Viajeros y turistas en Cuba

Viajeros y turistas en Cuba

El mundo está cada vez más conectado, de todas las maneras posibles, y es más fácil lanzarse a conocer el paisaje o la cultura que siempre se ha soñado tocar. Las personas se compran un boleto y aterrizan en lugares que ya alguien ha descrito, cartografiado, vendido en guías de turismo.

¿Se puede todavía explorar? Claro que sí, sobre todo porque el sentido del viaje depende de la actitud con la que lo asumamos, eso marca la diferencia entre viajeros y turistas.

¿Hay diferencias entre uno y otro término? Sí, pero no hay ventajas. Nadie es mejor por ser viajero o turista, simplemente se trata de perspectiva. Ambos adoran la aventura, solo que la viven de manera distinta. ¿Cuáles son los contrastes entre ellos?

Nuestra mirada del mundo importa

La primera distinción nace del punto de vista a la hora de acercarnos al mundo. Un turista viaja ocasionalmente, para escapar de su rutina, pero esa misma cotidianidad no perece, sino que hay que regresar a ella por lo que su recorrido tendrá el tiempo contado, a veces demasiado apremiante.

Turistas observando el paisaje de Trinidad

Por otro lado, para el viajero lo cotidiano es el viaje, siempre cambiante y retador, por desconocido. No es un escape de una vez al año, sino un modo de vida, el sentido de su permanencia en la tierra. Por eso sus tiempos en cada lugar no están sujetos a parámetros que no sean lo que lleve entender la cultura e idiosincrasia de la gente, o aprehender la enormidad del paisaje.

Viajeros disfrutan en una playa

En consecuencia, el turista procura una mirada de todos los lugares posibles, aunque por tiempo pocas veces pueda ser a profundidad: museos, esculturas y monumentos, paisajes conocidos… A los viajeros también les interesa esto, pero sobre todo participar en las manifestaciones vivas de la cultura. El turista es más espectador que actor en este caso.

¿Planeamos o improvisamos?

Una vez decidido a dónde quiere ir, el turista se arma una lista de los lugares icónicos que espera ver. Como apenas tiene unos días o semanas para salirse de su rutina, procura planificar su itinerario lo mejor posible y no perderse nada de lo más famoso en cada lugar. Conoce detalladamente los tours disponibles, las visitas guiadas, los hospedajes posibles.

Turista revisa un itinerario en el mapa

A contrapelo, el viajero no tiene apuro, solo lo impulsa encontrar la próxima aventura. Esto no quiere decir que no lleve su lista de intereses o que sea un caos, pero no temerá desviarse o perderse algo de su planificación si descubre algo imprevisto que despierte su curiosidad. El viajero prefiere conocer a la gente antes que a los monumentos.

Locales y viajeros comparten el espacio disponible en un medio de transporte publico

Esto de planificar el viaje tiene mucho que ver con las decisiones a tomar sobre el equipaje. A un viajero no le faltará lo verdaderamente indispensable (ropa cómoda y poca, dinero justo), pero no armará un lío si tiene que resolver por el camino.

Una maleta de turista siempre lleva cosas que, probablemente, cuando regresemos a casa nos demos cuenta que no hacían tanta falta (como exceso de medicinas y ropas para toda ocasión). Otra vez es fundamental la noción de cuánto riesgo estamos dispuesto a correr.

Diferencias en las comodidades para el descanso

Un turista se siente más a gusto dividiendo su tiempo entre el conocimiento cultural de los lugares, con el descanso relajado en instalaciones de confort entre medio y alto, con piscina, spa y otras comodidades. Procura siempre los mejores restaurantes y bares a la mano.

Turistas disfrutan de la picina del Hotel Melia Cayo Santa Maria

El viajero no busca la relajación constantemente, más bien la aprovecha cuando se le presenta y disfruta los pequeños momentos que le regala su viaje en compañía de los lugareños. No teme sacrificar confort, si logra palpar las condiciones típicas de vida en cada país que visita, saborear las comidas más extrañas.

¿Con quiénes y en qué viajamos?

Si andamos de turista probablemente lo hagamos acompañados de la familia, casi completa, o un gran grupo de amigos. También se da el caso de compartir la experiencia en tours agrupados, que no deja de tener atractivo porque el ser humano tiende a la colectividad por naturaleza.

Chicas compartiendo la experiencia de navegar por el Rio Toa

Pero el viajero es un “lobo solitario”, a lo sumo comparte su filosofía exploradora con su pareja o un muy reducido grupo.

Sobre el transporte, el turista no se arriesga con vehículos que no estén verificados y garantizados por los proveedores de los tours o sus hospedajes. Él quiere ver mucho y rápido, por lo que prefiere medios veloces y confortables. Los viajeros, por el contrario, utilizan sin miramientos el transporte público, por barato y propiciador del contacto con los habitantes de cada ciudad.

Lo que traemos a casa

Pensemos en las fotografías de todos esos lugares a donde vamos. Un turista quiere retratar todos los sitios de interés y realiza muchos selfies, para refirmar su presencia y luego enseñarlas a su regreso. Siguiendo con esta lógica, también comprará los suvenires típicos, como síntesis cultural de los lugares visitados.

Turista observa las ofertas de tabaco antes decidirse a comprar

Un viajero prefiere eternizar alguna imagen especialmente hermosa o evocadora, con significado para sí mismo. Sus fotografías privilegiarán el paisaje, más que la presencia de quien las toma. Por otro lado, también puede traerse un objeto de recuerdo, pero rara vez será como los que abundan en los recorridos más famosos.

Otras diferencias entre viajeros y turistas

De manera general el turista espera confortables condiciones para vivir su experiencia; quiere ir a todos los sitios que investigó previamente y tiene como relevantes algunos en cada lugar adonde va (detallados en un itinerario); y para esto no escatima en precios pues hace un gran viaje al año.

turista en Cuba

Los viajeros quieren vivir una transformación personal a través de su desplazamiento; conocer nuevas personas con quienes compartir momentos, más que fotografías; no les importa salirse de los lugares comunes; tampoco temen bajar un poco los estándares de alojamiento y transporte, porque esto también ahorra y seguramente no harán un solo viaje en el año, sino varios.

Turistas, viajeros y locales disfrutan en la casa de la musica de Trinidad

Es bueno conocer las diferencias entre viajeros y turistas, pero las dos actitudes son válidas para conocer el mundo. Podemos alternar cada una según nuestras circunstancias. Los más importante para turista o viajeros es lanzarse a la aventura con la curiosidad abierta y buena vibra

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