El Vedado es uno de los barrios habaneros que más contrasta con el resto de los espacios capitalinos. La modernidad de su concepción, desde los urbanístico y arquitectónico, aumentó su valor en los primeros años del siglo XX. El trazado de calles y avenidas permitió que la ciudad ganara en organización.
Una de ellas tuvo un especial significado por su contribución a la renovación de la imagen de La Habana: la Avenida de los Presidentes. Subirla o bajarla, recorrerla en toda su extensión nos hace viajar entre estilos arquitectónicos, escultóricos y ambientales de alto valor cultural y patrimonial.
¿Calle G o Avenida de los Presidentes?
La letra G responde la orden consecutivo que identifica las calles del Vedado. Avenida de los Presidentes o de la Independencia fue su denominación primigenia como recordatorio a las luchas libertadoras. Se une a la Avenida Carlos III y a través de ella con la parte colonial de la ciudad. Se distingue por su diseño, las áreas verdes que la decoran, los majestuosos monumentos conmemorativos, los modernos edificios racionalistas y las lujosas mansiones señoriales, ejemplos de valiosas obras que pueden contemplarse durante un recorrido a través de este paseo.
Monumentos a los Presidentes
Sin dudas lo más distintivo de la Avenida de los Presidentes. Algunos sencillos, otros fastuosos e impresionantes, en los monumentos allí emplazados se mezclan la historia y el arte para dignificar a varios presidentes latinoamericanos. Reconocidos escultores cubanos honraron a próceres como Simón Bolívar, Eloy Alfaro, Benito Juárez, Omar Torrijos (calle 19) y Salvador Allende (cerca de 23) en obras que pueden ser contempladas desde diversos ángulos y en las que se recogen la histórica relación de Cuba con sus respectivos países.
Antes del triunfo revolucionario estos espacios fueron ocupados por esculturas y monumentos de luchadores independentistas como la dedicada a Calixto García (1956), ubicada al finalizar la avenida justo en el Malecón. Sin embargo, la más grandilocuente destaca la figura de un presidente que no tuvo igual significado para el pueblo cubano, pero que apostó por permanecer en su recuerdo: el Monumento a José Miguel Gómez (1936) (calle 29).
En ella se aprecian las 6 provincias de Cuba (alegorías a cada lado) y se pondera la magnanimidad y el heroísmo de su homenajeado. Una bellísima obra de la Avenida de los Presidentes, altamente valorada por la calidad de sus materiales, el rico diseño de su conjunto y la imponente visualidad que aporta al espacio donde está enclavada.
Café Presidente
Un buen lugar para refrescar mientras se planea seguir el paseo por la calle G. El Café Presidente es una cafetería con variedad de tapas, sándwiches, platos italianos y refrescantes bebidas que puede disfrutar mientras se regocija con el ir y venir de habaneros que transitan por esta afamada vía.
Museo de la Danza
Una buena opción para quienes gustan de la manifestación artística. Es una institución de reciente creación, única de su tipo en Cuba y de las pocas existentes en el mundo sobre el tema. La mayor parte de las colecciones que se exhiben fueron donadas por la Prima Ballerina Absoluta Alicia Alonso, creadora y directora del prestigioso Ballet Nacional de Cuba.
En sus salas conocerá sobre la creación de la compañía y su evolución a través de fotografías, documentos, objetos, vestuarios, elementos escenográficos de grandes obras clásicas bailadas en Cuba y el extranjero. La enriquecen también donativos de bailarines, coleccionistas y expertos sobre la danza del mundo, entre los que destacan las litografías inglesas del siglo XIX con imágenes de interpretaciones de Marie Taglioni y Jules Perrot. Muy interesante.
Hotel Presidente
Discreto y elegante este edificio ecléctico constituyó un símbolo de la arquitectura hotelera de la ciudad a principios del siglo XX. Ubicado en la esquina de la calle Calzada permitía la visibilidad hacia ambas vías desde su famosa terraza; espacio altamente valorado por la burguesía del momento que gustaba de visitarlo para disfrutar del paisaje y del suave aroma a mar que llega hasta sus portales.
En su interior la mezcla de estilos, la interesante distribución de los espacios y la fascinante vista que desde sus habitaciones podrá tener de esta parte de la ciudad. Lléguese, siéntese en su terraza y disfrute del agradable ambiente mientras refresca con una típica bebida cubana.
Casa de las Américas
La reconocida entidad investiga, promueve y divulga la obra de los artistas del continente americano. Es una importante sede de eventos como el Premio Literario Casa de las Américas, el de Musicología o Mayo Teatral, por solo mencionar algunos. Posee una valiosa colección de arte de la región con más de 10 mil piezas representativas de estilos, movimientos y figuras emblemáticas de las artes visuales.
Pero la construcción en sí misma es también un exponente distintivo del art decó cubano. La fuerte presencia de la línea recta, la búsqueda de la ascencionalidad, la terminación en forma escalonada, detalles evidentes de la fidelidad al estilo, le conceden una especial significación visual lista para ser apresada en una memorable fotografía.
La Avenida de los Presidentes, una galería al aire libre
Alrededor de 7 monumentos, un hotel con una rica historia, importantes centros culturales y de carácter estatal en notables edificaciones arquitectónicas, hermosos y cuidados jardines distribuidos en casi 2 kilómetros de vía. En las noches, punto de reunión para jóvenes que gustan de escuchar música, compartir, bailar y conversar sobre temas de interés en espacios abiertos; un valor agregado para un precioso emplazamiento de La Habana. Y mientras baja por ella disfrutará del mar capitalino que, en el horizonte, le invita a continuar el recorrido hasta llegar al Malecón.
Sin dudas, una interesante ruta que le mostrará exponentes culturales de una añeja ciudad, orgullo de habaneros y cubanos en general.