El callejón de los peluqueros
Hacia el año 1999 el barrio del Santo Ángel atravesaba por un período de desgaste y sus edificios coloniales veían muy lejanos sus tiempos de esplendor. Es en esta fecha que uno de sus habitantes Gilberto «Papito» Valladares, peluquero de profesión, propuso a la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana un proyecto de desarrollo integral comunitario para darle vida al mencionado barrio.
Nació así el proyecto ArteCorte el cual se proponía transformación integral del barrio a partir de un grupo de acciones que tenían como eje central la profesión de barbero y peluquero. Así se planteó la creación de una escuela de formación en peluquería y barbería para jóvenes de la comunidad donde recibirían los conocimientos necesarios para posteriormente comenzar sus propios negocios. Además pretendía reunir a barberos, peluqueros, artistas, historiadores y a la comunidad en general en función de un bien común. En sí mismo el proyecto constituye una propuesta práctica, que pone a la economía, la cultura y la sociedad en función del beneficio colectivo.
Así comenzó la historia de este callejón que trata de renovar el reconocimiento hacia una antigua y necesaria profesión. La calle Aguiar sufrió una transformación radical gracias a las iniciativas gestionadas mediante el apoyo de entidades privadas, la Oficina del Historiador y de los vecinos convirtiéndose en un espacio conocido dentro de la capital.
Además fue construido cerca del callejón el Barbe Parque, un parque infantil resultante del proyecto comunitario en el cual además de poder jugar los pequeños pueden hacerse un corte de cabello y tomarse un refrescante helado.
La estrecha callejuela se halla en pleno corazón de la Habana Vieja en una zona clave dentro del proyecto de restauración de la ciudad, donde han ido en aumento la apertura de negocios privados principalmente vinculados a la gastronomía.
Allí no solo podrás encontrar la escuela de peluquería y barbería sino una variedad de locales que lo convierten en un sitio muy interesante. A lo largo de la calle podrán contemplarse galerías de arte, pequeñas tiendecitas para la venta de artesanías locales, el salón de peluquería ArteCorte y atractivas propuestas gastronómicas.
En el centro de belleza y peluquería ArteCorte siempre será bien recibido quien quiera realizarse un cambio a su imagen, al mismo tiempo que descubre un museo interactivo donde se homenajea el oficio de los barberos en Cuba. Donde las obras de arte y museables no solo se hallan en exposición sino que se utilizan cotidianamente en el oficio a la vez que ambientan el lugar.
Se puede estar sentado cómodamente en una silla centenaria mientras se espera e ir disfrutando de vitrinas repletas de tijeras, brochas, máquinas de afeitar y otros utensilios antiguos. Es también un espacio expositivo para artistas contemporáneos cubanos, de los cuales algunas de sus obras pueden contemplarse en las paredes del salón.
Entre las opciones gastronómicas están los restaurantes La Farmacia, El Café de los Artistas y El Fígaro. En el primero podrá degustar un mojito certificado por Havana Club, en el segundo, con aires muy bohemios, podrá disfrutar de comida tradicional cubana mientras que en el tercero podrá contar con la innovación de su chef para sorprenderse con algún plato. Ni hablar de los cafés y cocteles, que como buenos restaurantes cubanos, no pueden faltar para cerrar con broche de oro.
Un detalle atrayente es que todos los restaurantes tienen servicio en áreas exteriores pues el callejón está cerrado al tráfico automotor. Aun cuando el interior de los locales tiene una esmerada decoración me encanta el poder disfrutar de una comida o bebida a cielo abierto. Sobre todo en el verano cuando sopla la brisa del mar próximo y se pueden contemplar las estrellas al compás de la música siempre presente en Cuba.
Otra de las maravillas de este lugar es que parece estar cerca de casi todo: a pocos metros se halla el Bar Restaurante Cabaña, Bar El Lucero, el Máximo Bar (especialidades de mojitos), el Museo Nacional de la Música, el Hotel San Miguel, el Anfiteatro del Centro Histórico, el Monumento al Mayor General Máximo Gómez y la entrada del Túnel de la Bahía. Así como también está rodeados por otros atractivos como el Palacio de la Artesanía, el Parque Infantil La Maestranza, el antiguo Palacio Presidencial (hoy Museo de la Revolución), los restaurantes: Cinco Esquinas Trattoria, Chacón 161, Habana 61 y Café Espada. Si ninguno de estos sitios le interesa no podrá pasar por alto la hermosa vista de la bahía desde la Avenida del Puerto, a escasos metros del callejón.
Teniendo en cuenta sus características puede resultar un lugar idóneo para citarse con amigos y comenzar un tour por esa parte de la ciudad. O por el contrario terminar allí un día de ardua caminata descubriendo sitios escondidos de La Habana Vieja. Sitios como este que invita a sentarse un rato para descansar los pies, tomar bellas fotos y disfrutar de su tiempo libre. Igualmente puede ser el escenario perfecto para una cena romántica con esa persona especial.
Si te pierdes en un callejón habanero…
Ojalá sea en el Callejón de los Peluqueros. Me gustaría que lo encontraras así de casualidad, como quien no quiere la cosa para que puedas sorprenderte con ese pedacito de La Habana, tan lindo y acogedor.
Donde el emprendimiento de sus vecinos es un ejemplo de como una comunidad con su propio esfuerzo, puede iniciar una práctica eficiente que beneficie a todos dignificando a las personas y haciendo que el proyecto trascienda.
Donde te sientes recompensado por atreverte a aventurarte por esa callecita de la que no tenías ni idea, o tal vez si la tengas después de leer esto pero de todas formas te alegras porque vale la pena.