San Salvador de Bayamo, «cuna de la nacionalidad cubana»

San Salvador de Bayamo, «cuna de la nacionalidad cubana»

En el oriente cubano hay ciudades que son verdaderas joyas, tanto por su conservación, como por la impresionante historia acaecida entre sus muros y plazas. San Salvador de Bayamo es una de ellas y está de cumpleaños este 5 de noviembre, un buen pretexto para visitarla.

Desde su origen la ciudad es un sitio de leyendas, tradiciones e historia, al punto que se considera la «cuna de la nacionalidad cubana». Le invito a recorrerla a propósito de arribar a sus 506 años de fundada, fecha a la que pocas ciudades del nuevo mundo se acercan.

Fundación e historia de siglos

Centro Historico de la ciudad de Bayamo

De las instauradas en Cuba por el Adelantado Diego Velázquez, fue la segunda villa en 1513, solo antecedida por Baracoa. Se dice que se creó a la sombra del árbol de la sabiduría «Bayam», cerca del río Cauto. El escudo oficial de la ciudad lleva un árbol y un león muy tranquilo, pues cuenta la leyenda que la sombra del «Bayam» apaciguaba hasta la más peligrosa fiera. Ese es un posible origen del nombre de la ciudad, aunque otras fuentes también mencionan que se relaciona con el cacique que dominaba la zona.

Con el tiempo la villa alcanzó gran desarrollo, y era una de las más importantes del país cuando la tomaron en 1868 los independentistas liderados por el abogado bayamés Carlos Manuel de Céspedes, considerado por los cubanos el «Padre de la Patria».

Monumento a Carlos Manuel de Cespedes,

En enero de 1869, ante el inminente contrataque español, los pobladores decidieron quemar la ciudad y la mayoría de sus edificios coloniales más antiguos se destruyeron. Por estos actos y por la importancia de Bayamo en el inicio de la lucha anticolonial, a la ciudad se le conoce como «cuna de la nacionalidad» y es considerada Monumento Nacional desde 1978.

Una urbe de varios nombres y tradiciones

El balcón de Bayamo donde se estrenó

El encanto bayamés viene dado también por su patrimonio intangible. Es bueno saber que allí, por ejemplo, se creó la primera canción cubana conocida que utiliza el estilo de los trovadores para hablar del amor, y se conserva el balcón donde se estrenó: «La Bayamesa» (1851), dedicada a Luz Vázquez.

Además, debido a los hechos de la captura del Obispo Don Cabezas y Altamirano, por el pirata Gilberto Girón y su rescate protagonizado por el esclavo Salvador Golomón, nació, de a mano de Silvestre de Balboa, la primera obra de la literatura cubana: el poema épico «Espejo de Paciencia».

También es una urbe famosa en la región oriental por la excelencia de su tradición culinaria, que sin dudas es un punto a conocer en una visita allí. Su original cocina atesora muchas recetas de influencia indígena, por su utilización de la yuca y el maíz. También hay deliciosas leches y sus derivados, como queso y helados.

Entre los lugares para conocer la cocina de la ciudad están los restaurantes La Bayamesa, La Cubana y el 1513, así como la cremería La Luz.

A la urbe se le conoce además como la «Ciudad Antorcha» y la «Ciudad de los Coches». El primer nombre se debe obviamente a la historia de la quema de Bayamo; mientras que el segundo tiene un cuento más feliz.

Desde el siglo XIX el principal medio de transporte en la ciudad son los tradicionales coches tirados por caballo. Hay más de 200 carruajes coloniales de estilos «Duquesa» y «Milord». Una canción del compositor sonero Adalberto Álvarez los dejó para la historia:

«Yo quiero ir a Bayamo, montado en coche.»

Lugares para visitar

Museo de Cera en la ciudad de Bayamo, único de su tipo en Cuba

El curioso Museo de Cera es único de su tipo en la isla. Varias figuras hechas con la técnica del modelado en cera policromada, reproducen a tamaño natural la apariencia de grandes artistas cubanos. Cada estatua cuenta con información sobre la obra del homenajeado, por lo que este es un lugar útil para conocer algo más sobre la cultura cubana.

También hay piezas que remedan con gran realismo escenas de costumbres campesinas, entre ellas las peleas de gallos, estampas de la variada flora y fauna de la zona, las arrias de mulos que llevan mercancías por las montañas…

En el cementerio de Bayamo (Calles M. Capote y José Martí), está el curioso «Retablo de los Héroes», un conjunto monumental que incluye la torre del antiguo pórtico. Antes de colocarse en el cementerio fue el campanario de San Juan Evangelista, iglesia erigida en 1702.

