Los atributos arquitectónicos de La Habana Vieja son conocidos y encantan a miles de viajeros, que esperan encontrar en la zona más antigua de nuestra «ciudad maravilla» a la historia misma, en sus muros y personajes típicos. Eso está muy bien, pero cuando conocemos a fondo la urbe nos damos cuenta de que hasta allí no solo ha de irse a beber cocteles típicos y conocer la sabrosa música tradicional.
Tras la ruta de la ciencia en La Habana Vieja
Los saberes humanos en la ciencia y la tecnología también son reconocibles en el centro histórico. Aquí recomiendo una ruta por atracciones científicas y tecnológicas en esa hermosa zona habanera.
Observatorio de Belén, el museo de la meteorología y la astronomía
Hay un convento en una iglesia, que dentro guarda una increíble historia que no esperaríamos encontrar allí. El Observatorio de Belén en calle Compostela entre Luz y Acosta, tiene una moderna museografía para ilustrar sobre la evolución de la meteorología y la climatología en Cuba. Quien lo visite además conocerá sobre el observatorio astronómico, meteorológico y geomagnético que hubo allí durante casi 70 años.
Se ubica en una torre del añejo Convento de Belén, y está distribuido en cinco niveles, tres salas expositivas, una estación meteorológica y un observatorio astronómico activo. Entre las curiosidades está la réplica del «Meteorógrafo de Secchi», utilizado en el observatorio desde 1883 hasta 1972 y traído por el padre catalán Benito Viñes Martorell (1837-1893), responsable del primer aviso de ciclón tropical documentado en la historia de la meteorología (1875).
También hay otros instrumentos clásicos de esta ciencia, como una veleta, un anemómetro, un termómetro y un pluviómetro. Pero lo más increíble es un simulador de tronados, una pequeña máquina que solo tiene similares en museos de ciencia de París y Barcelona. Completa la colección un nefoscopio de espejo que permite observar el movimiento de la nubes por su reflexión y es utilizado para determinar el porcentaje de nubosidad dentro de la bóveda celeste; y un simulador de pararrayos con ilustraciones y efectos especiales para explicarles a los niños pequeños su funcionamiento.
En el Observatorio de Belén también hay una terraza con mirador a unos 25 metros sobre el nivel del mar, con una hermosa vista de esa zona de la ciudad. Cuando se accede por la escalera, antes de salir al aire libre, hay un hermosísimo vitral que reproduce las espirales de un huracán, el fenómeno atmosférico más devastador que se conoce por esas tierras.
La curiosa Cámara Oscura
Cerca del observatorio-museo de Belén está un dispositivo de ilusiones ópticas llamado la Cámara Oscura. En la Plaza Vieja encontramos una pantalla cóncava 1,80 metros de diámetro, sobre una base mecánica con contrapesos, cuyo movimiento vertical permite reflejar de forma bidimensional la vida en La Habana, como una película en vivo y en directo. El periscopio está ubicado en una torre de 35 metros, por lo que las vistas de la ciudad son increíbles. La Cámara Oscura la construyó una compañía inglesa atendiendo al diseño de Leonardo Da Vinci, genio renacentista.
Este dispositivo juega con las ilusiones ópticas. En una habitación en penumbras se abre una pequeña lente por donde pasa la luz proyectando imágenes invertidas del exterior, sobre una superficie plana. El fenómeno fue descubierto por Aristóteles hace unos 2300 años y el artefacto lo construyó por primera vez Da Vinci en el siglo XV, de allí que esta atracción sea a la vez un pequeño pero hermoso homenaje a la historia de la ciencia occidental, a la creación en general.
Allí realizan una explicación; en español, francés, inglés e italiano; de la historia de la ciudad, todos los días de la semana entre las 8:30 de la mañana y las 5:30 de la tarde.
Planetario: el universo en un edificio de La Habana
También en la Plaza Vieja, el Planetario se levanta como uno de los centros de divulgación científica más interesantes y modernos del país. Fue inaugurado en 2009 en homenaje al aniversario 400 de que el astrónomo italiano Galileo Galilei inventara el catalejo. Es el primer espacio museístico cubano dedicado a exponer el conocimiento sobre el espacio exterior. Allí hay una reproducción a escala del sistema solar y una simulación del Big Bang, la teoría que explica el posible origen del universo.
Allí, mediante las nuevas tecnologías e ingeniosos audiovisuales, puede realizarse un paseo por el Sol y un viaje astronáutico por galaxias de 6,500 estrellas.
Las cuatro plantas de la edificación se dividen en varias salas donde se explican la técnica cosmonáutica, la historia de las galaxias, y en una se representa el paisaje estelar. Telescopios, una biblioteca de astronomía con gráficos digitales, un teatro, y juegos interactivos, además de la certera guía de especialistas en astronomía y física, propician un excepcional acercamiento al universo justo en el corazón de La Habana Vieja.
La naturaleza al alcance de la mano
Leyó bien. En medio de la ciudad puede encontrar toda la magia de la naturaleza si visita una de las joyas de este recorrido por atracciones científicas y tecnológicas de La Habana Vieja: el Museo Nacional de Historia Natural.
En la Plaza de Armas encontramos este palacio dedicado a la naturaleza, sobre todo la de la Mayor de las Antillas. Allí se atesoran minerales, rocas, animales disecados, plantas que dan cuenta de la evolución en Cuba.
En el primer piso encontramos entre las exposiciones permanentes una sala dedicada a exhibir mamíferos, invertebrados y fósiles. Para llevarnos una idea bastante gráfica de la edad del planeta y sus cambios está la sala Historia de La Tierra y La Vida.
Entre lo más increíble está un cráneo del gigantesco carnívoro «Tyrannosaurus Rex», y un fósil esquelético completo de «Megalocnus Rodens», especie de perezoso gigante solo hallado en Cuba. También hay reptiles, aves y mamíferos disecados de Cuba y todo el mundo, entre ellos los hermosos caracoles polymitas.
Un museo del futuro
El Palacio del Segundo Cabo, en la Plaza de Armas, otrora parte del poder político colonial, hoy es el Centro de Interpretación de las Relaciones Culturales Cuba-Europa, un museo modernísimo que emplea las nuevas tendencias de exhibición y avances tecnológicos para hacer comprender más de medio milenio de convulsa historia entre el “Viejo” y el “Nuevo” continente.
Allí a diferencia de los museos tradicionales, lo que se ve sí se toca. Es como aprehender la historia a través de los sentidos, utilizando tecnología de punta en la museología: modernos equipos, mesas y pantallas multitáctiles, audiovisuales, infografías interactivas, viajes virtuales mediante tecnología 3D…
En las más de diez salas expositivas se cuenta la historia de las relaciones entre Cuba y Europa, haciendo énfasis en la música, la arquitectura, la literatura y la cartografía. La evolución de esa historia puede seguirse en un túnel del tiempo, y en una réplica del camarote de la nao Santa María, diseñada para hacer que el visitante viva la experiencia del Almirante Cristóbal Colón a través de los olores y vaivenes del barco, mientras se escuchan crónicas de quienes dieron cuenta de las maravillas de América.
Conocer la ciencia en el centro de La Habana Vieja
El centro histórico de La Habana también es sitio para el asombro ante la ciencia y la tecnología. Siga esta ruta y encontrará una visión alternativa de esa parte de la ciudad, donde aprenderá a amar más la naturaleza o a conocer la historia mediante las más ingeniosas creaciones humanas.