Un paseo por la Quinta Avenida de La Habana

Un paseo por la Quinta Avenida de La Habana

Símbolo del mejor rostro urbano es la Quinta Avenida de La Habana, en el municipio Playa. Se extiende por toda la zona de Miramar, de las más modernas y exclusivas de la capital pues hacia los años treinta (siglo XX) la burguesía cubana comenzó a construir sus palacetes allí.

Muchos habaneros se ejercitan con caminatas y carreras en la Quinta Avenida, contemplan sus amplios espacios verdes o su interesante patrimonio arquitectónico, además de visitar bares de moda y otros lugares de diversión.

Comenzamos el recorrido por la Quinta Avenida

Casi diez kilómetros recorre la arteria, desde su inicio en el túnel que la conecta con la calle Calzada (Vedado) hasta el río Santa Ana en el barrio de Santa Fe, ubicado en los límites oeste de La Habana.

Carros circulando por la Quinta Avenida de La Habana

Por su amplitud no es homogénea su urbanización. Se puede decir que hay muchos paisajes en una misma avenida, así que es recomendable visitarla por tramos o alquilarse un taxi: si encuentra un auto clásico descapotable que en Cuba llaman “almendrones”, no olvidará la experiencia.

Esta elegante calle primero se llamó Avenida de las Américas y comenzó a construirse en los años 20 del siglo anterior. La diseñó el arquitecto norteamericano John F. Duncan, creador del mausoleo de Ulises S. Grant en Nueva York.

La Casa de las Tejas Verdes y la Fuente de las Américas

Al inicio encontramos dos joyas arquitectónicas. La Casa de las Tejas Verdes fue una de las primeras viviendas de la avenida y ejemplo preciso de la arquitectura de los años 20 en la ciudad. Es suntuosa y hermosísima, con su fachada de formas geométricas entrelazadas, su torrecilla cónica y techos de exagerada pendiente, cubiertos con sus características tejas americanas de color verde. En los jardines hay instalaciones modernas y esculturas.

Hermosa casa de las Tejas Verdes en la Quinta Avenida de La Habana

Cerca de allí está la Fuente de las Américas, concebida en 1924 por el arquitecto estadounidense John Wilson, mientras que las esculturas fueron creadas por el italiano Pietro Manfredi.

Fuente de las Americas

Luego de fotografiar estas dos obras urbanas, podemos comenzar a recorrer la Quinta Avenida en su primer tramo, de unos cinco kilómetros. Las vías por donde pasan a alta velocidad los autos están separadas por un bello paseo central, bien arbolado, que es utilizado para correr o caminar, los niños juegan tranquilamente y a veces con sus mascotas.

Para recorrerla, como no abundan grandes edificios que den sombra, es recomendable protegerse con ropa adecuada y además usar alguna loción para el sol. Las largas distancias también precisan calzado cómodo e hidratarse bien.

Caminando encontramos un curioso reloj

El recorrido por esta zona es apacible y permite deleitarse la vista con numerosos hoteles y embajadas en antiguas residencias de ricos. En el cruce de la avenida con la calle 10 sorprende una torre con un reloj cuyas campanas reproducen las del célebre Big Ben inglés.

Reloj de 5ta y 10 en Miramar

El mismo Duncan diseñó la torre en 1920, que estuvo lista hacia 1924 y la construyeron con piedra de cantería de la cercana localidad de Jaimanitas. Las campanadas se escuchan cada quince minutos gracias a una maquinaria ubicada en la base, que tiene cuerda para unas 40 horas. El reloj fue construido por E. Howard & Co (Boston, Estados Unidos).

En la esquina de la calle 42 se ve un símbolo de la zona: La Copa, valiosa escultura de José Oliva Michelene emplazada allí en 1923. A lo largo de la arteria, de tanto en tanto observamos interesantes iglesias, notables por su arquitectura distinta del común en La Habana, pues fueron fundadas en los años 40 y son de variados estilos. Entre ellas están la Iglesia de Santa Rita con la estatua de la importante artista Rita Longa (5ta y 26), y el Santuario Nacional de San Antonio de Padua (calle 60). Sobresale la Iglesia Jesús de Miramar (5ta y 80) de apariencia románica y bizantina.

Iglesia Jesus de Miramar

Si a la altura de la calle 78 ya necesita refrescar con algo más que agua, llegue al Café 5ta Ave, sitio acogedor donde sirven deliciosos desayunos, almuerzos o si lo prefiere sándwiches y jugos naturales para merendar. Siguiendo por la ruta encontramos en la calle 94 el Café Jazz Miramar, dentro del Cine Teatro Miramar, donde en las noches hay excelentes espectáculos en vivo con músicos cubanos.

Del Circo hasta el gran monumento de Calixto García

Al final de los cinco kilómetros del tramo inicial, en la calle 110, encontramos una sorpresa: ¡la gigantesca carpa del Circo Nacional de Cuba! Tienen calidad sus espectáculos, aplaudidos y premiados en festivales de París (Francia), Verona (Italia) y muchos otros países.

Una de las rotondas de la Quinta Avenida

Cerca de un kilómetro después (en la rotonda de la calle 146) sorprende una gran escultura ecuestre del Mayor General de la independencia cubana Calixto García. Antes estuvo emplazada cerca del Malecón, al final de la Avenida de los Presidentes, sin embargo los temporales y las penetraciones del mar la deterioraban constantemente.

La impresionante estatua de cuatro metros de alto se levanta en un pedestal de seis. Fue esculpida por Félix de Wildon y en diseño del monumento participó el arquitecto Elbert Poets. De bronce es la figura del héroe y el resto del monumento se hizo con granito negro de Brasil.

Escultura ecuestre del Mayor General Calixto Garcia

Luego la Quinta Avenida tuerce hacia la zona de La Estrella (8 kilómetros) y continúa hasta la Marina Hemingway donde se organizan regatas de veleros y torneos de pesca.

Hacia Jaimanitas

La Quinta Avenida se prolonga hasta la zona de Jaimanitas y las playas de Santa Fe, aunque esto no quiere decir que el trayecto sea menos vivo e interesante.

Parada de autobus de la Quinta Avenida, en la zona de Fusterlandia

En Jaimanitas, por ejemplo, un artista ha convertido ese poblado de pescadores en una gigantesca obra de arte. José Rodríguez Fuster ha pasado los últimos 20 años revistiendo de cerámica multicolor las fachadas de muchos edificios, y levantando curiosas esculturas en todos los espacios posibles. Parece un pueblo encantado, lleno de mosaicos de palmas, cocodrilos, gallos, banderas cubanas, estampas de campesinos.

Quinta Avenida, una ruta distinta para conocer La Habana

Senal que indica la direccion a Pabexpo y el Palacio de las Convenciones de La Habana

Difícilmente encuentre en todo el país una vía más hermosa y larga que esta, y además con no pocas atracciones diferentes. La Comisión Nacional de Monumentos declaró, en 1999, como Zona Protegida y Zona Urbana de Valor histórico-cultural a esta arteria y sus alrededores. Recorrerla es conocer otra parte de la ciudad tan fascinante como el tradicional Centro Histórico, aunque mucho más moderna y calmada.

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