Retablo de los Héroes

Ese templo se destruyó en la quema de la ciudad que ya mencioné, pero la vieja torre se mantuvo en pie y la utilizaron durante años como entrada de la necrópolis. El parque que actualmente se encuentra allí data de 1958, así como el «Retablo de los Héroes» con efigies de famosos patriotas cubanos, cuyo centro es una escultura del Mayor General Francisco Vicente Aguilera, enterrado en el lugar.

Otro paseo recomendable es el de la calle General García. Allí se reconstruyeron en tres cuadras la apariencia de las casas patrimoniales más antiguas de Bayamo, destruidas con el incendio de 1869.

Una iglesia singular

Catedral de San Salvador de Bayamo

La Catedral San Salvador de Bayamo fue uno de esos edificios casi desaparecidos. En 1600 se erigió como un majestuoso edificio de madera, por lo que se entiende su rápida destrucción en 1869. Luego se reconstruyó y actualmente es el único templo religioso cuyos murales pictóricos tienen temas políticos y patrióticos, como la pintura de la bendición de la primera bandera independentista, o el momento en que se dio a conocer el Himno Nacional, cuadro pintador por el dominicano Luis Dessangles.

Cuando la debacle de la Catedral San Salvador de Bayamo, se salvó la aledaña «Capilla La Dolorosa» que se erigió entre 1733 y 1740 y es un fiel ejemplo de lo mejor de la arquitectura colonial barroca de la isla. El retablo de estilo barroco también se reconstruyó, tallado en madera de cedro y laminado en oro y con curiosos ornamentos que representan frutas locales.

Continúan las sorpresas durante el recorrido

El boulevard o paseo de Bayamo

El boulevard o paseo de Bayamo es un espacio muy tranquilo, hermoso y de obligada visita. En ese paso peatonal hay muchas opciones gastronómicas para todos en la familia. Hay cremerías para adultos y una infantil, restaurantes especializados en mariscos y pescados, restaurantes de comida típica cubana y otros para vegetarianos. Además, se cuenta con un mini-acuario techado y la Maqueta de la Ciudad.

Bayamo está llena de espacios abiertos donde admirar la arquitectura circundante y conocer a sus habitantes. No es raro ver en ellas a músicos ambulantes que entonan las hermosas canciones de la trova y el son cubano.

Entre las calles General García, José Joaquín Palma, Canducha Figueredo y Antonio Maceo, se enmarca la Plaza de la Revolución de Bayamo, que existe desde la fundación de la ciudad, aunque entonces se llamaba «Plaza de Armas». Fue tomada en 1868 cuando Bayamo se convirtió en capital de los insurrectos y se le dio el nombre que lleva todavía.

En la Plaza del Himno, otro lugar muy histórico, en medio de la algarabía de los partidarios de la independencia se compuso y cantó por primera ocasión el Himno de Bayamo que devendría en el oficial de Cuba. Fue el 20 de octubre de 1868 cuando Perucho Figueredo, ante el pedido de los asistentes, sobre su caballo completó la letra de la melodía que ya existía.

En honor a ese hecho cada año se celebra por esas fechas la «Fiesta de la Cubanía», un evento lleno de artistas, conciertos y otras opciones culturales.

Celebracion de la Fiesta de la Cubanía en Bayamo

Otra plaza, la de la Patria, está presidida por varias esculturas que relatan importantes escenas de la historia de los cubanos, desde los aborígenes a la actualidad. Es un lugar muy bello y tiene el plus de las esculturas para hacerles unas fotos.

Cerca de allí encontramos el Teatro Bayamo y también la Plaza de Fiestas, donde cada noche de sábado se celebran las «fiestas bayamesas» con música en directo y ofrecen comidas tradicionales como el cerdo asado.

Un paseo en coche por Bayamo

Cochero de Bayamo posa con su caballo para la foto

No puede faltar una visita al Parque Céspedes, a la Casa de la Trova donde hallará los mejor músicos de la urbe, y al Jardín Botánico de Cupaynicu donde hay una reproducción de un bosque típico de la zona. Ya sabe que hay mucho que hacer en la urbe que cumple 506 años en noviembre. Alquilar uno de sus coches quitrines y recorrer la ciudad es un regalo que no debe dejar de hacerse.

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