Desayunos habaneros: Cinco Esquinas Trattoria

Desayunos habaneros: Cinco Esquinas Trattoria

Alejandro chasquea los dedos y como por arte de magia se cumplen los deseos: un cortadito, un americano, un express o un latte maquiatto satisfacen esa necesidad mañanera de tomar un café antes de salir a recorrer una ciudad maravilla. Con él, un ansiado desayuno en 5 Esquinas Trattoria. Nada mejor para comenzar el día.

En un divino rincón de la Habana Vieja

5 Esquinas Trattoria posee la gracia de esos restaurantes discretos, encantadores. Cinco esquinas como resultado de la unión de tres calles en la Habana Vieja: Cuarteles, Habana y Espada. Trattoria preside una de esas esquinas a la manera de los legendarios locales italianos, por eso el mayor número de mesas se ubican en el exterior.

Horno de leña y carbon de 5 esquinas Trattoria

El ambiente del lugar me fascina. Como yo, muchos otros se alistaban para emprender la marcha. Los camareros, entre ellos Alejandro, van y vienen llevando con destreza los pedidos. En el interior, la mesa bufet a la espera de los clientes que se acercan para degustarla.

Mesa bufet para el desayuno

Sencilla pero exquisita. Se ofrecen jugos naturales, como naturales también son las rodajas de las frutas tropicales. En Cuba suelen servirse ensaladas y productos propios de cada temporada, aunque a veces pueden encontrarse otros fuera de la estación. Delicias como la piña, el plátano o banana, la guayaba y la fruta bomba o papaya son algunos de los más recurrentes en las mesas cubanas. En 5 Esquinas Trattoria el coctel de frutas tropicales es uno de las ofertas más populares y, por supuesto, que no lo dejé pasar por alto.

Cinco Esquinas Trattoria

Sin ánimos de ser diferentes, las crepes esperaban para ser acompañadas con jamón, queso, frutas o sencillamente aderezada con la deliciosa miel. Este almíbar divino es muy común en Cuba y suele tener un dulzor peculiar gracias a la diversidad en su flora. Si como yo prefiere los panes en la primera comida del día, le sugiero unos, versión baguette, elaborados de manera artesanal en el lugar.

Este detalle sorprendió a muchos porque, a la vista de todos, hay un hermoso horno de ladrillos donde se cocinan al carbón varias de las ofertas del restaurante. El desayuno es sólo una de las propuestas de 5 Esquinas Trattoria. Al mediodía, el almuerzo; mientras que en las tardes y noches las cenas satisfacen a quienes prefieren la comida italiana en sus más diversas variantes.

Huevos salteados para mi desayuno en 5 Esquinas Trattoria

Los salteados de vegetales complementan al coctel de frutas, las rodajas, jugos, panes, quesos y jamones. Sencillo, fresco, agradable al paladar despiertan sensaciones gustativas acordes al hermoso emplazamiento.

Teléfono en mano escribía mis primeras líneas: Alejandro chasquea los dedos y como por arte de magia se cumplen los deseos, al lado la cámara fotográfica apresaba el movimiento de la añeja ciudad que recién despertaba. Todos los que estábamos prestos a consumir consultábamos la próxima ruta.

Fachada del restaurante 5 Esquinas Trattoria

Primero los huevos con agregos, así le llaman a los añadidos escogidos por el cliente: queso, cebolla, jamón, vegetales; el jugo y para cerrar el café. Resultó ser un suculento desayuno, perfecto para empezar un recorrido por una de las ciudades más hermosas del Caribe.

Por las calles de La Habana

Artesanias y souvenirs de venta por las calles de la Habana Vieja

Con la disposición de quien aspira a descubrir los rincones más insospechados, me dejé llevar por las calles angostas, los balcones coloniales y el sol en las viejas paredes.

Vista de la cupula del Museo de la Revolucion desde la Loma del Angel

Corona la Loma del Ángel una hermosa vista del Museo de la Revolución que no pude evitar fotografiar. Sin embargo, preferí seguir a través de la calle Espada hasta la esquina de Chacón.

Calle Cuba, en el corazon de la Habana Vieja

Son varios los pequeños negocios que pueblan la zona. El abanico de propuestas seduce a los que gustan de la parte más antigua de La Habana para sentarse, refrescar con sus bebidas o simplemente admirar el vaivén de los habaneros en su rítmico andar.

ArteCorte, justo en la entrada del Callejon de los Peluqueros

Bastó doblar una cuadra hacia el mar y hallé el pintoresco Callejón de los Peluqueros, mezcla de corte, arte y labor patrimonial. Cada calle es una ruta en sí misma: Cuarteles, Chacón, Cuba pareciera coincidencia que todas comiencen con la misma letra, pero la historia de cada una acumula detalles simbólicos que merece la pena descubrir en su pavimento, muros, puertas y balcones.

Estatua de Miguel de Cervantes en la Habana Vieja

Entonces contemplando los «almendrones»como le llaman a los coches antiguos – los grafitis, los umbrales que descubren souvenires evocativos a los viajes a La Habana, me hicieron llegar hasta la Plazuela de San Juan de Dios. En su centro una escultura clásica de Miguel de Cervantes Saavedra, que sentado y pluma en mano, escudriña el transitar de los habitantes y viajeros que descansan en los bancos a su alrededor.

Calle Empedrado, al fondo la Bodeguita del Medio y el campanario de la Catedral de la Habana

Una nueva ruta me condujo hasta Empedrado y para mi sorpresa me hallé frente a La Bodeguita del Medio, santuario del «Mojito», cuna de la bebida cubana más emblemática del mundo. Y allí, entre tragos y la suave cadencia de un grupo musical, me detuve para respirar y contenerme ante siglos de historia, cultura y tradición. Todo eso en tan solo un puñado de cuadras agrupadas en un rincón de la Habana Vieja.

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