El Cementerio Tomás Acea

El Cementerio Tomás Acea

La historia siempre está llena de matices, esos matices que la hacen única en cada continente, país, ciudad o poblado. El hombre recorre su pasado a partir de la literatura, la arquitectura, el arte, a través de sus casas y su gente, y por qué no también, a través de sus últimos aposentos, los cementerios.

Puede resultar algo escabroso para algunos pensar que en un cementerio se pueda aprender sobre un país, pues resulta que sí, y mucho. En Cuba existen grandes necrópolis que han salvaguardado los restos de importantes figuras cubanas y foráneas, son huellas vivas de los procesos y etapas que ha atravesado el país, su arquitectura y su vida.

Angle apunta al cielo, en el Cementerio Tomás Acea de la ciudad de Cienfuegos

Dentro de la Red Iberoamericana de Cementerios Patrimoniales en Cuba se encuentran el Cementerio Cristóbal Colón en La Habana, el Cementerio Tomás Acea y el de La Reina en Cienfuegos y el Santa Ifigenia en Santiago de Cuba. Todos acumulan innegables valores artísticos, arquitectónicos, históricos y ambientales.

En el caso de la ciudad de Cienfuegos, la llamada «Perla del Sur», se destaca el único cementerio jardín de Cuba, el Cementerio Tomás Acea. Sobre su importancia patrimonial, sus singularidades y leyendas se articulan las siguientes letras.

Las historias del único cementerio jardín de Cuba

En las afueras de la elegante y moderna ciudad de Cienfuegos, en la céntrica calle “5 de Septiembre”, como quien se dirige a las cálidas playas de Rancho Luna, se encuentra el Cementerio Tomás Acea, declarado Monumento Nacional de Cuba en 1978.

Jardines rodean las tumbas del Cementerio Tomás Acea

Fue inaugurado en 1926 y hasta ese año, los habitantes solo podían ser enterrados en el Cementerio de La Reina, enclavado en el centro de la ciudad. Su realización se debió a la fortuna que dejó al morir Francisca Tostes, viuda de Nicolás Acea y de los Ríos, adinerado y poderoso cienfueguero, al que se deben otras construcciones benéficas como el Colegio San Lorenzo, hoy secundaria básica y el Asilo Nicolás Acea. En honor a su hijo, fallecido durante su adolescencia, se le llama entonces a la necrópolis Tomás Acea.

El Cementerio Tomás Acea, una ciudad dentro de otra ciudad

Angel de marmol le pide a Dios en el Cementerio Tomás Acea de Cienfuegos

Cienfuegos se destaca por su estructura moderna, con sus edificios neoclásicos y sus calles perfectamente trazadas. Este mismo espíritu moderno es visible en el cementerio. Sus arquitectos y creadores fueron los ingenieros Pablo Donato Carbonell, al que se deben muchas otras construcciones de la ciudad como el Palacio de Valle, y Luis Felipe Ross. Ambos quisieron integran en ese cementerio jardín lo sombrío de las bóvedas, mausoleos y tumbas al paisaje natural, lleno de árboles y plantas ornamentales.

Utilizaron las ideas de las propuestas más modernas de la época, sobre todo del camposanto Green-Wood en Brooklyn, el más relevante de Nueva York. Trazaron calles y espacios con luminosidad, como si se tratara de un paseo más dentro de la ciudad.

Imponente entrada del Cementerio Tomás Acea al estilo de un templo clasico griego

Con poco más de 17 hectáreas, el Cementerio Tomás Acea está dividido en diferentes secciones que se unen a partir de avenidas interiores. En cada calle se plantaron diversas especies de árboles, que a su vez le dan nombre. Por ejemplo, se puede caminar por las avenidas Los Mangos, Los Pinos, Los Tamarindos, Los Cipreses…

Lo primero que impresiona al viajero que llega hasta la necrópolis es el enorme edificio administrativo, con un estilo neoclásico a la usanza del Partenón ateniense, una estructura soportada por 64 columnas dóricas. Aunque, según los expertos y en contraposición a lo que muchos guías turísticos afirman, no es una copia del Partenón.

