La idea de pasar unos días recostado en una playa paradisíaca bajo el sol caribeño es lo suficientemente poderosa para dedicarle tiempo y energía. Es casi un visual, muy sencillo de imaginar, capaz de llevar al viajero más estresado a un perfecto estado de paz y felicidad. Pero hay mucho más que hacer en República Dominicana, además de disfrutar de la circunstancia del mar por todas partes.
Alrededor de sus 31 provincias hay numerosos lugares y actividades para conocer este hermoso país, incluso si viajas con poco presupuesto. Acá te presentamos algunos tips para que tengas en cuenta en tu viaje.
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Recuéstate al sol en las más hermosas playas
Por si no había quedado claro, esto no tiene precio y, una vez allí, no te cuesta nada. Si quieres conectar de verdad con los lugares más bellos de ese país, agarra un trago refrescante, busca una tumbona frente a la playa y solo relájate.
Los más de 400 kilómetros de las playas dominicanas, conocidas por su extraordinaria belleza, son descritos como de aguas azules, celeste, cerúleo, azul/verde…. En lo que sí la gran mayoría coincide es que su transparencia y colores son absolutamente impresionantes. Estas tonalidades se deben a la poca presencia de plancton y otras sustancias comunes en los hábitats marinos y a que son poco profundas, por lo que la mayor parte de la luz solar se refleja.
Zona Colonial
En la capital de República Dominicana, Santo Domingo, se agrupan empresas, zonas industriales, financieras y minoristas, etc. Pero bien en su centro, al interior de su bullicio de urbe viva, se han preservado unas 11 manzanas, de calles empedradas y arcos de piedra llamados Zona Colonial.
Hasta allí puedes llegar sencillamente en buses o en Uber. También podrías tomar el tren turístico colonial desde el Parque Colón. Su recorrido dura alrededor de 45 minutos y pasa por los lugares más famosos de la ciudad. O disfruta de una saludable caminata. No te pierdas la primera Catedral de las Américas, el Museo de las Casas Reales, el Panteón Nacional, la Plaza España o el Monasterio de San Francisco.
Observación de ballenas
Si viajas entre los meses enero y marzo, una de las cosas que no debes perderte es la observación de ballenas en la Bahía de Samaná. Miles de estos mamíferos descienden sobre el lado este de la isla para aparearse y dar a luz en las cálidas aguas. Es posible observarlas tanto desde un recorrido en bote o desde el observatorio terrestre de Punta Balandra. No olvides tus binoculares. El Santuario de las ballenas Humpback en Samaná es considerado una de las mejores experiencias de observación de la vida marina del mundo.
Teleférico
Un tramo de ocho minutos, volando desde Puerto Plata a Pico Isabel de Torres, por aproximadamente 10 dólares. Desde la cima podrás apreciar unas vistas descomunales de la región norte de República Dominicana. Especialmente si subes en la mañana, cuando aún las nubes no se han concentrado alrededor de la montaña.
Una vez arriba, aprovecha y visita el hermoso Jardín Botánico y pasa por el monumental Cristo Redentor antes de irte. La estatua es otro de los símbolos de Puerto Plata y se encuentra en la cúpula de una antigua fortaleza militar, con alrededor de 800 metros. No, no es Río de Janeiro o La Habana, es Santo Domingo.
Columpios en la ladera de una montaña
Dependiendo del ángulo de visión, los columpios en el costado de Montaña Redonda pueden hacer que te detengas. A primera vista, parece haber una caída considerable en los exuberantes valles, lagos y arroyos de abajo. Pero todo es una ilusión: hay hierba suave justo debajo de tus pies.
Situada entre Punta Cana y Miches, la montaña costera ofrece vistas de 360 grados de la parte este del país. Es una caminata de 40 minutos hasta la cima (también puedes optar por tomar uno de los autobuses turísticos o jeeps, por un costo adicional), donde los columpios y hamacas te ofrecen un pintoresco y original escenario fotográfico.
Lago Enriquillo
El lugar bien vale la pena que te pases un día. El Lago Enriquillo es el punto más bajo de la República, con una superficie a decenas de metros por debajo del nivel del mar, y es una maravilla natural. Sus paisajes parecen sacados de un libro de fantasía. Se trata de la mayor reserva natural de agua de la isla, aunque su área total varía con el tiempo, en dependencia de los niveles de evaporación y de las lluvias. Se ubica en las fronteras de las provincias Independencia y Bahoruco.
Paseo por el Malecón
La Avenida George Washington bordea el mar caribe a lo largo de 14 kilómetros: es el paseo ideal junto al mar, totalmente libre de costo. A 100 metros de la costa, en la Avenida Máximo Gómez, se encuentra el imponente Palacio de Bellas Artes, restaurado en 2010 y considerado una de los siete tesoros de la nación caribeña. Tampoco te pierdas el Obelisco, sobre el mismo malecón, frente al parque Hostos. Y si de casualidad estás viajando en agosto, revisa el calendario del Festival del Merengue y Ritmos Caribeños que tiene lugar justo allí cada verano.
Los Colmados, obvio
Por todo el país es usual encontrar pequeños bares y lo que allí llaman tiendas de conveniencia, que son comercios de barrio abiertos generalmente las 24 horas. Los colmados suceden allí y se les considera el centro de la vida social y cultural de Dominicana. Las personas se concentran en las aceras, conversando o viendo el juego de béisbol del momento, comienzan a circular las bebidas, sea ron o cervezas, hay juegos de dominó y, por supuesto, mucha música. Pronto muchos estarán bailando hasta la madrugada. Si deseas conocer uno de los rostros más auténticos del país, esta es una de las vías más expeditas e intensas.