En el Paseo del Prado y frente al Parque Central, entre el Capitolio Nacional y el histórico Hotel Inglaterra, una majestuosa edificación se yergue como guardiana del tiempo para resguardar años de historia.
Devenida joya de la arquitectura nacional, el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso es el teatro insigne de Cuba y una de las instituciones culturales de mayor relevancia en «La Perla de las Antillas».
Ahondar en su historia y develar los detalles arquitectónicos que suscitan la atención de innumerables visitantes, constituye una atractiva propuesta para el encuentro con un inmueble donde prima la belleza y la elegancia.
El teatro y su historia
Para el año 1834 el entonces Capitán General de la Isla de Cuba, Miguel de Tacón y Rosique, encarga la construcción de un teatro. La fecha de inauguración oficial se remonta al 15 de abril de 1838 y terminó siendo el más importante de la capital y uno de los mayores del continente americano.
Bautizado como «Teatro Tacón» superó la capacidad del existente «Teatro Principal», al lado de la Alameda de Paula, y alza por vez primera su telón con la puesta en escena de la obra Don Juan de Austria, protagonizada por el reconocido actor cubano Francisco Covarrubias, creador del teatro vernáculo nacional e iniciador del costumbrismo en la literatura cubana.
El diseño responde al arquitecto Antonio Mayo y rápidamente se convirtió en sitio emblemático de la aristocracia criolla; recinto distinguido por su acústica, comodidad y capacidad de 90 palcos, 22 filas de lunetas y una capacidad mínima para dos mil asistentes.
Del Teatro Tacón al Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso
El Teatro Tacón fue vendido a la Compañía Anónima del Liceo de La Habana en el año 1857. Posteriormente, en 1906, el inmueble es adquirido por la Sociedad de Beneficencia de Naturales de Galicia, que demuele el teatro primigenio para dar vida al proyecto del arquitecto belga Paul Beleu. Dicho artista fue autor de la Sociedad Centro Gallego de La Habana, construida entre 1907 y 1915, lugar donde se instauró el nuevo teatro.
Así surge la edificación que lo acogió, la que ha adoptado diversas denominaciones hasta convertirse, desde el año 2015, en el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso; merecido homenaje a la Prima Ballerina Assoluta, leyenda mítica de la danza universal.
Fue declarado Monumento Nacional desde 1978 y es considerado el teatro en activo más antiguo del hemisferio occidental. En la actualidad es la sede del Ballet Nacional de Cuba, la Ópera Nacional, el Ballet Español de La Habana y el Centro Pro-Arte Lírico.
La sala García Lorca, principal sede del Festival Internacional de Ballet de La Habana, de carácter bianual, funge como la más importante y cuenta con capacidad para unos mil espectadores, paneles acústicos y un equipamiento técnico de audio y luces de primer nivel.
Resaltan otros espacios: la Sala Ernesto Lecuona y la Sala Carpentier, esta última catalogada como uno de los espacios techados más grandes de Cuba, donde se brindan servicios de banquetes, cenas, recepciones y avituallamiento a eventos culturales y sociales.
El Tablao Flamenco, el Café Intermezzo y La Cava, son otros sitios de la edificación, donde confluye la excelencia gastronómica con el arte musical.
La arquitectura, uno de sus mayores atractivos
Cuentan que la primera piedra de la edificación fue colocada el 8 de diciembre de 1907 y llega a La Habana procedente de las canteras españolas en Lugo.
La firma estadounidense Purdy & Henderson dejó para la posteridad una excelsa instalación que despierta la admiración de quienes la visitan. Resulta imposible no detenerse ante la singular belleza del inmueble, dueño de la elegancia, la majestuosidad y el refinamiento propios de las construcciones que expresan cultura hispanoamericana.
Para los especialistas, su fachada ecléctica está atestada de elementos neoclásicos, neobarrocos, e incluso del estilo rococó, con motivos sinuosos y líneas curvas, apreciándose la intención de Paul Beleu de reinterpretar los elementos compositivos del barroco cubano.
Los numerosos detalles arquitectónicos se alternan y sólo pueden percibirse en su totalidad tras un gran número de lecturas, en lo que deriva un conjunto armonioso y monumental de cuatro pisos.
Despuntan los relieves, bajorrelieves, cornisas, ventanas, balcones y torres coronadas con esculturas aladas. Quizás lo que más resalta ante los ojos de los transeúntes es la presencia de cuatro hermosos conjuntos escultóricos, en mármol blanco, de la autoría del italiano Giuseppe Moretti, que representan la Educación, la Caridad o Beneficencia, la Música y el Teatro.
A la luz del día, la magnificencia que emana es deslumbrante, sin embargo, otro tanto sucede en las noches habaneras, donde los contrastes y los detalles de la fachada, se aprecian a la perfección, gracias a la iluminación arquitectónica que juega con las distintas temperaturas de color de las luminarias LED.
Todo ello es aprovechado por los visitantes, quienes escogen ese sitio como uno de sus preferidos para dejar constancia fotográfica de su visita a La Habana.
El ambiente interior
Los salones fueron engalanados con diversos materiales de exquisita calidad, que complementan sus generosos espacios. Su escalera constituye una de las más monumentales y lujosas del país.
El lobby de acceso a los salones del teatro resguarda una escultura en bronce de una bailarina en plena función. La obra de José Villa Soberón, Premio Nacional de Artes Plásticas 2008, muestra la viveza y lucimiento de los giros y el espíritu en la escena de Alicia Alonso, musa inspiradora.
Todos los viernes y sábados a partir de las 8:30 pm y los domingos a las 5:00 pm, el público puede apreciar una de las mayores atracciones de la sala García Lorca: una lámpara checa con cristales de bohemia que corona su techo. El valioso objeto fue donado por el Doctor Eusebio Leal Spengler y cuya factura resulta muy similar a la famosa “araña”, nombre con el que fuera bautizada la lámpara que alumbraba al otrora Teatro Tacón.
La sala Monográfica Zoom representa una atractiva propuesta cultural que, en forma de laberinto, expone a través de paneles acrílicos la historia del teatro desde su origen y la visita de reconocidas personalidades de las artes.
El teatro insigne de Cuba
Con funciones programadas todos los viernes y sábados, a partir de las 8:30 pm y los domingos a las 5:00 pm, el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso atrae a un público fidedigno, ávido de interesantes y selectas puestas de ballet.
La belleza arquitectónica y el esplendoroso decorado de la instalación, unidos a los grandes acontecimientos operísticos, danzarios y dramáticos que forman parte de su historia, lo consagran, sin dudas, como el teatro insigne de Cuba.