Descubre el Centro histórico de Camagüey

Descubre el Centro histórico de Camagüey

Ubicada a 540 kilómetros de La Habana, Camagüey, es la tercera ciudad más importante de Cuba. No es un secreto para nadie que su centro histórico, además de ser el más grande del país, resalta por su buen estado de conservación, sus centenarias mansiones, llamativas plazas e iglesias.

Recorrer sus estrechas calles y admirar cuanta edificación existe en sus alrededores, es viajar al pretérito, rememorar los tiempos en que la poetisa Gertrudis Gómez de Avellaneda y el científico Carlos Juan Finlay prestigiaban con su andar la añeja ciudad. Esa que hoy atrae a visitantes cubanos y viajeros de los más disímiles lugares del mundo.

Centro histórico de Camagüey

Con el nombre de Santa María del Puerto del Príncipe y conocida más tarde por «Puerto Príncipe», la ciudad de Camagüey fue fundada el 2 de febrero de 1514. Hecho que estuvo en manos del gobernador Diego Velázquez, resaltando como la quinta villa de las siete fundadas en tiempos de la colonia española.

Aunque originalmente estuvo ubicada cerca de la Bahía de Nuevitas, para 1528 la ciudad tuvo un nuevo emplazamiento, que perdura hasta nuestros días.

Su actual nombre se debe al cacique Camagüebax, que, según se recoge en la historia, establecía su dominio entre los ríos Tínima y Hatibonico, donde se construyeron las primeras casas.

La designación indígena que ya venía empleándose para referirse a la comarca «El Camagüey», se extendió a la ciudad y también a la provincia, cuya creación, como región militar por la república en armas, se remonta al año 1878.

No obstante, fue a sazón de la independencia de España que en 1898 la provincia adquiere el nombre de Camagüey, apelativo que a su vez tiene su principal municipio o capital.

Para beneplácito de sus habitantes, esta ciudad atesora, con un área de 3 kilómetros cuadrados, el centro histórico más grande de la Mayor de las Antillas y uno de los más conservados del país y Latinoamérica.

Trazado urbanístico

Al arribar al centro histórico camagüeyano enseguida notará que es muy diferente al de las restantes villas cubanas, e incluso de América Latina. Se encuentra tipificado por el trazado irregular de sus calles, sus callejones laberínticos, y el particular entramado de plazas y plazuelas.

Diferente a las habituales cuadrículas de las ciudades coloniales españolas, ostenta la condición de Monumento Nacional desde 1980. Y tal vez la primera impresión que reciben los visitantes es que pueden perderse fácilmente al irrumpir en su interior.

Es que su trazado urbanístico está dispuesto de tal forma que muchos lo refieren como un verdadero laberinto, de irregulares y múltiples desviaciones. Con su complejo esqueleto citadino, los camagüeyanos se propusieron despistar a los corsarios y piratas que atacaban constantemente el territorio.

Pero, si de algo pueden estar seguros quienes llegan por vez primera al centro histórico, es que en cualquiera esquina encontrarán a un morador dispuesto a indicarle el camino exacto para arribar a sus diversos atractivos. Oportunidad para disfrutar de parques, plazas, edificaciones con diferentes estilos arquitectónicos propios de los siglos XVII, XVIII y XIX.

La ciudad de las iglesias

Una ciudad antigua y seductora se tiende ante los pies de los visitantes, dispuesta a ser recorrida de punta a cabo y propiciarles un viaje entrañable al pasado colonial.

En ella encontrará numerosos inmuebles antiguos con sus característicos tejados de color rojo, típicos de la época de la colonia española. Quedará encantado con los bellos enrejados, las fachadas con guardapolvos y los patios centrales.

Huella imborrable del paso del tiempo, la arquitectura citadina es una mixtura de herencia andaluza, con relación a los materiales con que se edificaron, y de tradición local, en el empleo de vasijas de barro para recolectar agua y columnas cercenadas en las puertas de entrada.

Aunque sus plazas son famosas, cuando emprenda el paseo, se convencerá de que las construcciones religiosas le otorgan un encanto especial al casco histórico de la villa de Santa María del Puerto del Príncipe.

Las iglesias Sagrado Corazón de Jesús, la Merced, la Soledad y la Catedral, resaltan como las de mayor afluencia de turistas. Allí podrá descubrir tesoros del arte funerario de los siglos XVII, XVIII y XIX.

