Recorrido por el Occidente de Cuba

Recorrido por el Occidente de Cuba

Cuando visitamos un nuevo destino, no siempre disponemos del tiempo suficiente para recorrerlo completamente. A veces por falta de tiempo o por desconocer aquellos lugares que mejor nos muestren dónde estamos, el caso es que pasamos por alto ofertas, destinos que pueden ser vistos y enriquecer nuestra experiencia en un pequeño lapso de tiempo. Entonces una escapada es la solución perfecta y así se aprovecha el tiempo, la ubicación y la oportunidad.

Sepa que La Habana forma parte del Occidente de Cuba

Si usted viaja a Cuba, tiene que llegar a La Habana. En la mayoría de los casos La Habana es el principal sitio a conocer y a partir de ella se trazan nuevas rutas para conocer la mayor cantidad de espacios posibles. Pues si ha venido por poco tiempo, una escapadita por el Occidente de la isla que le aportará una idea sobre la cultura, la naturaleza y el esplendor con que ha sido bendecido este hermoso país.

  1. Viñales, Pinar del Rio

    Valle de Viñales, Pinar del Rio

    El más occidental de mi propuesta y uno de los destinos imprescindibles para conocer en Cuba. Aproximadamente a 180 kilómetros de La Habana, este portento natural motiva más de una visita. El Valle de Viñales, Patrimonio de la Humanidad, inspira por su belleza resaltada por el conjunto de mogotes, elevaciones redondeadas y mágicamente iluminadas por el sol a cualquier hora del día. Un espacio fascinante que lo convertirán en el mejor fotógrafo del mundo desde cualquiera de los miradores ubicados a su alrededor.

    Pobaldo de Viñales, Pinar del Rio

    Viñales tiene un sinfín de atracciones: recorridos por grutas legendarias; visitar a Los Acuáticos, singular comunidad cuya creencia y fe en las propiedades curativas del agua los hace únicos de su tipo en el país; conocer a cultivadores en una plantación de tabaco, reconocido como el mejor del mundo; recorrer el Mural de la Prehistoria, impresionante obra de arte que pretende homenajear la evolución humana en la región; almorzar en una paladar para degustar la comida cubana… Y estoy segura de que hallará muchas otras en esta propuesta, una de las irrefutables en el destino Cuba.

  2. Parque Nacional La Güira, Pinar del Río

    Parque Nacional La Güira, Pinar del Río

    De regreso a la capital, muy cerca de la autopista, hay un lugar enigmático testigo excepcional del tiempo. La Güira es uno de esos lugares que conmueve por la dedicación con que su dueño, el abogado y diplomático José Manuel Cortina, supo convertir un paraje tan apartado en un paraíso terrenal. Otrora una finca, hoy un Parque Nacional, fue construido en 1920 en medio de ese hermosísimo paraje que es la Sierra de los Órganos.

    Animales endemicos de Cuba en el Parque Nacional La Güira, Pinar del Río

    Sobresale la imponente portada medieval; el conjunto de esculturas en mármol de Carrara y bronce dispersas por toda la propiedad; los espaciosos jardines estéticamente cuidados, las construcciones típicas, japonesa y china, que invitan a la meditación y el relajamiento; además del baño o paseo en bote por el lago que alimenta el río San Diego mientras se contempla un paisaje natural grandioso. La manera en que este paraje se ha integrado a la naturaleza, las múltiples especies de la flora y la fauna localizados en él y la armonía que trasnmite su diseño hacen de este espacio una delicioso remanso de paz y tranquilidad para quienes prefieren de un ambiente especial y diferente.

