Un poblado con nombre de mujer
Del otro lado de la bahía de La Habana, en medio del humo de refinerías, almacenes, astilleros y talleres diversos, un pequeño vecindario rodea una iglesia. A sus pies, numerosas tradiciones reverencian los orígenes de una cultura. Se respira la fidelidad de sus habitantes que, orgullosos, invitan a quienes pretenden hurgar en las historias de los barrios habaneros. Se llama Regla y sus encantos atraen a capitalinos y visitantes quienes viajan hasta allí para palpar esa diferencia dentro de la semejanza.
La historia de una ciudad marítima
Muy cerca del casco histórico habanero, se encuentra Regla. Es el municipio más pequeño de la Habana con solo 9,2 kilómetros cuadrados. Conocido en sus orígenes como Guaicanamar, que significa frente al mar, fue asentamiento de aborígenes y luego de africanos.
Se fundó el 3 de marzo de 1657 cuando finaliza la construcción de la ermita dedicada a la Virgen de Regla. Alrededor de ella comenzó a expandirse el poblado y con él la fe hacia la venerada santa.
Es una localidad marcada por la presencia del mar. Parece que mira a La Habana desde una posición privilegiada: al otro lado de la bahía. Para llegar hasta allí, una pequeña lancha transporta a los habitantes, viajeros y trabajadores. Es un pueblo eminentemente industrial; cuna de obreros y portuarios cuyos hábitos y modos de vida enriquecieron su cultura.
En sus tres siglos de fundada, Regla es uno de los sitios históricos más importantes y singulares de la capital cubana.
La lanchita de Regla
Con la bahía de por medio, sus primeros habitantes decidieron cruzarla para acortar camino hacia la ciudad. De ahí que en el siglo XIX las embarcaciones marítimas ya eran el principal medio de transporte.
Conocida como «la lanchita» ha devenido en uno de los símbolos emblemáticos de Regla, pero también de la zona portuaria de La Habana. Realizan varias travesías durante el día y parten del Muelle de La Luz (llamado así por estar ubicado en la calle del mismo nombre) hasta el Emboque de Regla.
Diez minutos de viaje acompañados por los habaneros y un precio módico convierten la travesía en un acercamiento a las antiguas estructuras y tipologías que caracterizan el lugar. Del otro lado, en las tardes reglanas, las puestas de sol solo comparadas con las que se disfrutan en el Malecón habanero. Una experiencia maravillosa desde una perspectiva completamente diferente.
La Virgen de Regla
Con una hermosa historia que describe su origen, la escultura de la santa posee la característica de tener la piel negra. Su llegada a Cuba se atribuye al castellano Don Pedro de Aranda quien la trajo desde España. Una construcción antecedió a la actual iglesia que fue concluida en 1811. Desde entonces, la virgen negra la preside acogiendo las miles de ofrendas que le tributan los devotos.
Desde principios del siglo XVIII fue nombrada patrona de la Bahía y se colocó la llave de la ciudad a sus pies como símbolo de la protección a la villa de San Cristóbal de La Habana. De una sencillez asombrosa, la construcción tiene una ubicación privilegiada: justo a un costado de una loma donde se puede apreciar gran parte de la bahía. Resaltan el frontón sobre la puerta, la torre campanario al centro de la construcción y los techos de armaduras que se mantienen intactos.
La Virgen de Regla sincretiza con Yemayá, según las religiones afrocubanas. Dos deidades que hacen del mar el centro de sus cultos. Patrona de los marineros, de los pescadores, de las ciudades bañadas por el mar, la Virgen de Regla es una de las representaciones más populares en la isla caribeña.
Los guaracheros de Regla
Es una de las comparsas más reconocidas en el entorno carnavalesco habanero y cubano. Las comparsas son grupos de personas que vestidas con iguales atavíos, interpretan la misma coreografía al ritmo de tambores y demás instrumentos.
Los Guaracheros de Regla surgieron en 1959 en medio de cantos y bailes que expresaban la alegría por el triunfo revolucionario del 1ro de enero. Gracias a su carisma, ritmo y euforia formaron parte del primer Carnaval de La Habana, en 1960. En esa ocasión vistieron de rojo y negro, con mangas voluminosas, repletas de vuelos y cintas de colores llamadas «guarachas». Desde entonces quedaron bautizados como Los Guaracheros de Regla, agrupación que incorporó un estilo más contemporáneo a la típica danza popular.
Su sincronizada coreografía es complicada, predominando los pasillos creados por ellos en los que se pueden identificar elementos del casino. Cuentan con una comparsa infantil, Los «guaracheritos», convertidos en la cantera de la que se nutre la compañía. La mayoría son reglanos y con frecuencia se puede disfrutar de sus ensayos cada martes en el estadio o el Liceo de la localidad. Reconocidos con el Premio Nacional del Barrio y el Premio Nacional «Leyenda Viva», Los Guaracheros constituyen un hecho cultural para no perderse en Regla.
Otros símbolos del lugar
Una curiosa tradición tiene lugar cada año en este poblado: la peregrinación al Complejo Monumentario Colina Lenin. Regla posee la condición de ser el primer lugar de Cuba, y presumiblemente del mundo, donde ser reconoció la figura de Vladimir Ilich Lenin luego de su muerte.
El 24 de enero de 1924, a las 5:00 p.m., los habaneros llegaron hasta la Loma del Fortín para sembrar un olivo como homenaje al líder, justo en el momento en que se celebraban sus funerales. Desde entonces, el lugar se reconoce como Colina Lenin y la clase obrera de los años veinte convirtió en tradición las peregrinaciones hasta allí.
El Museo Municipal de Regla es otro de los emplazamientos de significativa relevancia. En una construcción neoclásica del XIX se exhiben importantes colecciones de etnografía, en particular la referida a cultos afrocubanos; sobre pintura y grabado cubanos; sobre los orígenes del Santuario de la Virgen, entre otros aspectos locales.
El Fuerte de San Diego y el Polvorín de San Antonio son dos construcciones del siglo XVIII que integraron el sistema defensivo de la ciudad. Por tanto, forman parte del nombramiento que se le hiciera al Centro Histórico Urbano de La Habana Vieja y sus Fortificaciones como Patrimonio de la Humanidad, en 1982.
Una historia por descubrir al otro lado de la bahía
Para quienes gustan de conocer todos los aspectos de la vida cubana, Regla es un paraje a tener en cuenta. Forma parte de la urbe habanera; sin embargo, parece otro lugar. Posee un increíble halo de encanto y atracción. Basta cruzar la bahía para conocer otras aristas de la historia metropolitana desde una perspectiva diferente.