Crónica de Fusterlandia

Crónica de Fusterlandia

En Jaimanitas, una urbanización costera al oeste de La Habana, el pintor, grabador, ceramista y diseñador cubano, José Antonio Rodríguez Fuster, ha desplegado un proyecto artístico y comunitario de dimensiones gigantescas en espacio y espíritu: Fusterlandia.

Una exposición siempre abierta donde predomina el estilo naif, impresiona a visitantes cubanos y turistas de todo el mundo. Coloridos gallos, perros, gatos, peces, sirenas, caballos, pájaros, lunas, soles, cocodrilos, deidades de las religiones afrocubanas y flores de un jardín perenne, impactan a la vista.

Fusterlandia: exposición siempre abierta

Una columna hace honores a Sandro Botticelli; otra representa la concepción machista de la sociedad con un atípico Nacimiento de Venus, y una tercera encumbra la importancia de la alegría, la música y el amor.

Fuster: El Picasso del Caribe

Una obra muy especial fue consagrada a la fe en la Virgen de la Caridad del Cobre, Patrona de Cuba, como una intención privada, pero rápidamente debió hacerse pública. A su creador todos le llaman por el segundo apellido, Fuster, aunque varios se empeñan en decirle «El Picasso del Caribe.»

La conexión con el mar

La conexión con el mar

Fuster nació en Caibarién, un asentamiento de pescadores al norte de la provincia de Villa Clara, y el efecto del salitre lo convirtió en adicto al mar y al arte. Por eso, cuando se trasladó en 1975 a La Habana, eligió vivir en Jaimanitas donde podía sentir influjos similares a los de su primera juventud.

Los materiales que usa, mosaicos de cerámica de colores infinitos, resisten el efecto corrosivo del ambiente marino y tienen la capacidad de perdurar, como su obra misma, ante la actitud respetuosa y agradecida de sus vecinos, encantados con la magia del arte y convencidos de que allí se hace algo maravilloso.

Hacer del mundo un lugar mejor

Hacer del mundo un lugar mejor

Con la firme convicción de que para cambiar al mundo hay que comenzar por casa, el artista emprendió la construcción de su sueño.

«Fui trabajando día a día para hacer algo cada vez más espectacular. Quería que mi estudio fuera un lugar donde pudiera vivir con el arte. Esta siempre fue mi ilusión, mi idea. Y creo que, poco a poco, se hizo realidad.»

Homenaje a Gaudi

Lo que una vez fueron fantasías hogareñas, inicialmente denominadas bajo el apodo de Fusterlandia, crecieron al punto de implicar a toda la comunidad. En 1994, cuando Cuba se encontraba en el peor momento de la crisis económica, decidió llevar alegría a sus coterráneos a través de la visualidad del entorno y dar empleo a algunos.

Así, con absoluta complicidad popular, salió de su propiedad e intervino progresivamente en los alrededores, hasta decorar 80 construcciones en la primera etapa, incluyendo objetivos sociales como la sede del médico de la familia (lugar de atención médica primaria) y varios parques, tematizados en homenaje a Gaudí (inspirador conceptual con su parque Güell), a la canción «Unicornio», del cantautor cubano Silvio Rodríguez y al juego de ajedrez, donde se divierten los niños y se encuentran los enamorados.

Fuster decoro 80 construcciones en la primera etapa

Actualmente superan las 150 casas implicadas en el proyecto que conforman una gran galería al aire libre, sin que nada haya sido «impuesto, ni orientado, ni forzado», según afirma el artista, quien además ha financiado los trabajos y declaró en una ocasión:

«Parte de lo que gano lo invierto en Jaimanitas, algo que para mí constituye un placer. Me siento como uno más de la comunidad que trata de aportar un poco de amor. Los que habitan en esas casas son médicos, arquitectos, ingenieros, constructores… gente como yo: invierto sin que ellos se den cuenta ni yo tampoco.»

Fuster: impuesto, ni orientado, ni forzado

Con el apoyo de muchos

Con el apoyo de muchos

Entre todas las piezas, existe una monumental que él llama «El mural más grande del mundo». Surgió durante la Octava Bienal de La Habana (2003) y cuenta con unos 60 metros de largo, pero la asume como una obra en evolución permanente porque hay una convocatoria, una invitación abierta a los artistas cubanos y extranjeros para que dejen su obra y su firma.

Por lo pronto, podemos encontrar huellas creativas de Roberto Fabelo, Nelson Domínguez, Eduardo Roca «Choco», Alexis Leiva «Kcho», Zaida del Río y Flora Fong, entre otros, que se suman a las intervenciones de virtuosos provenientes de Italia, Estados Unidos, Canadá, Chile, Bélgica y Japón.

Fuster, fundador de la Nueva Cerámica Cubana

Fuster, fundador de la Nueva Cerámica Cubana

Fuster, junto a otros artistas imprescindibles como Alfredo Sosabravo, Reynaldo Calvo y Julia González, entre otros, es considerado el fundador del Movimiento de la Nueva Cerámica en Cuba, con obras exclusivas al aire libre.

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