteles y muchos comercios estatales y particulares. Los lugareños desde hace mucho tiempo también se dedican a rentar sus viviendas para que quienes prefieran pasar allí toda una temporada, puedan hacerlo sin problemas y con excelentes condiciones de alojamiento.
De su ubicación y otros datos curiosos
Con una población que supera los 15 mil habitantes, Guanabo tiene al norte el estrecho de la Florida, limita al este con el municipio de Santa Cruz del Norte, al sur con Campo Florido y al oeste con el reparto Boca Ciega, que cuenta también con una zona para bañistas.
Como datos curiosos Guanabo significa en idioma aborigen “Las Palmas” o “El Palmar” y de este paraje se tiene noticia desde 1564, año en que consta por vez primera en un acta del Cabildo habanero, donde se afirma que aquellos terrenos habían sido entregados para la crianza de cerdos. Pero no fue hasta 1803 que se fundó el poblado, conocido hoy como Guanabo Viejo.
La Habana es un enorme sitio arqueológico, pero en ese pueblo marino, en una zona conocida como Punta Macao, expertos investigan un asentamiento parcialmente cubierto por el mar, en el cual se han encontrado numerosas piezas de grupos aborígenes.
Además de los sitios aborígenes, el patrimonio histórico de toda Cuba incluye a una gran cantidad de ciudades y pueblos de la época colonial, haciendas, ingenios azucareros y cafetales, eso es innegable; pero en las zonas costeras, se añade un enorme potencial subacuático.
Recordemos que un sinnúmero de embarcaciones fue hundido alrededor de Cuba desde la época en que las flotas se reunían en sus mares y eran sorprendidas por las perturbaciones ciclónicas. Como en Guanabo también hay espacio y opciones para las actividades submarinas, ¡quién sabe si se pone de suerte y se tropieza con alguna de esas reliquias!
Explorar la riqueza natural
Cuentan que el verdadero crecimiento económico de la localidad aconteció a inicios de la segunda mitad del siglo XX, después que se construyeron el Túnel de La Habana y la Vía Blanca. Personas acaudaladas de la época se trasladaron allí y construyeron sus retiros para vacacionar o alejarse simplemente un rato de la dinámica citadina. También se aseguraron de edificar clubes y centros nocturnos privados para aprovechar al máximo las bondades de ese paraíso.
Después de 1959, muchas de estas familias emigraron y el gobierno se hizo cargo de sus inmuebles. El tiempo accionó sobre ellos y muchos fueron deteriorándose por diversas circunstancias. Quizás unos 10 años atrás este deterioro se podía notar en mayor magnitud, pero lo cierto es que Guanabo, con la apertura al trabajo por cuenta propia, ha visto cierto desarrollo. Y aunque todavía existen problemas, hoy es un poblado que prospera.
La localidad está rodeada de bosques de mangles, lagunas, barreras de coral y como bien señalaba al principio, dunas. Por tanto, es posible hallar flora y fauna de gran endemismo y es un buen lugar para el avistamiento de aves, reptiles y otros animales autóctonos, razones por las cuales los amantes de la fotografía encontrarán paisajes hermosos desde el alba.
Algunas recomendaciones
Aconsejamos comprar bidones de agua potable en la red de mercados para consumir en la playa, pues allí la dispensada por el acueducto es salobre y aunque existe el servicio de agua potable en carros cisternas, es mejor evitar complicaciones.
Para los aventureros, el plato fuerte será disfrutar de actividades náuticas porque, visibles, desde cualquier punto de la playa, se alquilan equipos acuáticos, como bicicletas y kayaks. Y si lo que busca es deporte extremo, la brisa siempre será especial para sobrevolar apenas un metro sobre las aguas y derrochar adrenalina en el surfing aéreo.
Encontrará restaurantes privados de todo tipo, de comida internacional, cubana, fusión, italiana así como pastelerías y dulcerías, con acogedoras vistas y terrazas para que disfrute de todas las delicias del lugar. Los precios oscilan entre los 7 y 10 CUC (moneda de cambio en Cuba).
Las opciones estatales de comida también estarán a su alcance y algunas no son para nada despreciables. Del mismo modo podrá disponer de productos en agromercados y tiendas para cocinar a su gusto, pues en las casas de renta se permite hacer uso de todas las instalaciones, incluyendo la cocina. Algunos anfitriones brindan los servicios de desayuno, almuerzo y comida, pero cualquiera de estas opciones dependerá de su libre elección.
Guanabo es una opción a tener en cuenta
No lo dude. Lléguese y rente un espacio en cualquiera de sus casas de veraneo. Disfrute de un ambiente de pueblo custodiado por el color azul – turquesa de sus aguas. Explore sus calles y siéntase un lugareño más. Conozca de primera mano las maravillas que enriquecen a La Habana y sus barrios.