  3. Las Terrazas, Artemisa

    Las Terrazas, Artemisa en el Occidente de Cuba

    Definida como una experiencia rural de desarrollo sostenible, la Comunidad Las Terrazas es un paraje que puede ser visitado en un día, pero de seguro que la exuberancia de su paisaje le hará prolongar su estancia. Notable por su arquitectura salta a la vista la armónica integración al medio y un buen ejemplo es el Hotel La Moka. Esta localidad es célebre por las aguas minero – medicinales del Río San Juan, las rutas y senderos a través de su entorno, la Casa Museo del multipremiado cantante Polo Montañez, las actividades acuáticas en sus lagos y la fabulosa vista de toda la comunidad disfrutada desde el espectacular canopy, entre muchas otras alternativas.

    Poblado de Las Terrazas, Artemisa

    A 60 kilómetros de La Habana, Las Terrazas despierta el respeto de quienes la visitan. Enclavada en la Reserva de la Biosfera Sierra del Rosario, se haya esta localidad en la que constantemente se demuestra que el turismo sostenible es posible y que el hombre y la naturaleza pueden coexistir en perfecta armonía.

  4. Finca Vigia, La Habana

    Finca Vigia, La Habana

    Para hacer un alto en La Habana nada mejor que Finca Vigía, el lugar escogido por el novelista Ernest Hemingway para vivir en Cuba. Esta Casa – Museo es una de mis preferidas por el celo con que sus conservadores preservan el ambiente en el que el afamado escrito produjo parte de su obra literaria. Está a unos 15 kilómetros del centro habanero y es la primera institución del mundo dedicada a recrear su vida y obra. Parece congelada en el tiempo. Todos los objetos de uso personal han quedado como petrificados en el lugar exacto en que los dejó al marcharse en 1961.

    Yate Pilar, Finca Vigia, La Habana

    La ambientación es impresionante: los estantes repletos de su literatura preferida; el comedor al estilo de una taberna española; carteles que promueven las corridas de toros, trofeos de caza, su ropa, la máquina de escribir… Está allí; esa es la sensación que se percibe. Y en el patio, el yate Pilar, la emblemática embarcación que lo condujo por aguas de la costa norte donde gustaba pescar, beber y contemplar el mar. Este velero es, en sí mismo, un pedazo de su historia porque en sus largas travesías, Hemingway halló la inspiración para novelas tan significativas como Islas en el Golfo, Las nieves del Kilimanjaro o El viejo y el mar; con esta última que gana el Premio Nobel de Literatura en 1954. En la comunidad de San Francisco de Paula encontrará el espíritu que hechizó al escritor norteamericano hasta convertirlo, como el mismo dijera, en un cubano rellollo.

  5. Varadero, Matanzas

    Varadero, Matanzas

    Tanta naturaleza y cultura necesita ser coronada con un baño en las cautivadoras aguas de Varadero. Visitar Cuba y no llegar hasta Varadero deja una triste sensación. Su aguas azules, transparentes y cálidas hechizan a cuanto persona se baña en ellas. El sol es más brillante, el aire mucho más puro y el agradable sonido del mar conspiran para reafirmarla como uno de los lugares imprescindibles a conocer.

    Playa de Varadero, Matanzas

    Son famosos sus 22 kilómetros de playa en las que puedes caminar a decenas de metros de la orilla sin que el agua llegue a cubrirte completamente. Varadero es el principal polo turístico de la isla y nunca será sufienciente el tiempo para disfrutar del confort de sus hoteles, las atracciones acuáticas, los paseos por la ciudad, las modalidades de paracaidismo y las múltiples opciones que harán más que grato y encantador la estancia en esta península que, a solo dos horas de La Habana, le regalarán uno de los recuerdos más memorables de Cuba.

El Occidente cubano es una buena opción

He intentado conformar una propuesta variada que le permita asomarse a una parte diferente de la isla. Desde Viñales, que le arrancará la admiración ante los caprichos de la naturaleza; un parque exótico perdido en el tiempo como La Güira; Las Terrazas y su modelo ecológico; la posibilidad de acercarse a una parte íntima en la vida del novelista Ernest Hemingway en Finca Vigía y el increíble mundo de aguas azules en Varadero, todos en una colorida amalgama de naturaleza, cultura y pinceladas geográficas que definen el occidente cubano.

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