Arquitectura de la Habana

Arquitectura de la Habana

Próximamente, La Habana cumplirá 500 años de existencia y no hay mejor manera de celebrarlo que recorriéndola, conociendo detalles de su arquitectura que la han hecho resaltar entre los enclaves coloniales en América y como capital del Caribe, en una serie de trabajos sobre sus elementos distintivos.

La antigua Villa de San Cristóbal de La Habana, hoy «Ciudad Maravilla del Mundo Moderno», nos cuenta su historia a través de los edificios que se erigen ante nuestros ojos con transparencia infinita. Es, como propusiera José Martí, Héroe Nacional de Cuba, en «La historia del hombre contada por sus casas».

Arquitectura de La Habana, del barroco colonial a la modernidad

Como suele suceder, los estilos arquitectónicos expresan la etapa histórica en que fueron construidos, pero La Habana es mucho más compleja que eso. El desarrollo urbanístico ha sido irregular y muy aparejado a la vida socioeconómica del país, que aporta una disparidad confundida con eclecticismo, al apreciarse cierto orden en el caos visual.

Barrios y construcciones emblemáticas descuellan en cualquier recorrido, acordes a la expansión urbana desde la villa de intramuros hasta los repartos obreros en la periferia. He aquí algunos ejemplos representativos, voceros de distintas realidades habaneras y cubanas.

  1. Catedral de La Habana

    La Catedral de La Habana el mejor ejemplo del barroco cubano

    Desde su culminación en 1777, la Catedral de la Virgen María de la Concepción Inmaculada de La Habana, ha sido el centro de la religiosidad católica de la capital antillana. Ubicada en la calle Empedrado, entre San Ignacio y Tacón es, sin dudas, la mejor representante del llamado «barroco cubano», variante caribeña de la influencia colonial española de la época. Con sus dos grandes torres campanarios en los laterales y la amplia plaza a sus pies, aún impresiona al espectador. La acompañan suntuosos palacetes del Conde de Casa Bayona, del Marqués de Arcos y el Marqués de Aguas Claras. En La Habana Vieja o «La Habana de piedra», como le dicen algunos caminantes, La Catedral de La Habana es el edificio más emblemático, arquitectónicamente hablando.

    Mientras tanto, para proteger las grandes riquezas que salían o transitaban por el puerto cercano de los ataques de piratas, corsarios e imperios enemigos, España construyó una muralla y gran número de fortificaciones alrededor de la zona: San Salvador de la Punta, Castillo de la Real Fuerza, San Carlos de la Cabaña y el Castillo de los Tres Reyes del Morro, por citar las más renombradas.

    Castillo de los Tres Reyes del Morro a la entrada de la bahia de La Habana

    En casi todas las construcciones de la época también se hace evidente la influencia de estilos y culturas diferentes como la árabe, italiana, griega, romana y toscana. Así vemos el Convento de Santa Clara y el Palacio de los Capitanes Generales, sede del gobierno colonial localizado sobre los mismos cimientos que La Parroquial Mayor, primera iglesia que hubo en La Habana y al frente de la Plaza de Armas, entorno fundacional de la ciudad.

  2. Palacio de Aldama

    Palacio de Aldama exponente de La Habana neoclasica

    Este es el ejemplo más sobresaliente del estilo neoclásico residencial de La Habana, según afirman los especialistas. Arcadas rítmicas y grandes patios interiores a la usanza de Sevilla, Cádiz y Granada, la aparición del alumbrado público y el ferrocarril a inicios del siglo XIX marcaron la bonanza económica de Cuba, que se reflejó con la entrada del neoclasicismo como una fiebre en las casas y edificios administrativos, en una muestra arquitectónica extensiva e imborrable.

    En la calle Amistad, entre Reina y Estrella, el Palacio de Aldama exhibe una sobria fachada con interiores despampanantes: paredes de piedra de cantería, altos puntales, grandes salones, columnas con capiteles dóricos, pisos con pilastras y adornados con cornisas clásicas, rejas imperiales y monumentales escaleras de mármol de Carrara.

    El emblematico hotel Inglaterra se encuentra situado en el corazon de La Habana

    Por esta línea también perduran el Hotel Inglaterra y El Templete, pequeño mausoleo erigido en 1828 en el mismo lugar que marca la tradición para celebrar el oficio de la primera misa y el primer Cabildo que dieron vida a la ciudad. En su portada está la famosa ceiba sagrada y primigenia de los deseos y, al frente, la Plaza de Armas.

  3. Capitolio Nacional

    El Capitolio Nacional de Cuba forma parte de la identidad nacional

    El llamado periodo de «las vacas gordas», a inicios del siglo XX, motivó grandes construcciones a la moda internacional para mostrar signos evidentes de bonanza y grandeza en la sociedad cubana, especialmente con influencia estadounidense. Así se desarrollaron los barrios de Miramar, Marianao, Cubanacán y Playa, la Terminal de Trenes, la Universidad de La Habana y el Capitolio Nacional, paradigma del eclecticismo arquitectónico en Cuba.

