Frases cubanas con mucho sabor

Frases cubanas con mucho sabor

En estos días, cercanos al aniversario 500 de La Habana y dónde la visita de los Reyes de España a Cuba es un evento de suma importancia, ha salido a las redes una singular polémica: cómo reaccionaría la Reina, Doña Letizia Ortiz Rocasolano, si escuchara a su paso, por una de las calles de la enigmática ciudad, una de tantas expresiones propias del gracejo popular en la Mayor de las Antillas, como un mi reina, o china, eres un mangón.

La lengua en la Perla del Caribe es el resultado de una mezcla magnífica, una suerte de ajiaco, ese caldo que ha sido usado como molde para definir la nacionalidad en Cuba.

Pareja de jóvenes en La Habana

Se encuentra conformada por voces amerindias de diversa procedencia (como canoa, tabaco, huracán tamal y chocolate), afronegras, a la par de las españolas, tanto cultas como populares, procedentes de la germanía (asociaciones de truhanes españoles y por ende la jerga de sus integrantes) y el caló, además de vocablos derivados del inglés, y del francés, estos últimos localizados fundamentalmente en la región oriental.

Lo cierto es que hasta hoy, los cubanos, cuentan con expresiones lingüísticas llenas de «sabor» caribeño y cargadas con el calor de su tierra, que sin embargo podrían resultarles raras a aquellos visitantes procedentes de otras tierras.

El salero del habla popular cubana

Jóvenes cubanos saludan desde un camión

Ciertas voces eruditas en ocasiones emprenden encarnizada queja contra el lenguaje popular. Parecieran olvidar lo certeras que resultan de vez en vez ciertas metáforas del pueblo, como aquella tan cubana de estar en el pico del aura, para referirse a una situación de peligro o zozobra.

Lo cierto es que el lenguaje no es algo inmutable sino que cambia con el paso del tiempo y mientras algunas palabras y frases permanecen durante siglos inmutables, otras se desgastan y caen en desuso, lo que obliga a la revisión constante.

Por eso lo invitamos a que conozca aquí algunas de las expresiones cubanas más contemporáneas que podrían sacarle los colores del rostro, hasta a la mismísima reina de España.

  1. Mi reina…

    Cubana con atuendo costumbrista posa para la foto

    No es raro que en Cuba, cualquier mujer, sin importar su origen o condición económica, sea ascendida a la categoría de reina, muchas veces a razón de su aspecto.

    Resultaría un evento pintoresco si Doña Letizia, a su paso por las calles de La Habana, escuchara a cualquier habitante del país, llamar Mi reina, a una de sus coterráneas.

  2. Las mamis, los padres y los tíos

    Dos personas sentadas en un banco de La Habana

    El uso en la Llave del Golfo de vocablos como mami, padre, abuela, o tío, no se debe al hecho de que en tal tierra todos sean familia. A veces tales apelativos se utilizan para mostrar respeto.

    Es así que los hombres de una cierta edad se convierten en padre. Algo similar pasa con el empleo de voces como abuela, o abuelo. E incluso con tía o tío. Aunque, además, se les suele llamar tías a las señoras encargadas de la limpieza, o la cocina, en determinados establecimientos, la tía que limpia. Mientras tíos son aquellos que realizan guardias para la seguridad y protección en instituciones o comercios.

    Quizá esto se debe a que el pueblo cubano resulta muy democrático en tal sentido y no discrimina a nadie por su oficio, sino que por el contrario busca convertir a todos en cercanos.

    Sin embargo, mami puede escapar a tales connotaciones y es un vocablo que en ocasiones emplean los hombres para dirigirse a las mujeres con expresión seductora. Si bien en otros pueblos esto podría calificarse como acoso, en Cuba es más probable que pase por un halago.

    Así, no sería raro que a Doña Letizia alguien la reverenciara con un típico: mami, estás riquísima…, aunque sea dicho por lo bajo o con disimulo.

  3. Mi amor, mi vida y mi corazón

    Grupo de jóvenes compartiendo un rato de ocio

    Son tres expresiones, algo almibaradas, que utiliza el cubano en su cotidianidad, sin importar si conoce o no el nombre de su interlocutor o interlocutora. Resultan típicas de un trato que pretende mostrarse caluroso y familiar, incluso si no media una relación previa entre los hablantes. Pueden ser usadas por hombres y mujeres para dirigirse tanto a personas del mismo sexo, como del contrario.

    Si bien a veces, ciertas inflexiones en el tono de la voz, permitirán conocer si están siendo usadas con un dejo de ironía, que contradice la cordialidad de tales propias expresiones.

    Sería interesante escuchar algún habanero de los que suele deambular por las calles de esa ciudad hablando con Letizia: Mi corazón, me regalas un selfie…

  4. Mi negra y mi china

    Dos mujeres conversan en la calle

    Negra, o negro, china, o chino, son expresiones lingüísticas que la mayoría de las veces se presentan despojadas de su carga racial y a menudo se usan en la Mayor de las Antillas como simples vocativos, incluso con cierta connotación afable, que puede pretender ser seductora, pero raras veces ofensiva y mucho menos xenófoba.

    Ninguna de las dos le quedaría a la Reina; no obstante, ¿duda que desde algún balcón de La Habana Vieja le griten: ¡Mi china, qué lindo tienes el pelo!?

  5. Qué buena tú estás

    Turistas y locales en una calle habanera

    Cierto es que el movimiento Me too, podría alarmarse con algunas voces que conforman el habla popular de los cubanos, en tanto tal vez las considerarían señales de acoso.

    Sin embargo, en la Mayor de las Antillas, muchas féminas muestran su gratitud ante ciertos piropos contemporáneos, e incluso premian con una sonrisa a aquellos que los profieren. Quizá porque Cuba es una tierra llena de un carisma muy singular. No son raras en las calles expresiones como qué buena tú estás. ¿Se imaginan la cara de la soberana?

  6. Tremendo mango

    Hombre recostado a un almendrón observa las personas pasar

    El mango es una de las frutas más deliciosas que se puede consumir en el Caribe. De ahí que en Cuba se suele calificar a cualquier persona atractiva por su físico, de apetecible como un mango. A veces se suele usar el superlativo, mangón, al que incluso se añade, como si no bastara con la hipérbole, el adjetivo de tremendo.

    Sin lugar a dudas, el Rey Felipe de Borbón, que en más de una ocasión ha sido llamado por las féminas de la Mayor de las Antillas, Felipe de Bombón, un sobrenombre cargado de salero, podría ser calificado además, a la menor oportunidad, como tremendo mango, por alguna cubana atrevida, incluso en presencia de su esposa. Y si la reina se ofende, o el soberano se avergüenza, qué se le va a hacer, si tales son las expresiones de afecto de un pueblo sin frenos en la lengua, pero exento de cualquier mala intención.

Frases cubanas para celebrar

Cubanos divirtiéndose en una calle habanera

Algún estudioso de la lengua en Cuba ha dicho que esta constituye, un habla para andar por casa, libre de rigideces, así como un ejercicio colectivo de búsqueda artística.

Lo cierto es que el lenguaje en la Mayor de las Antillas no será una joya de la corona; sin embargo, se presenta vivo, lleno de colorido metafórico y destaca por dar muestras de una simpática inteligencia con base en lo popular, que puede resultarle refrescante hasta a los visitantes más selectos.

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