Los que vivimos en la vieja y sofisticada Europa, a los ojos de los habitantes de Latinoamérica, tenemos manías menos agresivas que los provenientes de otras regiones, aunque en lo más profundo de nuestras relaciones aún medie ese complejo de colonias ultramarinas de antaño.
Cuando viajamos a Cuba, no hay nada que descubrir. Todo está descubierto y funciona mejor o peor, pero funciona. ¿Acaso no nos quejamos de nuestra propia funcionalidad? ¿Acaso no sabemos lo que es una crisis? Que le pregunten a quien vive ahorrando hasta el último céntimo.
Pues así viven muchos allí, especialmente los cubanos, con décadas en un sistema político y económico marcado por el racionamiento. Pero como no seríamos políticos y sí turistas en busca de experiencias satisfactorias, podríamos disfrutar de su clima, sus playas, su naturaleza y su gente, a la vez que aportamos un granito de arena a su existencia.
Cuba es atípica
Las diversas influencias ideológicas, raciales y culturales presentes en Cuba, la han convertido en sociedad y espacio únicos en su tipo a nivel mundial, algo que merece la pena conocer ahora, sobre todo cuando se ven algunas tendencias con el auge de pequeños negocios privados y la entrada de capital americano, a raíz de una supuesta normalización de las relaciones. Para que la experiencia sea plenamente buena y amigable durante tu estancia, te proponemos algunos tips.
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No trates de cambiarlos
Sé respetuoso y decente. Al conocerlos, no critiques demasiado su modo de vida, recuerda que se ajusta a su contexto cotidiano. No entres en discusiones ideológicas o políticas innecesarias, aunque un debate siempre es bueno para ambas partes y sobre todo para nuestro crecimiento personal. Por supuesto, tu opinión merece ser escuchada, pero los habitantes de la Isla suelen pecar de orgullosos y apasionados en el intercambio de ideas, independientemente de que estén a favor o en contra de tu propuesta. Se aferran a conceptos como la “autodeterminación”, por lo que influencias políticas externas pueden ser mal vistas por algunos ciudadanos y autoridades. Explota la gran ventaja de compartir el idioma y profundiza en cómo viven y qué hacen donde resides. Siempre serás bien recibido y escuchado con atención.
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Aprovecha la riqueza
Céntrate en disfrutar las potencialidades de un pueblo rico culturalmente, con su música, su pintura, su patrimonio, su naturaleza, sus playas y su gente, bella, hospitalaria y alegre, con elevado nivel educativo. No te quedes en lo que no te gusta de allí. Tiene cosas que no verás o experimentarás en ninguna otra parte: coches americanos de los años 50 del siglo XX circulando como nuevos, largas “colas” para hacer compras de cualquier tipo, famosos habanos, bebidas exquisitas y refrescantes, y una disposición permanente para la fiesta y el baile.
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Comparte lo que tienes, para ayudar a los cubanos
Si tienes expreso interés humanista o proselitista, súmate a la causa que más se le ajuste. Para ello, infórmate sobre programas y proyectos vigentes en la nación caribeña. Contacta con las autoridades consulares, diplomáticas o turísticas de cualquiera de las dos naciones, incluso a través de tu agencia de viajes, para materializar tu espíritu de solidaridad y buena voluntad. Indaga sobre las ONG y brigadas internacionales que trabajan allí, o directamente con una organización isleña llamada Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP). Siempre habrá un jardín infantil, una escuela, una institución médica, donde tu aportación será bien recibida.
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Deja propinas
Aunque mucho se critica a los turistas por establecer un ambiente de dependencia a las divisas extranjeras, sin duda apoyan a las familias relacionadas con los trabajadores de servicios. Sobre ellos se dice que son los menos necesitados, de acuerdo con los estándares en Cuba, pero muchos sostienen o ayudan a varios hogares y sería injusto generalizar.
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Conoce a la gente en su medio
Visita los barrios donde vive la gente común, especialmente de día y acompañado, para que conozcas de primera mano sus alegrías y tristezas, sus sentimientos y sus sueños. Experimenta de cerca la idiosincrasia y el carácter de los cubanos. Habla con ellos y quizás allí te motives a ayudar con las propinas que no dejaste en otro lugar. Quédate en hostales privados, contrata guías particulares (eventualmente, al menos) y come en las célebres paladares (restaurantes privados) para que tengas otra visión de Cuba y su realidad, sin intermediarios.
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No derroches innecesariamente
La imagen que des como turista depende del comportamiento. Mantenla favorable para los que vengan detrás. Diviértete plenamente y disfruta todo lo que ofrece Cuba, que es mucho, pero no derrames lo que te brinda aunque lo hayas pagado. En un país con carencias materiales explícitas y problemas para obtener insumos a causa del embargo y otras razones, la moderación es de buen gusto. Piensa en lo que a veces derrochamos en un restaurante bufé.
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Comparte las experiencias de tu viaje
Comparte con tus amigos personalmente, en las redes sociales y en los portales especializados en viajes todas tus experiencias durante la visita a Cuba. El mundo de hoy necesita un turismo más preparado y responsable para aprovechar al máximo el tiempo y minimizar el impacto negativo en los destinos emergentes, sin depredación.
Empresas españolas en el turismo cubano
Las empresas españolas son pioneras en la introducción de capital extranjero en el turismo de la Isla. Desde la inauguración del hotel Sol Palmeras en 1990, administrado por Meliá, se han incorporado Iberostar, Globalia y Barceló entre otras, con excelentes resultados.
Si llevas tiempo queriendo visitar la isla, no esperes más, reserva ya tu viaje y pon en práctica nuestros tips para ayudar a los cubanos mientras hacemos turismo.
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