Castillo de los Tres Reyes del Morro

Castillo de los Tres Reyes del Morro

Desde cualquier punto del malecón habanero, paseo marítimo que separa a La Habana de su costa atlántica, puede contemplarse el Castillo de los Tres Reyes del Morro. Imponente, empotrada al risco que la sostiene, se erige una fortaleza de roca descubierta.

Castillo de los Tres Reyes del Morro

Es difícil imaginar a La Habana moderna sin su presencia. Acompaña a los cubanos como símbolo imperecedero desde 1589, fecha en que inició su construcción, y a pesar de los avatares que ha vivido se mantiene en pie, firme y sólido, se diría que inexpugnable.

Defensa de La Habana

Defensa de La Habana

Como parte del sistema defensivo de La Habana, plaza codiciada por su ubicación estratégica en el Nuevo Mundo, se creó en La Habana un sistema de fortificaciones que la protegieran del frecuente asedio de corsarios y piratas. Así, se construyeron los castillos de la Real Fuerza, de la Punta y el Morro, en una primera etapa.

Sistema defensivo de La Habana

Su nombre lo debe a la ubicación en que está emplazado, en el punto de tierra más saliente sobre el mar, en la costa oriental de la Bahía de La Habana. Fue erigido bajo la dirección de Juan Bautista Antonelli y se concluyó en sus elementos esenciales hacia 1597, después de ocho años de labor.

Es un polígono irregular, de roca áspera, perfectamente adaptado a la forma del peñasco que le sirve de sustento, con más de 60 pies de alto en muchas de sus paredes. Por estas características y por haber sido edificado sobre peñones abocados a la agresión constante del mar, es para muchos una obra maestra desde el punto de vista de la ingeniería.

Bahía de La Habana

Desde su creación, cada noche se cerraba la estrecha boca de la bahía con una gruesa cadena que lo unía al Castillo de la Punta en la otra orilla, protegiendo así la entrada por mar a la capital de Cuba.

Cuando los ingleses tomaron el Morro

Cuando los ingleses tomaron el Morro

Era imposible tomar La Habana sin que antes cayera el Morro. Bien lo comprendieron los ingleses y arremetieron en recio combate contra la fortificación. Entendieron también que desde el mar fracasarían, así que, tras vencer la débil resistencia del Torreón de Cojímar en las afueras de la villa, plaza encargada de custodiar la entrada a la capital por los límites orientales de Guanabacoa, apostaron sus cañones en la colina de la Cabaña (sitio en el que más tarde se erigiría el Castillo de San Carlos de la Cabaña), desde la que dominaban el objetivo más difícil.

Fortaleza del Morro, La Habana

Desde allí lanzaron su andanada, pero la fortaleza se mantuvo en pie. Fue necesario colocar una carga explosiva en el lateral norte del castillo para poder rendirlo y así, finalmente, luego de varios días de asedio, cayó el Morro en manos de los ingleses y, con él, La Habana.

Retorno de España al poder

Con el retorno de España al poder en la Isla, meses después, parte del Morro debió ser reconstruido. Se le añadieron los baluartes de Tejeda y de Austria, un foso de gran profundidad, cuarteles, calabozos, nuevas vías de comunicación, aljibes, almacenes, y por el costado de la bahía se emplazaron las baterías Doce Apóstoles y La Pastora. Hoy, en estos espacios y con los mismos nombres, se hallan dos restaurantes donde los clientes pueden degustar de la gastronomía local con maravillosas vistas al mar y la ciudad.

Retorno de España al poder

Para 1845, su torre, originalmente de 10 metros de altura, se sustituyó por una de 25 metros y cinco de diámetro. En la sección delantera se instaló el Faro O’Donnell. De este modo, quedó renovada la que para muchos es la edificación más antigua de uso continuo en el hemisferio, una de las fortalezas más bellas de La Habana, que aún hoy se puede admirar y visitar libremente.

Cerca del centro de La Habana

Cerca del centro de La Habana

Para llegar al Morro se debe cruzar el mar. La forma más simple es atravesando el Túnel de la Bahía. Por esta ruta, en muy pocos minutos, el visitante se transporta a un mundo de castillos y murallas, pequeñas calles adoquinadas y sólidas murallas. Podemos visitar sus museos, galerías y un bar aderezado con el paisaje del litoral habanero. Como guardián de La Habana, el Morro domina toda la zona metropolitana, por lo que se pueden obtener inigualables imágenes para captar el alma de su historia, sus calles y su gente. Como recuerdo, además, podemos adquirir obras de artesanía, suvenires a la venta en una de sus entradas.

El Faro del Morro

El Faro del Morro

El célebre Faro del Morro emite destellos cada quince segundos, con una potencia de 200 mil bujías. Sobresale 45 metros sobre el nivel del mar y sus luces pueden ser vistas a 18 millas náuticas de distancia.

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