Catedral Metropolitana de Camagüey

Conocida como Parroquial Mayor o Catedral de la ciudad, no le será difícil encontrarla. A un costado del Parque Agramonte, antigua Plaza de Armas, se levanta, desde el año 1617, cual guardiana del tiempo, herencia de la religión traída por los conquistadores a la isla antillana.

Deviene un hermoso templo, con una torre a la izquierda de seis niveles, dedicado a Nuestra Señora de la Candelaria. Por bula papal de San Pío X, se declaró, en 1912, Iglesia Catedral.

Más tarde, en 1998, Juan Pablo II le otorga el título de Catedral Metropolitana, recibiendo el de Basílica Menor, por el papa Francisco en 2014.

En su interior se respira una paz que atrae a muchos feligreses y visitantes que descubren en los templos católicos del centro histórico agramontino, sitios de singular seducción.

Iglesia de Nuestra Señora de la Merced

Llegar hasta ella no le resultará difícil. Solo basta con preguntar por la Plaza de los Trabajadores y allí la encontrará, rodeada de edificios de diferentes siglos.

Su majestuosa fachada resalta marcadamente al presentarse como cierre visual de algunas calles, ligeramente dirigida hacia la Catedral.

Podrá advertir que su cubierta es única en Camagüey, conformada por un sistema de bóvedas de ladrillos de diversos tipos: arista, cañón, crucería, y una cúpula elíptica sobre el presbiterio.

Por otro lado, el inmueble atesora «El Santo Sepulcro», joya del arte religioso confeccionada en plata laminada, en 1762, por el artífice mexicano don Juan Benítez Alfonso.

En la edificación existen esculturas y pinturas de gran valor. Pero el pequeño museo situado debajo del presbiterio, conocido como «las catacumbas de la Merced», develan algunos de los enterramientos del período colonial.

A la muestra se suman los pedazos de tela del vestido de la imagen de La Merced consumida por el fuego en 1906, útiles de carpintería del siglo XIX utilizados en la reparación de esta iglesia, así como objetos religiosos develados en excavaciones efectuadas en el sitio.

Debe saber que varias leyendas se asocian con esa edificación religiosa. Hay quienes aseguran que por gracia divina apareció una ermita cuidada por religiosos, muy cerca de una laguna y un bosque.

Otros ofrecen diferentes versiones con relación a la desaparición misteriosa del constructor del actual templo, una vez concluido el mismo. Unos cuentan que vendió su alma al diablo para erigir esa obra, o que recibió un castigo celestial por aprovecharse de los planos destinados para la construcción de otro santuario.

No obstante, no son pocos los que aseguran que dicho personaje fue víctima de un asalto para robarle el dinero que pagaron los mercedarios por la ejecución del edificio.

Plazas insignes de Camagüey

La parte más antigua del centro histórico fue declarada por la UNESCO, en 2008, Patrimonio Cultural de la Humanidad en la categoría de «Paisaje Urbano Histórico».

A sus viejas construcciones con sus callejuelas estrechas y adoquinadas, se le suman diversas plazas, con indiscutible valor histórico. Entre ellas despuntan: la antigua plaza de la Merced; hoy de los Trabajadores; la de San Juan de Dios, la del Carmen y el Parque Ignacio Agramonte, antigua Plaza de Armas.

Plaza del Carmen

Su construcción fue llevada a cabo en las primeras décadas del siglo XIX. Y el sitio elegido correspondió al «Pozo de Gracia», lugar que contaba con un pozo muy fértil del que se servían los pobladores.

La plaza, uno de los marcos urbanos mejor conservados en su arquitectura y ambientación, se desarrolla a partir del extremo inferior de una calle y su encuentro perpendicular con otra.

Notará, como detalle singular, su forma escalonada por uno de sus lados. A ello se le suma que ninguna edificación circundante supera el primer nivel, excepto la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen, que sobresale con sus dos torres, característica que la diferencia de los otros templos católicos.

En tamaño natural, podrá disfrutar de las esculturas de la artista de la plástica Martha Jiménez. Se trata de la recreación de personajes de la villa, confeccionados en marmolina. Así podrá conocer al vendedor de periódicos, el otrora vendedor de agua, la pareja de enamorados y las mujeres chismosas o habladoras; singularidad del casco histórico camagüeyano.

Es una plaza amplia, que no debe dejar de visitar, al igual que su iglesia, cuyos detalles arquitectónicos le otorgan un valor patrimonial que trasciende a escala nacional.

