Desde 1514 la villa Santa María del Puerto del Príncipe, a unos 500 kilómetros de La Habana, ha crecido hasta convertirse en una fascinante urbe que aún aguarda por su explosión como destino del turismo cultural y de ciudad. Desde 2008, su centro histórico es considerado por la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad. Está lleno de iglesias y plazas donde predomina el estilo llamado “barroco cubano”, aunque también se observa el neoclásico y el ecléctico.
En 2019 todo Camagüey celebra su 505 aniversario, ocasión propicia para visitarla y andar sus calles laberínticas (antídoto contra los piratas antaño) y de fascinantes edificios.
Camagüey, encantos de una ciudad ilustrada
Es proverbial el orgullo de los camagüeyanos por su hogar, al punto de que afirman que nacer en la ciudad es un privilegio. No les falta razones para agradecer sus suerte, Camagüey posee el centro histórico más extenso del país, además de una historia y cultura interesante y vital. Allí se compuso la primera obra literaria de Cuba, el poema épico “Espejo de Paciencia”, y nacieron escritores fundamentales como Gertrudis Gómez de Avellaneda, Severo Sarduy y Nicolás Guillén.
Basta llegar hasta la Plaza de los Trabajadores y observar la imponente Iglesia de la Merced, una de las más antiguas de la ciudad y construida en 1748. Allí se guarda un Santo Sepulcro de plata y muebles que usó en 1998 el Papa Juan Pablo II cuando visitó el lugar.
Otros lugares recomendados son la Iglesia del Sagrado Corazón, una edificación neogótica que emociona por su suntuosidad, así como la Plaza de San Juan de Dios. En este último, uno de los espacios más longevos de la ciudad, encontramos viviendas e iglesias centenarias, y callejones donde esperan encantadores bares, cafés y galerías de arte. Si en el paseo tropieza con un restaurante típico no pierda la oportunidad de descubrir la cocina camagüeyana, famosa por recetas como las cremitas de leche; el ajiaco, caldo de carnes y viandas; y el pastelón.
En la plaza San Juan de Dios además encontramos la más importante iglesia de Camagüey, la Catedral de Nuestra Señora de la Candelaria, cuyos orígenes están en 1530 y está consagrada a la Virgen de la Candelaria, patrona de la ciudad.
La cultura danzaria tiene su meca en el Teatro Principal, sede del Ballet de Camagüey, y donde se presenta el notable Conjunto Folklórico de Camagüey. Es un edifico creado a mediados del siglo XIX, que tiene una capacidad 780 butacas y excelente acústica.
Por su parte la música mejor se encuentra en la Casa de la Trova Patricio Ballagas. La casona colonial de 1789, a la vera del parque Agramonte, es el lugar para disfrutar de ritmos tradicionales como el son y las guarachas, la trova y el filin romántico. También del Quinteto Camagüey, exponente de la música campesina famosa por sus decimistas e improvisadores.
Celebraciones por todo lo alto
Lo contado hasta ahora, y mucho más, son razones suficientes para celebrar por todo lo alto la fundación del antaño Puerto Príncipe, el pasado 2 de febrero. Esa fecha marca el inicio de la Semana de la Cultura Camagüeyana.
Este año, para festejar el 505 aniversario, se le dedicó a la urbe el Premio de la Ciudad, evento literario nacional. También el Torneo de Ajedrez Aniversario 505, calificado como uno de los mejores del país para el desarrollo de ajedrecistas jóvenes.
La Semana de la Cultura Camagüeyana, del primero al siete de febrero, homenajeó el centenario de la Banda Provincial de Conciertos, y los 70 años de un hijo ilustre de Camagüey: el maestro del son Adalberto Álvarez. Conciertos, espectáculos, exposiciones de artes visuales y conferencias a cargo de la Oficina del Historiador de la Ciudad, fueron un regalo de los habitantes a su “patria chica”.
Arnaldo y su Talismán protagonizaron el concierto de la víspera al 2 de febrero, y ese día se realizó en el Parque Agramonte la tradicional ceremonia de izar la bandera cubana y escuchar «la diana mambisa», pasaje musical de los soldados independentistas. También se inauguró en la galería Fidelio Ponce, la exposición del Premio Nacional de Artes Plásticas 2018, el pintor y escultor Eduardo Roca Salazar, conocido como «Choco».
La emblemática Plaza del Carmen reventó de energía con el fenómeno musical del momento en Cuba: Cimafunk. El joven artista protagonizó el “Concierto por la ciudad” y demostró por qué la influyente revista Billboard lo recomendó como uno de los artistas latinos a escuchar durante 2019.
Otras orquestas de gran calibre atraídas por el encanto de Camagüey fueron las salseras de Manolito Simonet y su Trabuco, y Alexander Abreu y Habana D’Primera.
Una ciudad que no para de crecer
No importa si no estuvo a tiempo de llegar a la Semana de la Cultura Camagüeyana, pues el 505 aniversario se celebra todo el año y sus homenajes más perdurables son las remodelaciones arquitectónicas y nuevas edificaciones que se regalaron a la ciudad.
El Complejo de Hoteles Encanto Camagüey está celebrando también su primer lustro, a la par de la ciudad que lo acoge. Posee 76 habitaciones de alto estándar y se ofrecen cenas especiales en los restaurantes del Santa María y del Camino de Hierro, además de espectáculos de variedades con las «Noches de Excelencias» en el patio de El Colonial, donde también encontrará happy hours y «Tardes del Café».
El Museo Parque Temático Ferroviario es otro de los proyectos fundamentales de la Oficina del Historiador, con su interesante maqueta y los locales típicos de una Estación de Ferrocarriles, entre ellos las oficinas del Jefe y Subjefe de Estación, la posta médica, así como la oficina de Inspección de Relojes. Más adelante se prevé convertirlo en un museo novedoso con medios computarizados y juegos interactivos.
También se restauró el emblemático Parque Agramonte, que ha quedado muy bello con todos sus mármoles del suelo como nuevos. Además se remozaron el cine-teatro Alkázar, ahora convertido en un centro cultural, el restaurante La Volanta, el Centro Cultural Recreativo Casino Campestre, el nuevo Recinto Ferial y la Galería de Arte Alejo Carpentier.
Descubrir la ciudad de Camagüey en sus 505 años
Los museos, iglesias, parques y otros fascinantes espacios que sobreviven al tiempo en Camagüey, invitan a una experiencia única de turismo de ciudad.