Todo parte del ron. La afición por esta bebida destilada de azúcar de caña es casi tan antigua como la conquista y colonización de América. Su creación e inicio viene de la mano de corsarios y piratas, que por el lejano siglo XVII, saqueaban y navegaban los mares del Caribe. El frescor que aporta, y podríamos decir que su rápido efecto, la convirtieron en una de las preferidas en Cuba.
Sin embargo, la coctelería cubana, en especial, surge a finales del siglo XIX pero no será hasta las primeras décadas del siglo XX, cuando vive sus años dorados. La «Ley Seca» en los Estados Unidos y la afluencia de turismo hacia Cuba, proveniente de ese país, fueron el punto de arranque.
Pudiera decirse que el primer coctel del que se tiene referencia es el tan nombrado «Cuba Libre». La historia recoge anécdotas que ubican su surgimiento en los campos de Cuba, durante la Guerra hispano cubana norteamericana. Sin embargo, es el «Mojito» el coctel nacional de la isla de Cuba.
El Mojito tiene una variante en los Estados Unidos, a base de Whisky de Bourbon, que surgió también durante la Ley Seca, cuando Cuba se convirtió en el destino preferido de aquellos ciudadanos.
¿Cómo preparar un Mojito cubano?
Para preparar este coctel, ideal para los calores de Cuba, es necesario, contar con un ron bien cubano. Los bartender recomiendan el Ron Havana Club Añejo Blanco, por la nobleza de su sabor.
Las medidas exactas: una y media onza de ron, media cucharadita de azúcar, zumo de medio limón, agua tónica, hierbabuena y hielo.
Para prepararlo debemos incorporarle el azúcar al zumo de limón, o mejor macerar el limón y el azúcar. Luego se agrega el hielo, agua tónica y el ron. Se adorna el trago con una ramita de hierbabuena y a disfrutar.
El templo del Mojito en Cuba
Existe un lugar en La Habana Vieja que ha sido inmortalizado por ese trago, gracias a la particular afición que sintió por el mismo Ernest Hemingway, el autor de «El Viejo y el Mar». Del autor norteamericano, habitante casi permanente de la capital de todos los cubanos ha quedado, hasta la actualidad, su frase:
«Mi daiquirí en el Floridita, mi Mojito en la Bodeguita.»
La Bodeguita del Medio es un pequeño establecimiento, muy cerca de la Plaza de la Catedral en el mismo centro histórico de La Habana. Es un lugar lleno de historia, donde podrá, no solo disfrutar de buena música, sino también saborear, podríamos decir, el más famoso Mojito del mundo.
Siempre abarrotado de personas La Bodeguita del Medio es uno de los lugares más concurridos de esa ciudad. Los Mojitos «vuelan» por el lugar, la gente los toma en la barra, en el restaurant e incluso en la calle que ya se ha vuelto una extensión del bar con vida propia: exhibiciones, personajes callejeros y los clásicos souvenirs que adornan las ferias habaneras.
Mi recomendación
Existen muchos otros lugares donde también se pueden disfrutar de buenos cocteles cubanos. El olor a mar, una buena compañía, la música, y el Mojito enriquecerán sus mejores momentos en Cuba. Por eso le recomiendo tres lugares donde disfrutar del emblemático Mojito cubano.
La Terraza del Hotel Ambos Mundos
La Terraza del Hotel Ambos Mundos es el lugar perfecto para una tarde al compás del son y con Mojitos, acompañados de una vista generosa de la bahía de La Habana. Allí encontrará nuevamente una referencia a Ernest Hemingway pues el autor tuvo como primera residencia en La Habana una habitación en ese hotel. El sitio fue convertido en museo, dentro del hotel, y es visitado constantemente por interesados en la figura y obra del escritor norteamericano.
A la terraza del hotel, construido en las primeras décadas del siglo XX, nos llevan los elevadores OTIS originales, verdaderas joyas de la conservación capaces de transportarnos en el tiempo. El complemento para el famoso coctel lo encontrará en la parrillada, con variadas ofertas muy solicitadas por los visitantes.
El Bar Dos Hermanos
Muy cerca de ese sitio, luego de atravesar la Plaza de San Francisco de Asís y también siguiendo la ruta de Hemingway en La Habana, nos encontramos con un pequeño bar conocido como «Dos Hermanos», con una gran barra de madera, una gran carta de rones y un Mojito perfecto.
Por este bar a pasaron además del autor norteamericano, Federico García Lorca, Errol Flyn, y otros. A veces me gusta pensar que coincidieron en algún momento, como suele pasar normalmente en La Habana. En una ciudad relativamente pequeña, con tantos lugares la entropía aumenta y es imposible no encontrarse con alguien en cualquier lugar, eso también es parte de la magia de esa ciudad.
La Flauta Mágica
Si gusta de la ciudad más moderna, de la electrónica, el jazz, existe un sitio bien agradable en la parte oeste de la capital, justamente en el Vedado. «La Flauta Mágica» es reflejo indiscutible de lo mixto de la ciudad, donde confluyen sin violentarse modernidad e historia.
Sita en la Calle Calzada, muy cerca del Malecón y la Embajada de los Estados Unidos, casi con el mar en tu mesa, está este sitio. Un pent-house que vale la pena visitarlo solo por la hermosa vista. La coctelería no es relevante, pero el Mojito, en mi experiencia personal, es insuperable.
El Mojito, un buen pretexto
Las noches y los días en La Habana, son todos irrepetibles, los sabores, los olores, los sonidos, son una invitación constante al regreso. Y el Mojito forma parte de esos sabores y en la búsqueda de tu preparación favorita podrías llegar a conocer la ciudad entera reflejada en la impronta de sus bares. ¿Suena interesante la idea, verdad?