Atardeceres de lujo en La Habana

Atardeceres de lujo en La Habana

¿Ha visitado la Mayor de las Antillas o se dispone a hacerlo? Es una isla maravillosa, llena de encantos insospechados, valiosísimas experiencias y singulares momentos, ideales para vivirlos a lo grande.

Se trata de una gran oportunidad que debe aprovechar al máximo, pues la isla caribeña es muy virtuosa; desde su gente, amable y cálida, el clima: un eterno verano, la cultura, las playas, la gastronomía y mucho más. Son tantos los atractivos que querrá volver. Por eso Cuba está entre los lugares indispensables para vacacionar en cualquier época del año.

Una de las razones: los atardeceres

Atardecer en La Habana

Se lo aseguramos. Entre esos pequeños placeres que no debe pasar por alto, una vez allí, están los atardeceres. Magníficos, soberbios, todo un espectáculo de color del que le comentamos en breve, específicamente en cinco lugares para disfrutarlos en La Habana, la capital de todos los cubanos.

  1. Fortaleza San Carlos de la Cabaña

    Hermosa vista desde la Fortaleza San Carlos de la Cabaña

    La divisará a la entrada de la bahía. Es una construcción edificada por España en el Nuevo Mundo. Gracias a ella, La Habana se ganó el título de ciudad más fortificada de América en el siglo XVIII.

    Sus atractivas cañoneras, en un primer plano de encuadre, y la silueta de la ciudad al fondo, añadirían un plus a esas imágenes de atardeceres de lujo en La Habana.

    Las ofertas que allí puede encontrar, ya sea de comida o bebida, y el placer de contemplar desde lejos la magia de una ciudad, que casi cumple 500 años de fundada, son complementos a tener en cuenta. Todo esto, junto a la brisa marinera que le embriagará, harán de su visita un momento inolvidable.

  2. Casablanca

    Atardeceres de lujo en La Habana

    Poblado ultramarino al que se accede en unas lanchitas que parten desde la terminal de la Avenida del Puerto, muy cerca del muelle flotante. Ya con eso imaginará que tiene todavía más atractivos para apresar con su cámara y en su recuerdo.

    Es en Casablanca, en lo más alto de su colina, donde se erige el Cristo de La Habana, obra de la artista Gilma Madera. Un atardecer allí es realmente maravilloso. Tendrá una vista panorámica envidiable de la urbe, con la bahía de por medio y todo el trasiego de las embarcaciones a esa hora.

    Cristo de La Habana

    Si busca algo menos convencional, acérquese entonces al muelle de Casablanca. Desde allí, aprovechando el paisaje que conforman los pequeños atracaderos de madera, casi improvisados, y algún que otro pescador en su faena, podrá lograr fotografías hermosas, pero, además, de gran valor artístico.

  3. La Punta

    El Morro y la entrada de la bahia de La Habana vistas desde el Castillo de San Salvador de la Punta

    Justo al lado del Castillo de San Salvador de la Punta, a la entrada de la bahía de La Habana se encuentra este parque, que no es grande, pero sí atractivo por las hermosas vistas que ofrece. Desde allí, la curva que forma el muro del Malecón y la silueta de las edificaciones que dan vida el paisaje citadino al fondo son muy tentadoras para construir imágenes con una interesante perspectiva.

    Y si está cayendo la tarde los tonos rojizos y violáceos del sol, junto a otros naranjas y amarillos, resultan de una singularidad tal que le harán ensimismarse con ese magnífico panorama. Por esa zona, muchas personas se sientan a conversar y pasar el rato, por lo que también puede incluirlas en su encuadre.

    Atardecer en La Habana

    Incluso trovadores que ponen a disposición de la tarde los más variados repertorios en los que seguramente no faltarán las creaciones de prestigiosos músicos como Sindo Garay, Compay Segundo, entre muchos otros.

  4. Los jardines del Hotel Nacional

    Hotel Nacional de Cuba

    En pleno corazón del Vedado, este hotel insignia posee uno de los más espectaculares lugares para ver caer la tarde: sus jardines. Se levanta en una pequeña colina de la cual es posible observar la silueta de La Habana Vieja con sus edificios más representativos y hacia la bahía, el complejo Morro – Cabaña. La vía del Malecón constantemente transitada, añadirá movimiento y perspectiva a sus fotografías.

    Por otra parte, allí podrá disfrutar de excelentes ofertas gastronómicas y de coctelería, fumar un habano y sentir la brisa fresca que viene del mar; deleites casi imprescindibles si desea aprovechar al máximo su experiencia.

  5. La Puntilla

    Jardines del Restaurante 1830

    Este es un lugar sui géneris para observar la puesta del sol, digámoslo así pues seguramente no aparece en las guías de viaje, precisamente para este propósito. Pero al encontrarse entre la desembocadura del río Almendares, posee esa particularidad que a veces buscamos para lograr imágenes únicas.

    Desde allí tendrá una maravillosa vista del Torreón de la Chorrera, la mansión y los jardines del Restaurante 1830. Muchos habaneros eligen La Puntilla. como sitio de encuentro para citas románticas. El atardecer iluminando la ciudad, muy cerca de donde las aguas dulce y salada se funden, es todo un espectáculo.

    Le añade todavía más valor la cercanía de un restaurante bien glamoroso: el Río Mar. Así que después de lograr esas fotografías perfectas pudiera elegirlo para cenar, pues tanto la gastronomía y la coctelería como la decoración son de lo mejor en esa ciudad.

El placer de quedar satisfecho

El cielo habanero con sus luces, sombras y colores del atardecer

Una imagen, dicen, vale más que mil palabras. Pues si acepta este reto, no sólo atesorará imágenes valiosas, sino también momentos. De eso se trata precisamente, de apresar grandes instantes de un viaje que quizás no sea el primero, ni el último. La Habana es una ciudad encantadora, una reliquia que bien vale la pena explorar y sentir hasta quedar completamente satisfecho.

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