Hotel Inglaterra: emblema de la Habana Vieja

Hotel Inglaterra: emblema de la Habana Vieja

Disfrutar de un viaje a Cuba, de las bondades de hospedarse en un hotel acogedor, disfrutar de la música, el baile, la arquitectura y la vida de la ciudad, es un incentivo cada vez mayor para viajeros de todo el mundo. Sin embargo, cuando se unen todos estos elementos en uno de los sitios más populares y concurridos de La Habana, pues la propuesta es aún más sugestiva.

Del Hotel Inglaterra, historia, arquitectura y romance

Coche antiguo circula por el Parque Central en la Habana Vieja, al fondo el Hotel Inglaterra

Ubicado en el corazón de la Habana Vieja, en la intersección de dos calles históricas, Prado y San Rafael, el Hotel Inglaterra ostenta la marca de ser el más antiguo en funcionamiento de la ciudad. Muchos años de memorias, de pasos distinguidos, de sucesos históricos acompañan a este majestuoso lugar.

Sentarse en alguno de sus cafés o restaurantes le aseguro que será una experiencia inolvidable. Las vistas espectaculares, la arquitectura y la decoración clásica, la música tradicional sonando todo el día con artistas en vivo, la muchedumbre de personas de todo el mundo, los vendedores callejeros… reflejan un ambiente único en La Habana, inconfundible.

¿Cómo y cuándo surgió el hotel?

Lobby y recepcion del Hotel Inglaterra

Cuentan que en 1875, Joaquín Payret, dueño del teatro situado frente al Capitolio habanero, vende a Juan de Villamil, su Café El Louvre. Este une el local a un pequeño hotel, llamado Americana, contiguo al café para conformar el Hotel Inglaterra.

Por aquella época, esa ya era una zona privilegiada de La Habana. A solo unos pasos del Paseo del Prado, frente al Parque Central y al lado del Teatro Tacón, protagonista cultural de las noches habaneras, el Inglaterra sería un espacio siempre concurrido. Allí estaba el Café Louvre, lugar de encuentro para simpatizantes de las causas independentistas cubanas y paseantes de la elegante ciudad del siglo XIX.

Un poco de su arquitectura y decoración

Terraza del Hotel Inglaterra, al fondo el Capitolio Nacional

Es decir, a este sitio ya popular, se adiciona un hotel lujoso, refinado que contaba con solo dos plantas, hasta 1887 cuando se le suman dos más. Sus interiores conservan el estilo mudéjar en contraste con su fachada, preponderantemente neoclásica. Así, trasluce un eclecticismo de resultados grandiosos. Muchos aún se preguntan por qué se llamó Inglaterra a un hotel con tanto brillo arquitectónico español.

Una fachada clásica del estilo colonial hispano, vitrales, balcones con una baranda de hierro fundido, se complementan a un interior deslumbrante. Azulejos sevillanos, techos de madera con motivos árabes, mosaicos valencianos y losas de Andalucía, arcos decorativos tallados; combinación que crea un ambiente lujoso, brillante y acogedor. Lo distingue también la escultura de la «Bailarina Sevillana de Bronce», hecha por el Marqués de Perinat y símbolos heráldicos como el Escudo del Marquesado de Perinat.

El Inglaterra aumenta su prestigio…

Gran Cafe El Louvre en los portales del Hotel Inglaterra

Pero además de su arquitectura, su historia ha marcado grandes momentos de la vida cubana. Asociado a los sucesos de la Acera del Louvre, el hotel vio pasar por allí a figuras reconocidas del siglo XIX, tanto cubanas como extranjeras.

Una de ellas fue el Héroe Nacional de Cuba, José Martí, que durante la preparación de la guerra pronunció un discurso en los altos del Café El Louvre. Su discurso devino en incentivo para los jóvenes que gustaban reunirse allí y punto de ebullición para las ideas independentistas.

El Inglaterra era el hotel insigne de la capital cubana. No fue casual que fuese el lugar escogido por el General de las Guerras de Independencia Antonio Maceo y Grajales quien en 1890 se hospedó allí durante seis meses. Cuentan los historiadores que su hospedaje se convirtió en todo un acontecimiento para la ciudad. Aquellas personas no estaban acostumbradas a ver un escultural mulato, de postura y frases afinadas, conversando y mezclándose con los jóvenes que se le arremolinaban.