Plaza San Juan de Dios

Centro histórico de Camagüey

Sin lugar a dudas, la Plaza San Juan de Dios, muestra el entorno mejor preservado de la ciudad, el cual data de 1728. Visitarlo es una delicia, un verdadero viaje hacia el pasado puertoprincipeño.

El nombre lo debe al antiguo Convento-Hospital de San Juan de Dios, actual sede del Centro Provincial de Patrimonio Cultural en Camagüey.

Varias razones enmarcan al antiguo hospital en la historia camagüeyana y nacional. Resulta que en 1822 fungió como breve presidio al famoso Jean Laffite, conocido como el «Pirata del Golfo de México», cuando fue apresado por las fuerzas españolas.

Se dice que el corsario francés fingió estar gravemente herido por lo que fue trasladado de la cárcel hacia dicho hospital. Una vez en San Juan de Dios, aprovechó su nueva ubicación y se fugó en la noche del 13 de febrero.

El hospital también alcanzó celebridad por los servicios ininterrumpidos, durante 50 años, de fray José Olallo Valdés, el padre Olallo, quien asumió la hermosa labor de enfermero.

Además, en dicho centro hospitalario, fue expuesto, por las autoridades españolas, el cadáver del Mayor General Ignacio Agramonte y Loynaz, al día siguiente de su muerte, en 1873. Un siglo después, se le rindió merecido tributo en esa relevante plaza, sitio, que bien vale la pena visitar.

Plaza de los Trabajadores

Según los historiadores, fue en el siglo XVIII que esta plaza obtuvo su actual forma. Y se construyó con el propósito de distinguir la fachada del convento e iglesia establecida en la villa desde 1601 por los Mercedarios.

Cuando la visites notará que su estructura es completamente diferente al resto de las plazas del caso histórico. Su forma triangular permite el acceso por cada uno de sus ángulos.

Aunque por varios siglos fue conocida como Plaza de la Merced, el nombre de «Plaza de los Trabajadores» se debe a que en los primeros años de la Revolución, fue objeto de numerosos actos del proletariado camagüeyano.

Uno de los atractivos de su entorno lo constituye el Museo Casa Natal de Ignacio Agramonte y Loynaz, y la Iglesia de la Merced. Lugares emblemáticos de la zona más antigua de Camagüey, sugerencia para un encuentro con la historia de Puerto Príncipe.

Plaza de Armas

Aseguran los agramontinos que la plaza tuvo varios nombres. Se le conoció por Plaza Mayor, de la Constitución, de Armas, del Recreo y de la Reina.

Ese sitio representó el origen del núcleo urbano y social originario de la Villa de Puerto Príncipe desde el año 1528. En un inicio su extensión era mayor, con pocas viviendas de una arquitectura simple.

No fue hasta enero de 1989 que adopta el nombre de Parque Ignacio Agramonte. De esa forma el pueblo camagüeyano rendía homenaje a su patriota insigne, cuya estatua, obra del escultor italiano Salvatore Buemi, fue develada en dicho parque el del 24 de febrero de 1912.

El lugar resalta por su belleza, amplitud, y por tener, en uno de sus costados, a la Catedral Metropolitana de Camagüey.

Si de algo puede estar seguro es que el Parque Ignacio Agramonte es de obligada visita. Un espacio donde la historia se hace presente.

Camagüey, más que su centro histórico

Decorada por doquier con los típicos tinajones coloniales, el centro histórico camagüeyano, es dueño de un patrimonio que trasciende sus límites geográficos para convertirse en legado de todos los cubanos.

Más que su centro histórico, Camagüey, es donde nació, en el siglo XVI, la primera obra literaria cubana, «Espejo de Paciencia». Pero también, deviene cuna de renombrados próceres de las luchas liberadoras cubanas y destacadas figuras de la ciencia y la cultura del orbe.

Decir Camagüey es referirse al cubano amable, emprendedor, con una correcta manera de hablar. Pero decir Camagüey es también pensar en sus 20 kilómetros de playas arenosas, de aguas transparentes y cálidas.

Cuando se evoca el nombre de esa provincia cubana es imposible dejar de pensar en Santa Lucía, una de las más extensas y privilegiadas playas coralinas de Cuba con una intensa vida turística.

Mucho hay por descubrir en su centro histórico, donde la cultura, la gastronomía y el comercio cobran vida. Adentrarse en él, es una inestimable invitación para recorrer el resto de la provincia, esa que resguarda lugares encantadores, con paisajes e historias singulares.

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