    Este último pasó a encabezar el imaginario y la simbología de identidad nacional, a pesar de estar inspirado en el de Washington DC, como una declaración de dependencia política y económica. Su cúpula de 62 metros fue en su momento el punto más alto de la capital. Una escalinata compuesta por 55 peldaños de granito nos recibe para llevarnos al pórtico de 12 columnas jónicas, mientras desde los costados nos miran dos enormes estatuas conocidas como «La virtud tutelar del pueblo» y «El progreso en la actividad humana». Dentro, todo es lujo, solemnidad y majestuosidad, con grandes salones, bóvedas de cañón y elegantes murales, además de «La Estatua de la República», una de las más grandes del mundo en interiores.

    De esa misma etapa es el Edificio Bacardí, ubicado en la Avenida de Bélgica, entre Empedrado y San Juan de Dios, en La Habana Vieja, máxima expresión del Art Deco en el sector administrativo, y el López Serrano en el área del Vedado, para el sector residencial.

    El edificio Bacardi exquisito ejemplo de Art Deco en La Habana

    Igualmente, en esos años se incorpora tardíamente a Cuba el Art Nouveau. Según los estudiosos, los ejemplos más representativos son el edificio Blanco, en Reina y Lealtad; en la Plaza Vieja, el Palacio Cueto, y la Casa Rosada en las calles Belascoaín y Clavel. También merece nuestra atención la casa de la Loma del Mazo, en el barrio de La Víbora, donde resaltan los trabajos de herrería artística, puertas con mamparas, cenefas y rodapiés de azulejos.

  4. Hotel Habana Libre Tryp

    Hotel Habana Libre Tryp en el Vedado habanero

    El paisaje urbano de La Habana, paraíso para el comercio, el juego y la diversión durante los años 40 y 50 del siglo pasado, sufrió una dramática conversión hacia la corriente modernista de la arquitectura, sobre todo en torno al centro. Nacieron así grandes edificios que tipifican aún hoy el panorama, como el Hotel Habana Libre Tryp, antes «Havana Hilton». Con sus treinta pisos y doscientos metros sobre el nivel del mar en la célebre esquina de 23 y L, fue en su momento el más alto de América Latina.

    Del mismo modo aparecieron el FOCSA, Radiocentro, el Teatro Nacional, el Palacio Presidencial, la sede del Ministerio del Interior y el Memorial José Martí, con la torre mirador más alta de la isla. Se dice que la capital cubana atrajo la atención de famosos y capaces arquitectos como Oscar Niemeyer, Walter Gropius y Richard Neutra.

  5. Edificio Atlantic

    Edificio Atlantic en pleno Vedado habanero

    Después del triunfo revolucionario de 1959 y hasta nuestros días, la arquitectura y los sistemas constructivos habaneros ha transitado por un proceso de contracción, debido a la escasez de recursos, con varios matices. En primera instancia, se impuso el concepto de inmuebles de bajo costo para urbanizaciones múltiples, simplicidad formal y módulos prefabricados, principalmente para instituciones, hospitales, escuelas y hoteles de menor talante.

    Pero el racionalismo moderno levantó su voz en medio de influencias y necesidades. En la calle 1ra y D, en pleno Vedado, frente al Malecón, se erigió el Edificio Atlantic. La obra de 25 pisos es un ortoedro con base piramidal invertida, apoyada sobre una plataforma. Es todo un capricho de la geometría este aparente rascacielos que buscó aprovechar al máximo el espacio disponible y aún llama poderosamente la atención.

    A la par y hasta el momento de redactar estas líneas, ha existido un acercamiento al modernismo funcional y al postmodernismo, con más o menos éxito, por parte de la industria turística. La progresiva inversión extranjera en el sector a partir de 1990, ha permitido el diseño y construcción de alojamientos bajo la influencia occidental más contemporánea con acero y vidrio. Entre ellos se destacan el Meliá Cohíba, el Habana Panorama y el más joven Hotel Packard.

    Por otro lado, es justo decir que en estas últimas décadas hemos sido testigos de un fuerte impulso a la recuperación y restauración de inmuebles coloniales, muestras del patrimonio cultural de la nación cubana. Este proyecto ha sido emprendido principalmente por la Oficina del Historiador de la Ciudad, instancia fuertemente comprometida con la digna celebración del medio milenio de La Habana.

Disfrute La Habana, ecléctica por antonomasia

Arquitectua de la habana

El eclecticismo de La Habana como conjunto urbanístico y constructivo no proviene de la corriente arquitectónica de igual nombre, sino de la convivencia de tantos estilos, unos más puros y con mejor gusto que otros, pero en busca de un balance definitivo para asentarse en su identidad. El caminante puede pasar del barroco colonial al Art Deco, y de ahí al modernismo, en apenas tres calles de recorrido.

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