Angel cierra los ojos y descansa, detalle de monumento funerario en el Cementerio Tomás Acea

Pablo Carbonell concibió seis salones administrativos: un archivo que recoge toda la documentación desde su apertura, oficinas, baños, una capilla mortuoria y una sala de necrología. Hace unos años se inauguró también una sala museo donde se realizan exposiciones que aluden a momentos y personajes importantes de la historia de la localidad.

Aunque el objetivo de su benefactor era construir un cementerio para los pobres, existe una visible diferencia entre la zona de las familias acaudaladas y la de los pobres. En la primera, ubicada en la parte más alta de la necrópolis, son evidentes las hermosas esculturas de mármol de Carrara y los mausoleos, mientras que en la otra predomina la inhumación en tierra.

Porton principal que da acceso al Cementerio Tomás Acea en Cienfuegos, Cuba

Cuentan que en la época existían rivalidades entre las familias pudientes por alzar los mejores y más lujosos panteones. Así, se fueron conformando secciones identificadas por letras desde la A hasta la X. Se contrataron artesanos, albañiles y carpinteros de marmolerías y empresas del momento.

La idea primaria era que el enterramiento se realizara directamente en la tierra, como en los camposantos estadounidenses, pero los cubanos tenían ciertas creencias y tabúes con este hecho, así que muchos no cumplían la norma y construían bóvedas habitualmente. Sin embargo, se conservan algunas secciones con las exigencias del inicio para conservar el trazado urbanístico original.

Un cementerio que cuenta la historia de una ciudad

Vista del Cementerio Tomás Acea

Uno de los principales valores que tiene la necrópolis es la posibilidad de observar el desarrollo de la ciudad cienfueguera desde sus inicios, recorrer su historia, los hechos y personalidades que la dignifican.

En la entrada, luego del Partenón, se aprecia el mausoleo dedicado al fundador de la villa, Luis De Clouet. Al lado, uno de los presidentes cubanos durante la República, Osvaldo Dorticós Torrado y el mausoleo del intelectual cubano Carlos Rafael Rodríguez.

También se destaca en la calle principal el obelisco erigido a los mártires del levantamiento del 5 de septiembre de 1957 en Cienfuegos, contra el gobierno de Fulgencio Batista, una fecha muy importante para sus habitantes. Fue diseñado por los arquitectos Daniel Taboada y Enrique Capablanca.

Placa dedicatoria al fundador del Cementerio Tomás Acea

Por otra parte, se encuentra aquí el cenotafio de la reconocida actriz Luisa Martínez Casado, el monumento a los veteranos de las guerras por la independencia cubana, a los cienfuegueros fallecidos en misiones en África, el memorial dedicado a los mártires de la gesta de Playa Girón, y demás familias y personajes célebres de Cienfuegos.

No faltan tampoco panteones que se han convertido en referentes religiosos para muchos creyentes, como la estatua de la Virgen de la Milagrosa en la sección D y la de la Virgen de la Caridad esculpida en piedra en la sección C. Otra imagen siempre glorificada es la de Santa Teresa, hecha de mármol de Carrara. Se dice que siempre está limpia y brillosa, porque muchas personas la cuidan y respetan y le colocan constantemente flores.

Cementerio Tomás Acea, tumba de Osvaldo Dorticos

Para los muchos viajeros que hacen una parada en el Cementerio Tomás Acea, se ofrecen visitas dirigidas con guías que explican la historia y las principales construcciones del sitio.

Cementerio Tomás Acea, una ciudad entre naturaleza e historia

Esa necrópolis recoge todo el carácter moderno y elegante de la ciudad de Cienfuegos. Cuenta las memorias de sus principales gestas, de las primeras familias que poblaron esta villa y de las significativas personalidades que allí tuvieron su última casa. La tranquilidad y la armonía con la naturaleza, hacen de la visita a ese cementerio jardín, un recorrido para nada sombrío o escalofriante, sino muy ameno y luminoso. Descubra entonces esas pequeñas historias de pueblo que han conformado una bella ciudad como Cienfuegos.

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