A unos 60 kilómetros al este de la ciudad de Guantánamo, capital de la provincia más oriental de Cuba, se encuentra el Valle de Caujerí, lugar único y contrastante por sus condiciones naturales, convertido en polo agropecuario con excelentes resultados que actualmente se considera el motor impulsor del sector en esa región del país.
El valle, famoso en toda la Isla por la calidad, variedad y cantidad de sus producciones, pertenece al municipio San Antonio del Sur y se encuentra en medio de un sistema montañoso formado por las sierras de Caujerí, Imías y Purial, que oscilan entre los 500 y los mil metros de altura. También está relativamente cerca de la Base Naval de Guantánamo.
Rodeado de montañas y semidesiertos
Esta parte del sur del oriente cubano se caracteriza por ser una zona árida, a causa de las escasas precipitaciones que promedia durante el año y la cercanía al mar, de ahí que se le catalogue como semidesierto, aunque en el caso específico del valle la situación es otra (se dice que tiene clima de sabana), por estar en la cuenca del río Sabanalamar, que con las escasas lluvias alimenta a sus afluentes, dando lugar así a condiciones ideales para la agricultura, ayudado por una ración de capricho de la naturaleza.
Sin dudas, el oasis de fértiles tierras negras se presenta como una singularidad en el entorno circundante. Es una región que ha conocido las bondades del desarrollo humano durante las últimas décadas. Sus pobladores, entre los que aún subsisten algunos descendientes directos de aquellos aborígenes que encontraran los conquistadores españoles a su llegada en 1492, vivieron durante siglos en precarias condiciones materiales hasta entrada la segunda mitad de la pasada centuria, cuando las autoridades de la Isla decidieron crear allí un polo de expansión agrícola.
Desarrollo rural
Los primeros pasos en ese sentido se dieron en 1977 cuando se proyectó la construcción de varias cooperativas agropecuarias que aprovecharan las excepcionales condiciones del valle y de paso contribuyeran a su desarrollo integral.
Comenzó entonces la transformación del Valle de Caujerí en una de las zonas más pujantes de la vida agraria insular, que se complementó con la creación de una infraestructura de servicios básicos dirigida a las pequeñas comunidades que convergen allí. Durante unas cuatro décadas, el panorama económico y social de la zona ha cambiado radicalmente y lo que fuera uno de los puntos más atrasados de Cuba, cuenta hoy al menos con hospitales, un club de computación, escuelas de diferentes niveles de enseñanza, un politécnico agropecuario y hasta una subsede universitaria en la que se cursa la especialidad de Agronomía.
El incentivo durante estos años ha provocado un crecimiento de la población, que ahora ronda los seis mil habitantes, distribuidos en pequeños asentamientos y viviendas desperdigadas en la periferia. Este ha sido un factor determinante para el crecimiento y la estabilidad de las fuerzas productivas que dan vida al valle, cuyas producciones viajan mucho más allá de la provincia de Guantánamo.
Diversidad de cultivos
La zona es famosa por sus producciones de maíz, frutas, viandas, granos, tomate (que alcanza rendimientos de hasta 30 toneladas por hectárea) y otras plantaciones propias del trópico muy cotizadas por su calidad, a lo que suma la cría de ganado mayor y menor.
Hoy el principal reto de este polo agropecuario redunda en luchar contra la escasez de agua que golpea a casi toda Cuba, debido a la sequía causada por las exiguas y erráticas precipitaciones, incluso fuera de las estaciones tradicionales. Para enfrentar esa situación, desde hace unos años se despliega un ambicioso plan de inversiones que ha tenido su punto más alto en la construcción del trasvase Río Sabanalamar- Presa Pozo Azul, una acción que permite al valle y sus cultivos tener más de 12 millones de litros de agua a su disposición.
También se rehabilitaron unos 85 kilómetros del sistema de riego, antes desechado por obsoleto y desgastado. Recientemente se culminó el montaje de poco más de una decena de electrobombas para impulsar el preciado líquido directamente hasta los campos sembrados.
Flora y fauna
Gran variedad de fauna silvestre florece en el valle y sus alrededores costeros y montañosos con alto nivel de endemismo, principalmente entre las aves como el gavilán caguarero, el rabijunco, el cabrerito de baitiquirí, el pájaro mosca, y otras especies entre las que se destacan el chipojo enano, la iguanita de la arena y la bayoya de onaney.
La flora es aún más diversa, desde bosques húmedos con arboledas de maderas preciosas, pinares, palmares y plantaciones de café, hasta vegetación desértica como las tunas, variedades de melocactus y uvas caletas.
Modelo de crecimiento rural
El Valle de Caujerí ahora es una zona accesible de gran dinamismo socioeconómico, en parte gracias a nuevas medidas implementadas por las autoridades cubanas para incentivar las cosechas, entre ellas el alza de los precios para los productos más demandados, la estimulación del sector privado y diferentes inversiones tecnológicas para incrementar las producciones.
Lo que antes fuera una zona con éxodo masivo de habitantes hacia las ciudades, hoy es un oasis por sus condiciones naturales atípicas, por la calidad y condiciones de sus tierras, y por ser el centro de la mirada de un modelo de crecimiento económico y social integral, que bien podría ser transferido a otras regiones de Cuba y el mundo.
Zona agrícola y minindustrial
Las grandes cantidades de cultivos recolectados en los picos de temporada y algunos problemas longevos de distribución, hicieron necesaria la habilitación de varias minindustrias para el procesamiento de las cosechas; en especial para el tomate se construyó una planta con tecnología italiana; son experiencias que merecen una visita.