En La Habana, nos vemos en el Parque Central

En La Habana, nos vemos en el Parque Central

En el Parque Central, puerta de entrada a La Habana Vieja, un grupo de hombres vocifera indiscriminadamente en plena vía pública. Forcejean con palabras y gestos acalorados, exacerbados, rostros amenazantes intercambian y se recriminan opiniones dispares que defienden a capa y espada, se forman dos grandes grupos y también más, amorfos, indefinidos, desordenados, discordantes, pero evidentemente permitidos.

¿De qué hablan? Es difícil saber hasta que se escuchan, entre el murmullo amplificado, los apellidos Messi y Ronaldo. Increíble, parece una peña de barras bravas en medio del Caribe. Los turistas les observan atónitos, alarmados, mientras el resto de la ciudad parece ignorarlos, porque generalmente no sucede nada serio. Algunos se adaptan a la situación y se atreven a participar con tanta voz y voto como los locales.

Estatua de Jose Marti en el Parque Central

Se debate sobre muchos deportes, y ya no sorprende que hablen de fútbol, que gana adeptos por miles en Cuba. Pero el tema de temporada, aunque subyace permanentemente, no dura mucho, hasta que entre agosto y febrero predomina nuevamente el béisbol, deporte nacional en la Isla y pasión de millones. Entonces se discute sobre jugadas dudosas, equipos favoritos: Industriales, Pinar, Santiago…

La «Esquina caliente» del Parque Central, la más famosa, activa y representativa de las muchas que funcionan en ese país con la venia de las autoridades, ha persistido por varias décadas en que ha tenido al béisbol, su razón de ser, como centro indiscutible y a veces único en su agenda.

Hotel Telegrafo, en la esquina del Parque Central

Aún lo tiene en su justo lugar, lo llevan en la sangre, pero han decaído los resultados internacionales, las estrellas emigran, los tiempos cambian, la gente igual, las trasmisiones televisivas y la correlación de fuerzas entre los ídolos y gustos de generaciones diversas. Para ciertos individuos, funciona como lícita terapia de desahogo ante las carencias y frustraciones.

¿En qué ciudad del mundo puedes gritar así, en plena calle, sin que te multen o acusen de loco?

Un parque turístico

teatro Naciona, Alicia Alonso

No es casual que en ese parque confluyan tantos viajeros de todas partes del mundo. Además de su ubicación estratégica como continuación del Paseo del Prado, está cerca del Capitolio, el Gran Teatro de La Habana «Alicia Alonso», el cine Payret, el Museo Universal de Bellas Artes y el Boulevard de San Rafael. Se convierte en cruce casi obligado en los recorridos para acceder a la populosa, comercial y célebre calle Obispo, y con ella al corazón La Habana Vieja.

Parque Central

Por demás, está rodeado de prestigiosos y emblemáticos hoteles de la capital antillana. Por un lado está el Hotel Inglaterra, el más antiguo de los que aún operan en Cuba. También están el Telégrafo, el Plaza, el Iberostar Parque Central y la nueva joya del turismo en la Isla: el Gran Hotel Manzana Kempinski de La Habana.

El lujo de Kempinski

El Gran Hotel Manzana con vistas al Parque Central

La suiza Kempinski, una de las cadenas hoteleras más antiguas y prestigiosas de Europa, inaugura el Gran Hotel Manzana con vistas al Parque Central, en el lugar que ocupaba la archiconocida plaza comercial Manzana de Gómez. Es la primera instalación de lujo cinco estrellas plus en Cuba y sus directivos declararon que se sienten complacidos con que ese país sea su puerta de entrada al continente americano.

El lujo del nuevo hotel Kempinski en el Parque Central

El hotel cuenta con seis pisos y 246 habitaciones, de ellas 172 son estándar y el resto son suites y junior suites. La planta baja está ocupada por 16 tiendas con productos de reconocidas marcas globales. En el segundo piso, además de 40 dormitorios, funciona un restaurante desayunador, otro de gastronomía especializada y un bar con vistas hacia el Floridita, uno de los establecimientos más famosos de Cuba y el mundo.

Gran Hotel Manzana Kempinski de La Habana

En el tercer, cuarto y quinto niveles sólo hay habitaciones, y en el sexto está la piscina pública, un bar, una cafetería, cuatro salas de negocios y un restaurante panorámico con espacio para 104 comensales. Por su parte, en la terraza superior funciona una pasarela para admirar la ciudad a sus pies, un gimnasio, un spa con servicios de belleza, taquillas, duchas, casilleros y salones con servicios de masaje y acupuntura.

Vista del Parque Central y el Gran Hotel Manzana Kempinski de La Habana

La compañía constructora dijo que el hotel posee otros valores tecnológicos y ambientales, como el montaje de sanitarios ahorradores de agua, televisión inteligente, conexión total a Internet desde todas las áreas, luminarias LED, sensores de presencia en las habitaciones, un sistema automático para supervisar y controlar los equipos electrónicos.

Entre historia, árboles y monumentos

Así continúa agregando atractivos y popularidad el Parque Central, un espacio público que desde hace 140 años ofrece sombra y frescura en los días de más cruento verano, donde se conversa, comparte y enamora bajo árboles frondosos.

Entre historia, árboles y monumentos

Fue construido en 1877 con el nombre de Plaza Isabel II. En 1905 adquirió su nombre actual, cuando se erigió en su centro la gran estatua de mármol del Héroe Nacional de Cuba, José Martí, y en honor al día de enero en que nació este, se plantaron 28 palmas reales conectadas por estrechos senderos que desembocan en plazas interiores, pequeñas fuentes, esculturas y tumbas simbólicas a manera de jardineras.

Magnífico arte en el Parque Central

 

La majestuosa estatua de José Martí ubicada en el Parque Central, fue la primera que se le erigió por solicitud y colaboración de los habitantes de la capital cubana. Elaborada en mármol de Carrara por el artista José Vilalta Saavedra, exhibe en el pedestal escenas de su vida y obra trabajadas en bronce.

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