Restaurante Colonial del Hotel Inglaterra

Todos querían ver al general del Oriente cubano, escucharlo. Incluso, un grupo de oficiales españoles se hospedaron en las habitaciones continuas con la orden de arrestarlo en caso de cualquier sospecha conspirativa. Uno de ellos, había sido, justamente, prisionero de Maceo y este le había dejado en libertad sin condiciones.

Para finales del siglo XIX, el hotel se convirtió en uno de los mejores del mundo. A principios del siglo XX, con el advenimiento de la república, se modernizan las instalaciones con los métodos más avanzados de la época. Era un lujo tener luz eléctrica, servicio telefónico y telegráfico, baños en cada habitación con duchas de agua fría y caliente.

Así, el Hotel Inglaterra pasó por años de gran esplendor hasta 1931 cuando la crisis económica le obligó a cerrar sus puertas durante 8 años. Debido al poco turismo que hubo en Cuba y luego del cambio de gobierno en 1959, el hotel fue deteriorándose y volvió a cerrar en 1973. En los años ochenta, del siglo pasado, vuelve a abrir esta vez remodelado y listo para recibir a los miles de viajeros que desde entonces llegan cada año a La Habana.

Cafeteria principal del Hotel Inglaterra

Otras figuras que prestigiaron con su presencia el local fueron el tenor italiano Enrique Caruso, el dramaturgo español Federico García Lorca, la bailarina rusa Anna Pavlova, los deportistas cubanos José Raúl Capablanca y Ramón Fosnt, el político inglés Winston Churchill, los poetas Julián del Casal y el cisne azul Rubén Darío, el torero Luis Mazzantini y la actriz francesa Sarah Bernhardt, entre tantísimos otros. Se dice que entre estos dos últimos existió un amorío que duró todo el tiempo de su estancia en el hotel. De los visitantes más distinguidos en los últimos años se encuentra el intelectual religioso brasileño Frei Betto.

Un ambiente para disfrutar y rememorar la historia

Restaurante La Sevillana del Hotel Inglaterra

Muchos aseguran que es imposible imitar el ambiente del Hotel Inglaterra, con su Café y Acera del Louvre y sus interiores encantadores. Puede sentarse en el restaurante La Sevillana, en el Colonial, La Terraza en el último piso del edificio para disfrutar de este histórico lugar aunque no esté hospedado en el hotel.

En la terraza se reserva un excelente momento para las mejores vistas de La Habana. Aquí puede tomar algo, degustar los sabores de su parrillada y escuchar buena música en vivo en compañía de pequeñas agrupaciones que interpretan música tradicional cubana.

Bar La Terraza en la azotea del Hotel Inglaterra

Por otra parte, una de las curiosidades que hacen notable el sitio, se encuentra en el restaurante Colonial. Desde 1994 diferentes artistas plásticos cubanos decoran con sus obras las servilletas y la carta – menú del sitio.

Según las estaciones, cada año cuatro artistas de primera línea son los encargados de darle un toque diferente y artístico al restaurante. Muchos no se percatan, pero gran parte de las obras en las paredes o de la cerámica decorativa en las mesas también creación de importantes pintores cubanos.

Una parada indispensable en la Habana Vieja…

Vista del Gran teatro de la Habana desde el Bar La Terraza del Hotel Inglaterra, al fondo El Capitolio Nacional

Declarado Monumento Nacional en 1981, el Hotel Inglaterra es todo un símbolo arquitectónico y decorativo de La Habana del siglo XIX. Es garante además de las más disímiles historias a largo de su existencia, leyendas imprescindibles en los anales cubanos. Figuras de todo el mundo han pasado por sus puertas, han tomado un café en la Acera del Louvre o han dormido en sus habitaciones.

Se encuentre hospedado en él, o no, recorra el Hotel Inglaterra. Su ambiente alegre y musical es característico, sus vistas de la Habana Vieja, del Paseo del Prado, el Parque Central, el Hotel Telégrafo o el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, le ubican en un espacio céntrico e inigualable en la zona más colonial de La Habana.

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