¿Por qué visitar Baracoa?
Baracoa es la ciudad más antigua de Cuba y el principal destino turístico de la zona oriental del país. Con más de 500 años de fundada esta localidad muestra orgullosa un impresionante conjunto de montañas, paisajes, ríos, bosques vírgenes, flora y fauna endémica que asombrará a todos los que apuestan por lo esencial de la naturaleza.
Pero en medio de tantos atractivos, muchos de ellos Monumentos Nacionales, siempre es bueno tener a mano algunas recomendaciones. Aquí propongo las mías:
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Iglesia Parroquial de Baracoa
Preside el centro histórico de la ciudad y a simple vista puede parecer una iglesia como otra culquiera. Pero su verdadero valor, amén de ser la primera construida en Cuba aunque no con el aspecto actual, es el de resguardar la Santa Cruz de la Parra, único testimonio de la presencia de Cristóbal Colón en estas tierras. En el primer viaje, el Almirante colocó 29 cruces en diversos lugares del Nuevo Mundo.
Veinte años después, mientras Diego Velázquez conquistaba y colonizaba el lugar, halló la cruz totalmente cubierta por la uva caleta que allí crecía. Por su parecido con la vid es que la nombran de Parra. Al valor histórico se sumó el de ser milagrosa porque accedía a las peticiones de los moradores y personalidades que llegaban hasta ella, quienes terminaban por arracar astillas de sus puntas como reliquia.
No es de extrañar, entonces, que exista una notable diferencia entre el tamaño original y el actual (0.80 m). Declarada Monumento Nacional, hoy en día está protegida por chapas de plata colocadas en sus puntas. No podrá llevarse un fragmento a casa, pero podrá conservarla en su memoria como recuerdo del objeto que el Almirante dejó un día en esta tierra.
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Castillo de Seboruco de Santa Bárbara (Hotel El Castillo)
La fortificación fue construida en el siglo XVIII como parte del sistema defensivo de Baracoa ante tantos asaltos de corsarios y piratas. Devenido en hotel, la particular construcción posee la virtud de mostrar una vista completa e inigualable de la ciudad y cuanto la rodea.
Entonces merece la pena visitarlo para comprobar las bellezas naturales de las que se precia la primera villa cubana y asombrarse con la capacidad de adaptación de la edificación militar a las irregularidades topográficas donde se haya enclavada. Detalles arquitectónicos como techos de madera, soleras (largas varas de madera que sostienen parte del techo), tejas francesas, entre otros, sorprenden por su estado de conservación y como método constructivo. Otro Monumento Nacional que seguramente le agradará.
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Pasear por el Malecón baracoense
Después de haberse maravillado con el Malecón habanero y de caminar por el Malecón de Cienfuegos, el de Baracoa puede no sorprenderlo. Sin embargo, a diferencia de los anteriores es el espacio público más utilizado en esa ciudad por su posición privilegiada dentro de la villa. Fiesta, festivales, ferias y cuanta celebración se hace en Baracoa se realiza allí.
Por tanto, es el lugar ideal para conocer a sus habitantes que aunque son cubanos se precian de ser baracoeses. Su forma de hablar, de expresarse, sus comidas, su manera de relacionarse con el mar los hace únicos y defensores acérrimos de valores culturales propios que no encontrará en otras partes del país.
En 2 kilómetros podrá admirar esta obra de la ingeniería cubana muy estimada por sus habitantes y quienes la visitan. Le recomiendo mientras se sienta a respirar el aire del mar, probar un cucurucho relleno de coco rallado, azucarado con miel o azúcar de caña. Una verdadera delicia que hará inolvidable su paseo por este Malecón diferente.
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Yunque de Baracoa
Ante tanta belleza natural se impone salir de la ciudad y nada mejor para comenzar que visitar el símbolo que identifica la ciudad. Visible desde cualquier punto esta meseta aplanada tiene aproximadamente 575 m y forma parte de la Reserva de Biosfera Cuchillas del Toa. Nombrado Monumento Nacional desde 1980, este sitio posee extraordinarios valores naturales y un alto grado de endemismo.
Brinda la posibilidad de observar aves, mamíferos, moluscos, mariposas y muchos otros animales, algunos endémicos de Cuba y que sólo pueden ser avistados allí; por ejemplo, el almiquí (similar a un topo, considerado un fósil viviente) o la polímita (molusco cubano apreciado como el más bello del mundo por sus colores).
Puede además contemplar las formaciones geológicas o disfrutar de baños es piscinas naturales como el Salto del Duaba, nombre de uno de los ríos más importantes del lugar. Desde la ciudad se puede involucrar en las muchas excursiones que se preparan, pero también puede llegar en bicicleta, auto, etc. por medios propios. Cuando se decida, vaya cómodo de calzado, acompañado de la cámara y del traje de baño. Le aseguro que no se arrepentirá.
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Baño en Playa Maguana
Y luego de un recorrido por toda la región a refrescar en esta playa de arenas blancas muy visitada en Baracoa. A pocos kilómetros de la ciudad, se distingue por su arrecife de coral y la blanca arena que la corona. Casi virgen y de aguas poco profundas, Playa Maguana es un espacio ideal para el buceo contemplativo, el descanso y la relajación. Momento especial para reflexionar sobre todos los lugares conocidos y por conocer.
Nunca diga adiós a Baracoa
Porque hay que regresar a la Primada de Cuba, para bañarse en sus ríos, bailar changüí, comer bacán, recorrer otros sitios naturales, pasear por la bahía… Son muchas, muchas las opciones que ofrece esta pequeña ciudad donde el cielo, el mar y las montañas aportan una belleza y colorido únicos.
Por ahora se marchará asegurando lo que reza en su escudo:
«Aunque pequeña entre las ciudades de Cuba, eres sin embargo la primera en el tiempo.»