Nicolás Guillén en la Alameda de Paula

Nicolás Guillén en la Alameda de Paula

Con la mirada perdida en el mar, quizás en busca de inspiración para uno de sus poemas, se encuentra Nicolás Guillén, el Poeta Nacional de Cuba, en la Alameda de Paula.

Quien conozca su obra puede pensar, de inmediato, que otea el horizonte tratando de hallar el barco de papel que anda por el Mar de Las Antillas, uno de los motivos entre sus más bellas creaciones; otros, simplemente, imaginan que el cabello despeinado es señal de que está disfrutando sin preocupaciones de la fresca brisa marina de esa isla en medio del mar.

Apuntes sobre una vida

Detalles de la escultura a Nicolás Guillén en la Alameda de Paula

Nicolás Guillén (1902-1989) es considerado como una de las voces imprescindibles dentro de la poesía del siglo XX. Conjuga, en su obra de gran sonoridad, ritmo y marcadamente mestiza, la tradición poética de la lengua castellana mezclada con la afroantillana. Se caracterizó por reivindicar la cultura negra como parte de la convergencia y la transculturación típica de los pueblos de América Latina y El Caribe.

Como parte de su activa vida cultural, fue fundador y presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), y visitó varios países donde intercambió con otros destacados artistas e intelectuales de su época. En España, por ejemplo, conoció a Pablo Neruda, Antonio Machado, César Vallejo, Miguel Hernández y Octavio Paz, además de editar su libro España: Poema en cuatro angustias y una esperanza. Murió a la edad de 87 años.

Guillén en la Alameda

El poeta Nicolás Guillén mira a la Bahia de La Habana desde el Paseo del Prado

A la Alameda de Paula llega para quedarse definitivamente en el año 2015. Cuentan que fue en el mes de mayo, durante la Bienal de La Habana, una gran fiesta de las artes que cada dos años interviene los espacios públicos y deja huellas perennes a su paso.

Desde entonces el poeta, esculpido en bronce a tamaño natural, se integra al entorno en una pose común para quien desanda esos lares. Se recuesta, apoyado con su pierna y brazo derechos, en uno de los muros que delimitan y embellecen el sendero, mientras guarda la otra mano en un bolsillo. Un mechón de cabello parece querer escaparse con el viento, como solía sucederle. Sobre el traje resalta la corbata larga.

El Paseo del Prado de La Habana Vieja

Ese Guillén, que comparte sus sueños con todo el que desee pararse junto a él a conversar, fue creado por el escultor cubano José Villa Soberón a propuesta del Historiador de la Ciudad de La Habana, Eusebio Leal Spengler.

Primer paseo marítimo de La Habana

Cartel que anuncia el comienzo de la Alameda de Paula

La Alameda de Paula, el espacio que acoge al poeta inmortal, destaca en la capital cubana por haber sido su primer paseo marítimo. Fue construido en el año 1777 y bordea un tramo de la bahía. Con el paso del tiempo fue embelleciéndose, ganando en esplendor y se convirtió en uno de los principales centros de reunión y paseo de «La Habana elegante».

Iglesia de Paula, just en el macimiento de la Alamenda de Paula

Desde hace unos años, como parte del proceso de remozamiento de la ciudad, ha recobrado algo del brillo que antaño la caracterizara y se enorgullece de contar con este huésped persistente, que atrae la atención de quienes la recorren.

Esculturas en La Habana

Estatua de Nicolás Guillén en la Alameda de Paula, al fondo un edificio colonial exhibe la bendera de Cuba

La estatua del Poeta Nacional de Cuba es una de las tantas que pueblan los diversos espacios de la ciudad de La Habana. En su mismo corazón se hallan, siempre en lugares privilegiados, «el Caballero de París», un querido y pintoresco personaje que vivió en las calles por muchos años; la Madre Teresa de Calcuta, sentada en un jardín interior de la Basílica Menor del Convento San Francisco de Asís y el escritor estadounidense Ernest Hemingway, recordando su presencia en «El Floridita», donde solía degustar su buen daiquirí.

Lanchita de Regla navega las aguas de la Bahia de La Habana vista desde la Alameda de Paula

Otras figuras que habitan la urbe capitalina son José Martí, el Héroe Nacional de Cuba, ubicada en las canteras de San Lázaro donde realizó trabajo forzoso durante su juventud, y el mundialmente famoso músico británico John Lennon, que desde un parque en El Vedado invita a una reposada conversación o a cantar a dúo alguna de sus famosas composiciones.

Monumento justo en el centro de la Alameda de Paula de La Habana Vieja

Todas estas obras tienen un elemento común, fueron realizadas por el escultor cubano José Villa Soberón. Antes de concluir la escultura que nos concierne, el autor declaró a la prensa:

«Creo que después de Guillén no haré ninguna otra, porque no quiero agotar la idea. Cuando los conceptos se repiten mucho se vuelven demasiado evidentes y pierden atractivo. No quisiera ser yo mismo quien le quite valor a esos proyectos, los cuales me han dado siempre una dimensión diferente de la relación con el espectador.»

Guillén, Ana Belén y Víctor Manuel: ¡Abre la muralla!

Detalles de los arboles, bancos y decoracion de la Alameda de Paula

Uno de los más bellos poemas de Nicolás Guillén, «La Muralla», fue inmortalizado en la voz de la cantante Ana Belén quien, además, lo incluyó en su disco de 1976 «La paloma del vuelo popular», integrado por temas del autor cubano. «La Muralla» fue el primer éxito musical del repertorio en común de Ana Belén y Víctor Manuel, y aún figura entre los más representativos de la pareja.

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