En las inmediaciones de la Sierra de los Órganos, en la provincia Pinar del Río, está el Valle de Viñales, declarado Patrimonio Natural por la UNESCO desde 1999. Mirándolo uno podría pensar en el «Jardín del Edén» porque el escenario bíblico ha de parecerse a ese sitio ubicado, aproximadamente, a 60 kilómetros de La Habana.
El valle entre montañas se extiende por alrededor de 8 kilómetros, y en su suelo se levantan los mogotes, curiosas elevaciones de alrededor de 25 metros, formadas de rocas arcillosas y calizas.
Los mogotes parecen canicas caídas del bolsillo de algún niño gigante. Los rodea una exuberante vegetación, en la cual destacan altísimas palmeras y más de 60 especies endémicas. Recomendamos tres lugares, entre los mejores, para ver los mogotes y el Valle de Viñales en general. ¡No debe perderse sus atardeceres!
Tres lugares con las mejores vistas al Valle de Viñales
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Observar junto a extrañas criaturas de los árboles
A un lado del camino, en las afueras de Viñales, el viajero encuentra criaturas insólitas. Son las creaciones salidas de la imaginación de Noel Díaz Galart, quien las esculpe en su casa – taller “Raíces”.
Su pasión comenzó cuando encontró en la montaña un tronco donde creyó ver la silueta de un hombre muy fuerte, con un bastón. Desde entonces talla variadísimas figuras de animales y seres ficticios, en maderas de yagruma, guamá y macurije. Dragones, tigres, mujeres y serpientes salen de las manos de ese escultor autodidacta, quien también tiene en su taller un mirador para otear el horizonte.
Desde allí se observa una curiosidad óptica: el Martí yacente. Está formada por los mogotes cuya silueta semeja el perfil de José Martí, escritor y patriota cubano considerado Héroe Nacional. La devoción de los viajeros de la isla por esta vista singular se debe a que el líder independentista vaticinó en uno de sus versos que moriría de cara al sol, y precisamente las montañas parecen el rostro de un humano tendido de espaldas.
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El mirador en tu habitación
En el kilómetro 25 de la carretera de Viñales está el Hotel Los Jazmines, una instalación de tres estrellas, pero con un entorno de cinco. Es un edificio color rosa, de tres pisos con techo de tejas. Las puertas francesas y los vitrales le dan un ambiente de elegante villa colonial.
Junto a la instalación principal del complejo hotelero se encuentra una piscina, además de dieciséis cabañas. También puede accederse a los servicios de dos restaurantes, una discoteca, dos bares con salón y un frondoso jardín. En el hospedaje disponen de minibar, servicio de habitaciones y televisor con canales vía satélite, entre otras comodidades.
Es fantástico observar el valle desde allí, mucho más que en el mirador del cercano Hotel La Ermita. Puede hacerse desde el mirador “oficial”, o durante una pausa en el nado de la alberca, sin embargo recomiendo aprovechar las mañanas desde algunos de los balcones de las habitaciones.
Allí, sentado en un mecedor tradicional, podrá aguzar la vista y distinguir a los agricultores y animales en sus faenas dentro de los campos de tabacos, los mejores de Cuba y quizás del mundo. El espectáculo de la neblina matutina entre los mogotes es imperdible para los fotógrafos.
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Cenando en el Balcón del Valle
Luego de disfrutar alguna de las numerosas excursiones guiadas que se ofrecen en Viñales, no hay nada mejor que terminar la tarde cenando en el restaurante «El Balcón del Valle», ubicado en el kilómetro 23 de la carretera al poblado.
Es el sitio para disfrutar de la tradición culinaria cubana, mientras ves caer la tarde prodigando matices dorados por las plantaciones de tabaco y las laderas de los mogotes. Recomiendo el «Mojito», un trago con alcohol, muy criollo y refrescante que pareciera degustarse mejor tomado a la brisa de la tarde, mirando el verdor de ese reservorio natural.
El personal de servicio es muy profesional y los precios no son caros. Pagando aproximadamente 10 CUC por persona se puede disfrutar un plato principal, bebida, postre y guarniciones que incluyen enjundiosos caldos, ensaladas, viandas fritas y arroces.
Si tiene la suerte de que durante la cena se forme alguna nube tormentosa sobre el valle, será testigo de uno de los espectáculos naturales más hermosos de la isla. ¡Cámara lista!
Mirar el valle desde arriba
Recorrer el Valle de Viñales es uno de los destinos imprescindibles en Cuba. En su extensión aguardan no pocos lugares singulares, entre ellos cavernas, ríos y la vida campesina que está a la vista. Una opción infaltable en tu agenda es visitar alguno de los miradores que abundan en la zona.
Hacia allá puede irse, desde La Habana, en un taxi colectivo de esos que abundan en las casas de hospedaje o en las calles de la capital, también se puede llegar en autobuses de Viazul.
La colorida vegetación, el verde lleno de matices que domina el horizonte, los increíbles mogotes que parecen bestias milenarias, así como la vida campesina que bulle en las plantaciones de tabaco dispersas en el lecho del valle, le confirmarán que ha llegado a un sitio bucólico de ensueño.
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