Vámonos de rumba por La Habana
Situémonos en la parte vieja de la ciudad, una de las más populares por la variedad de ofertas que ofrece. Además una que incluye entre sus atributos especiales el mar y el mar señoras, señores y señoritas no puede faltar en esta jornada, entre otras cosas por la brisa refrescante que acompaña su presencia, tan deseada en estos meses de sofocante calor.
A disfrutar La Habana saldremos desde el Parque Central, si estás hospedándote en otra parte de la ciudad es fácil llegar hasta allí y luego regresar ya sea por taxi o caminando.
Marchando por el Prado hacia el Mar
Empezaremos caminando por El Prado hacia el mar, siempre un deleite para los ojos, donde puede verse a los habaneros en su típico estilo de vida en la calle. Allí podrá verse desde el padre que sale a jugar con sus hijos, parejas romanceando, algún artista que expone su obra o practica su arte, hasta uno de los pocos grupos de jóvenes patinadores o skaters de la ciudad.
Llegando casi al final de dicha alameda nos desviaremos a la derecha, pasaremos frente al remozado Museo de la Revolución, tomen nota de visitarlo en otra ocasión para conocer en breve la historia más reciente de Cuba.
Máximo Bar, primera parada de repostaje
Mientas admiraremos la belleza arquitectónica del edificio de la embajada de España nos encontramos, unas pocas cuadras más adelante con las puertas del Máximo Bar, sentémonos a la entrada. Este se encuentra en calle Cuba #6, muy cerca de la Avenida del Puerto. Es un mojito bar, o sea su especialidad es obviamente el mojito y aquí podremos degustarlo de todos los tipos, formas y colores, con base de ron, whiskey o vodka.
Usted solo atrévase a incursionar en el delicioso mundo del mojito. Dicho sea de paso ese uno de los cocteles más recomendados para aliviar el calor, aunque aclaramos que puede ser altamente adictivo. Invito a sentarse fuera, en las mesas al aire libre y así poder disfrutar de la vista de la cercana bahía, el místico Cristo de La Habana los observará al otro lado de la rada, invitándolos a próximos encuentros.
El siempre bien recibido aire de mar les hará desear quedarse allí por largas horas, pero todavía queda mucho por hacer así que pruebe algún nuevo tipo de coctel, pero no so se acomode mucho porque otros buenos momentos nos esperan.
Despejando la cabeza en la brisa de la Avenida del Puerto
Tomaremos la ruta de la Avenida del Puerto donde el momento del atardecer se agradece profundamente, sienta la paz que se respira en el aire a esas horas, tómese todas las fotos que desee porque el paisaje lo amerita y si desea siéntese unos minutos en el muro del malecón tan solo a contemplar la vida, les aseguro que puede ser un momento inspirador.
La cena que ya te pide el cuerpo en NaO
Por la Avenida del Puerto, no olvide saludar a Neptuno, y llegando a la calle Obispo encontraremos una estrecha callejuela con un pequeño restaurante donde lo más interesante ocurre afuera, en sus mesas en exteriores. Este restaurante se llama NaO y cual nave surcando los mares nos llevará placenteramente rumbo a las delicias de la comida criolla, donde destacan recetas algo olvidadas de la cocina típica cubana como el rabo encendido, las frituras de yuca con queso, quimbombó con carne o el majar oriental o boniatillo, por mencionar algunos.
Frente al paisaje marítimo y bajo el influjo de la música que se deja escuchar, podrá disfrutar de una magnífica comida servida con discreción y solicitud. Allí podrá pasar un buen rato sin prisas mientras esperamos a que despierte la vida nocturna capitalina.
Con música y bailando por La Habana se llega a Roma
Pasadas las 9:00 pm sería el momento para decidir irnos de fiesta y aprovechar que estamos en la calle Obispo para enrumbarnos hacia uno de los locales más “in” de la ciudad. En la calle Aguacate, esquina Obispo se halla el Bar Roma, en la terraza de un vetusto edificio a donde tendrá que acceder mediante un antiguo elevador que los hará remontarse a épocas pasadas.
No les tema ni a la fachada del edificio ni a la antigüedad del elevador, todo funciona en perfectas condiciones y el equipo del bar incluye personal de seguridad. Llegados a la terraza podrán enfrentarse con un sitio concebido de la manera más coloquial y minimalista, nada chic pero sumamente original con un estilo muy propio.
No espere un ambiente refinado y de etiqueta, en Roma todo es informal pero bien pensado, prevaleciendo el servicio del bar y del lunch, les recomiendo el pan con lechón asado y el gin tonic para refrescar.
Un aparte lo merece la música con sus DJ en vivo y una excelente mezcla de música cubana e internacional, contemporánea y retro, de veras puede sorprendente. Rápidamente el local se llena tanto con locales como extranjeros, se respira un ambiente bohemio y desenfadado de mucha interculturalidad, que va desde los diversos idiomas que se escuchan hasta las formas de vestirse.
Las vistas de la ciudad no son nada despreciables desde este top roof. Si deseas divertirte, intercambiar con cubanos y otros visitantes, bailar y tomarte un delicioso coctel no tengo otro lugar mejor que recomendarte en La Habana Vieja, no por gusto es uno de los favoritos de todos.
Cerrando la marcha
Si no le apetece seguir la marcha o si tiene sueño o se pasó de copas, regrese a su hospedaje, preferiblemente en taxi. Si está cerca y desea ir caminando nunca está de más recordar tomar siempre calles iluminadas y no tan solitarias.
Las medidas de precaución nunca están demás tarde en la noche. En cambio si usted es un aventurero o noctambulo vuelva sobre sus pasos y regrese al malecón sobre la bahía y espere a contemplar el momento del amanecer, una experiencia mágica y motivadora, luego ya puede irse a dormir tranquilamente con la seguridad de que disfrutó a plenitud la jornada.