Calles con historias: San Lázaro

Calles con historias: San Lázaro

Si le gusta pasear por La Habana, de seguro se ha acercado a la Universidad de La Habana y a la amplia escalinata que la precede. Desde la cima, justo en la posición del Alma Máter, podemos observar en casi toda su extensión una de esas calles capitalinas que nos esperan para contarnos sus historias: San Lázaro.

Coche americano de los 50 circula por San Lazaro con destino al Vedado

Testigo de infinidad de acontecimientos, rica en secretos y anécdotas, San Lázaro ha latido al ritmo del corazón de los cubanos a través de los siglos y de forma especial, junto a los más jóvenes. Amplia, generalmente tranquila pero nunca desolada, es recorrida a diario por capitalinos y visitantes que, en auto o a pie, como se dice en buen cubano, transitan de La Habana moderna hasta La Habana profunda, y viceversa.

Paseo del Prado y San Lazaro una de las esquinas mas famosas donde Centro Habana se encuentra con La Habana Vieja

Desde lo alto podemos ver cómo el trazado se nos pierde a la vista en su camino hacia el mar. Descendemos la escalinata de la Colina Universitaria y echamos a andar.

Por San Lázaro y rumbo al mar

Hay que mirar bien hacia todos lados para poder descenderla. Desde nuestra posición parece que los autos salen de todas partes y se enmarañan en el inicio de nuestro viaje, apenas unas cuadras más arriba de La Rampa, la heladería Coppelia, el cine Yara, los hoteles Colina y Habana Libre.

Vista de la Calle San Lazaro, al fondo la Universidad de la Habana

Nos recibe un monumento en forma de obelisco. Nos sorprende ese sitio donde la calle nace alrededor de una pequeña plazoleta, con un homenaje a Julio Antonio Mella, símbolo de las luchas estudiantiles. Este sector es el que más historia oficial atesora, pues en la época del gobierno de Fulgencio Batista, a finales de la década del 50 del siglo pasado, fue escenario de múltiples manifestaciones y revueltas populares. En la actualidad, es lugar de reunión circunstancial para organizaciones políticas y juveniles.

Coche americano antiguo por San Lazaro, justo frente al monumento a Julio A. Mella

Seguimos bajando por la calle que alberga cuatro carrileras en todo su recorrido. Casi todas las edificaciones poseen más de dos plantas y predominan las viviendas. Distinguen por sus altos puntales y los balcones que sobresalen sobre la acera. Por lo general, carecen de portales y llenan casi todo el espacio alrededor de la vía, en marcado reflejo de la arquitectura colonial, la ecléctica y la gran densidad poblacional de la zona. A ratos, algún pequeño árbol acompaña nuestro trayecto.

Bienvenidos a Centro Habana

Coches antiguos y modernos comparten con autobuses la calle San Lazaro

Cruzamos entonces la calle Infanta, otra de las arterias fundamentales de la capital cubana y en este encuentro, a la izquierda, se halla el «Parque de los Mártires», donde es común encontrar a niños jugando entre muros en los que resaltan huellas y siluetas de figuras humanas como recurso expresivo, impresas con una singular técnica que emplea la fuerza y el peso del cuerpo a través de una tela sobre el concreto húmedo. Cerca de aquí se halla otro destino peculiar de La Habana, el Callejón de Hamel, preferido para el disfrute de la rumba, el arte y la cultura afrocubana.

En sus alrededores, en el encuentro de Hospital y Príncipe, dejamos la Fragua Martiana, hoy museo y centro de estudios que conserva restos de las canteras de San Lázaro. En épocas pasadas se extraía piedra para erigir importantes obras constructivas en la ciudad y donde fuera condenado a trabajos forzados el Héroe Nacional de Cuba, José Martí, cuando apenas contaba con 17 años.

Semaforo de la esquina de San Lazaro y Belascoain

Casi cuando llegamos al Malecón habanero, otra de las joyas de esa avenida anuncia su presencia, es el Hospital Hermanos Ameijeiras, uno de los más grandes, modernos y célebres institutos médicos del país. Con más de 20 niveles y su parqueo elevado, atípico en la Isla, se alza imponente frente al océano, en el mismo sitio en que se construyera hacia 1852 la «Casa de Beneficencia y Maternidad». A un lado, la Iglesia La Inmaculada y enfrente, un parque con el monumento de 1916 dedicado a Antonio Maceo, prócer de las luchas independentistas. Antes de existir, allí radicaba una fortaleza militar colonial, la batería de la reina y una lengua de mar conocida como la vieja caleta de San Lázaro.

En las inmediaciones, varias paradas de ómnibus en todas direcciones reúnen a decenas de personas impacientes. A partir de ese punto la calle se adentra, paralela al mar, en el sector más antiguo de La Habana.

Lo moderno y lo antiguo

Autobus circula por San Lazaro frente al Hospital Hermanos Armejeiras

Hay quienes aseguran que San Lázaro, con sus veintiuna cuadras, es una de las calles más largas de la capital antillana. Desde la Universidad, en el céntrico Vedado, atravesamos Centro Habana y nos sumergimos en la Habana Vieja. Durante el recorrido se mezclan huellas arquitectónicas de los siglos XIX y XX, con algunas más vanguardistas y otras mucho más tradicionales, que nos hablan a las claras del carácter de la ciudad, su crecimiento y su gente.

A lo lejos, ya se distingue el fin de la vía. Se estrecha un tanto, pierde en esplendor y de repente se abre, se transforma y nos regala otra explanada: la plazoleta de La Punta, alrededor de la fortaleza patrimonial de igual nombre. Nos acoge el mar, el muro del Malecón y el paisaje del otro lado de la bahía, con la gigantesca escultura del Cristo, las fortalezas de la Cabaña y el Morro con su faro. A un costado, el Paseo del Prado que nos sorprende con varios hoteles en construcción.

Coches antiguos por San Lazaro con destino La Habana Vieja

Y allí en la plazoleta la historia nuevamente nos detiene. Un conjunto escultórico al que llegan frecuentemente los cubanos, recuerda a ocho estudiantes de medicina que fueron injustamente fusilados en 1871, en un bello homenaje para evitar el olvido. Muy cerca, como parte de las riquezas culturales, aparece la estatua del poeta cubano Juan Clemente Zenea, de gran influencia en la literatura nacional.

Breve recuento antes del regreso

Calle San Lazaro y Universidad en el Vedado habanero

San Lázaro, según sabemos, se denomina así debido a un hospital fundado en 1746. También fue paso de los cortejos fúnebres realizados a partir de los inicios del siglo XIX y se reconoce que los primeros habitantes afloraron en 1815. En diversos momentos se le denominó como calle Ancha del Norte, calle del Basurero, Avenida Antonio Maceo y Avenida de la República. Finalmente, en 1936, el Ayuntamiento restituyó el nombre con que se conoce hoy. En la actualidad, es una zona priorizada para los planes de rehabilitación de la Oficina del Historiador de la Ciudad.

Historia que desciende por San Lázaro

Coche americano de los años 50 circula por Prado con destino a San Lazaro

Cada 27 de noviembre, la calle San Lázaro se llena de jóvenes universitarios que descienden desde la escalinata y van hasta la explanada de La Punta a rendir homenaje a los estudiantes de medicina fusilados. En la noche del 28 de enero sucede algo parecido pero mucho más espectacular. Para recordar el natalicio de José Martí, despliegan una multitudinaria Marcha de Las Antorchas hasta la Fragua Martiana. Entonces San Lázaro alberga mucha historia, mucha arquitectura y deseos de mostrar cada uno de sus atributos.

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